Capítulo 5. El viaje.

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Bueno otro capítulo espero que les guste. Estoy tratando de subir pronto pero estoy un poquito ocupada. Así que si tardo me perdonan.

Bueno ya sabesn. Recomienden esta y la otra historia si es que les gusto.

Besos.

Estábamos en nuestros asientos de primera clase, rumbo a nuestro primer destino ya que por lo que había podido averiguar por medio del pesado de Santiago “El Grinch” tenía una agenda muy apretada durante los próximos meses.

Lo que menos me gustaba es que a pesar de que el lugar posee encantos turísticos y podíamos o mejor dicho mi abuelo podía perfectamente permitirse hospedarse en un buen hotel, tenía pensado acampar. ¡Por favor acampar!

Yo jamás fui de campamento, no es algo que me atraiga de ninguna manera y no me va a gustar ahora. O sea  cuál es la onda de dormir en una carpa en un colchón inflable. Seguro al otro día amanezco con el cuello duro.  Con decir que preferiría mil veces estar leyendo un libro de semiótica para la universidad antes que pasar un solo día en compañía de estos dos y por si fuera poco viviendo como un indio; lo único que me falta es que me hagan poner un taparrabos.

Estoy muy enojada y creo que se me nota bastante porque ninguno de los dos me habla y yo no tengo ganas de empezar ningún tipo de conversación con ellos dos,  así que me limito a escuchar música desde mi tablet  mientras leo libros de wattpad. En realidad mis libros y mi música son los remedios perfectos para el enojo que tengo.

Así que cuando siento que me tocan el brazo miró con cara de pocos amigos.

La auxiliar de vuelo me mira con un claro gesto de disculpa, yo no puedo desquitar mi  frustración con una pobre empleada, eso  no es para nada lo que me enseñaron mis papás así que le dedico una sonrisa de disculpa y me saco los cascos para hablarle.

-¿Sí?

-Disculpe señorita ¿qué le puedo traer para tomar junto con  la cena?

-Agua mineral con gas por favor.

-Enseguida les traigo sus bebidas.

Apago mi música, no tengo muchas ganas en realidad pero sé que si no me saco los auriculares el anciano me va a decir que no tengo educación. Así que me los saco y los guardo en mi pequeño bolso de mano.

Santiago me mirá de reojo aunque se  supone que está trabajando en su  netbook.

Mi abuelo me mira y frunce el ceño.  ¿Qué  hice ahora? No sé pero bueno.   El hombre no es de muchas palabras, al menos conmigo. Con su ahijadito conversa un poco más pero sólo de trabajo.

-Evangelina estuve pensando  que podes hacer para ganarte la vida y tengo una idea.

-ha si y ¿qué puedo hacer?

-Vas a ser mi escritora personal.

¿Por qué a mí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora