¡Nunca de los nunca!

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A pesar de que le grité supe que no salió, escuché la llave del grifo que luego se cerró. –¡LARGATE MALIK!

–Serás exagerada... –por fin salió. Terminé mi ducha rápidamente. Me puse la toalla y salí a vestirme. Me encontré con que él estaba allí sentado en la cama.

–¿¡Que haces!? Sal de aquí que tengo que cambiarme.

–Tengo hambre, quieres que prepare el desayuno, debemos ir a la escuela –me reí muy pero muy fuerte –¿De qué te ríes?

–¡Ja, ja, ja, ja! ...Es que tú cocinando... y queriendo ir a la escuela... ¡Ja, ja, ja, ja!

–¡Hey! Sé cocinar, y además eres mi tutora, deberías apoyarme para ir a la escuela.

–Okey, Okey. Cocina si quieres, y hoy NO tenemos clase; la directora envió un mensaje, no hay clases por la tormenta –respondí con aires de suficiencia.

–Bien, pero seguimos encerrados... –me miró traviesamente, se puso de pie y se acercó a mí dejando escasos centímetros entre nuestros cuerpos.

–¿Qué haces? –intenté dar un paso hacia atrás, pero me sujeto por la espalda.

–No sé, se me ocurren muchas cosas para hacer hoy... –susurro. Su voz se volvió excitante y sus ojos me llamaban a perderme en ellos.

–Claro, podemos estudiar para el examen de química del lunes –lo corté.

–¿Y si mejor... –los dedos de su mano libre acariciaron mi mejilla y bajaron hasta mi hombro, pasearon por mi cuello y llegaron a tocar mis labios-...estudiamos anatomía o biología? –lo decía con doble sentido.

–No, creo que no, eres muy bueno en esas materias.

–Y no te imaginas cuanto –sus brazos me unieron a él lo más posible. Me sonrojé, mal interpretó lo que dije.

–Tienes razón, no me imagino ni quiero imaginarme –hablé despacio, su cuerpo contra el mío simplemente me dejaba sin respiración.

–No imagines... vive –se acercó rápido, diría que con brusquedad y me besó.

Una parte de mí anhelaba y deseaba ese beso, pero otra parte sabía que no era bueno, no iba a enamorarme de él, no caería a sus pies y luego ser una más de su lista.

Me separé empujándolo. Tomé mi ropa y fui a mi habitación, cerré con llave y me cambié lo más rápido que pude. Me puse un pantalón negro ajustado, unas zapatillas de bailarina azules oscuro a juego con la camisa de botones que usé. Me hice una coleta alta y salí a la cocina, estaba realmente hambrienta.

Allí en la cocina estaba él, preparó el desayuno: huevos, tocino y jugo de naranja.

–Gracias –le dije al terminar mi desayuno– estaba delicioso.

Lavé los platos y me fui a mi habitación a estudiar un poco para el examen, no estaba tan preocupada, sin embargo quería tener algunas cosas claras.

La puerta sonó. –¿Se puede? –su cabeza apareció por la brecha de mi puerta.

Asentí. Se sentó en la cama junto a mí. –Lamento lo de hace rato.

–...Eres raro sabes...

–Sí lo sé, soy bipolar, ¿recuerdas? –se rió y yo me uní a él.

–Ojalá todo el tiempo fueras así...

–¿Así cómo? –preguntó peinando su cabello.

–...No un 'Bad Boy' –le sonreí.

–Veré que puedo hacer...–se quedó pensativo. –Recuerdas... que me dijiste lo de Kate...

I Knew You Were Trouble. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora