El miércoles en la mañana desperté sola en mi habitación con una nota sobre la mesita de noche:
“Recuerda, déjala ir… أنا أحبك”
No sabía lo que significaban las letras del final, pero me agradó encontrar la nota. Sonreí, me puse en pie y me di una ducha. Usé un vestido negro por debajo de la rodilla, unos tacones bajos negros y un gabán del mismo color. No me apliqué maquillaje porque era obvio que lo arruinaría.
Bajé y desayuné con mis padres en el más espantoso de los silencios. Cuando terminamos nos dirigimos al cementerio en el auto. Durante el viaje me puse los audífonos y por alguna inexplicable razón no dejaban de reproducirse canciones depresivas, pero no las cambié, pues realmente estaba deprimida.
Al llegar, encontramos algunos familiares y personas que conocían a mí abuela. Mis padres se habían encargado de todo. El cura estaba listo, dio las palabras que debía mencionar y le dio la palabra a mi madre que lloró sin control, y en consecuencia a eso, mis lágrimas empezaron a inundar mi rostro. Mi padre abrazaba a mi madre, para mantenerla en pie, mientras yo estaba a punto de caer, desplomarme el suelo. Lo que no esperaba era que unos brazos muy familiares me tomaran. Zayn me sostuvo mientras lloraba en su pecho.
No sabía qué era lo que estaba haciendo allí pero lo agradecí. No habían invitado a ninguna de mis amistades, sin embargo él estaba ahí por mí. Por un segundo parecí olvidar todo lo que este chico había causado en mi vida, cosas de las que me arrepentía y otras que no.
La ceremonia no duró demasiado, pero fueron los minutos más dolorosos de mi corta vida. Mi abuela se había ido, y como Zayn había dicho, solo debía dejarla ir. No me alejé ni un segundo de él mientras los abrazos y las condolencias llegaban a mí. Me agradó sentirme tan diferente con él, es decir, me sentía libre, me sentía como más que la simple chica con la que tenía relaciones. Me sentía parte de su vida. Importante para él.
–¿Estas mejor?
–Sí. Gracias por la nota –le digo mientras camino de su brazo cruzando el cementerio hacía la salida. Mis padres me dejaron irme con él, a algún lado para que estuviera más tranquila–. ¿Qué significan las palabras del final?
–¿Las que están en Árabe? –preguntó sonriendo.
–Sí, esas mismas.
–Nada importante. ¿A dónde vamos?
–Podemos ir por un granizado, me muero por uno –dije con la boca haciéndoseme agua.
–Srta, me da dos de frutilla por favor –le dijo a una chica que de haber podido se hubiera lanzado sobre él. Y sí, la verdad es que sí soy celosa. Él puede no ser oficialmente mío, o como yo quiero que lo sea, pero de todas formas lo siento como más que un amigo.
–¿Algo más?
–No, gracias –contesté cortante para que se marchara lo más rápido posible.
–¿Qué te sucede? –preguntó con la risa más pícara que jamás le había visto.
–Nada.
–No te creo. ¿Pasa algo?
–¡Oh, Vamos! La chica casi te come con los ojos –dije dejando de mirarlo y exprimiendo mi furia lejos.
–¿Celosa? –me obligué a mirarlo, estaba riéndose de mi comportamiento.
–¿La verdad? Pues sí, mucho.
–Marie…
–No digas nada Zayn, yo comprendo la situación –lo callé antes de que lo que dijera se llevara toda mi esperanza que tenía de estar con él.
–De acuerdo –se tornó serio. La orden llegó y evité con todas mis fuerzas no lazarle mi batido a la chica. ¡Estaba enloqueciéndome!
Obtuve mi venganza cuando nos pusimos de pie frente a la caja para pagar la cuenta. Tomé a Zayn de la mano y lo besé como si nada más fuera importante. Él no se resistió y me sentí superior. Cuando me separé la chica estaba hecha una furia, lo cual no me importó. Él era mío –de alguna loca manera–.
Ya sola en mi casa me dediqué a pensar en mi presentación. Mi abuela estaría bien y estaría conmigo siempre. Guardé la nota de Zayn en mi billetera, me puse mis audífonos y comencé a practicar.
La presentación debe salir más que perfecta para ser aceptada, irme a Nueva York, olvidar a Zayn, hacer mi vida con Ed y ser la mejor bailarina. Mi vida estaba resuelta, lo único que debía hacer era ser aceptada en Julliard.
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I Knew You Were Trouble. [Terminada]
FanficEnamorarse de quien no debía, ese fue el gran error de Marie. Su vida era perfecta hasta que él llegó a poner su mundo de cabeza, la enamorará, la enviciara con sus besos y caricias, pero lo que empieza mal...