Monotonía Parte II

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El auto que nos espera fuera es de lujo. Combina perfectamente con mi vestido de gala y el traje negro que le queda muy bien a mi prometido. Entramos en la parte trasera del auto resguardándonos del frío y poniéndonos en camino a donde sea que Zayn quiera llevarme.

–Estás preciosa, Marie –dice acercándose a mí y besándome en la mejilla.

Le agradezco su cumplido con un beso delicado que no alcanza a arruinar i maquillaje. Pasar tiempo con Zayn es algo que me encanta, y el hecho de que esté haciendo esto por los dos, para pasar un buen rato junto después de una larga semana, es absolutamente dulce y considerado de su parte.

En cuanto llegamos al lugar me doy cuenta que no ha escatimado en gastos. Pasamos por la entrada de uno de los más famosos y costosos restaurantes de Nueva York.

–¿No es demasiado? –pregunto con una sonrisa cómplice en el rostro.

–En cuanto a ti, para mí nunca hay límites –dice totalmente confiado con esa sonrisa ladeada que me encanta.

Nos sentamos en una mesa a un costado del lugar. Un mesero que me mira más de lo necesario toma nuestra orden. Me sonrojo al notar que el muchacho está algo encantado con mi escote, pero no digo nada. En cuanto se marcha, Zayn no duda en hacerme entender que no le agrada lo que acabamos de presenciar.

–No es mi culpa –digo encogiéndome de hombros y agarrando su mano a través de la mesa. Los tatuajes de sus muñecas alcanzan a sobresalir de su traje.

–Lo es. Eres más hermosa de lo que esperaba fuera mi esposa…

–Aún no soy tu esposa, Zayn.

Tira de mi mano y la besa. –Pero pronto lo serás, preciosa. Y entonces podré permitirme reclamarle a todos lo que te miren que es mal educado mirar y codiciar a la mujer del prójimo –ambos nos reímos. Necesitábamos esto.

Esperamos nuestra cena charlando sobre las últimas noticias de Harry y Luisa, que ya regresaron de su luna de Miel y están instalándose del todo en Canadá. Concertamos un viaje para ir a visitarles, y la verdad no me extrañaría que Luisa esté embarazada para cuando la vea de nuevo.

Zayn me comenta que su familia realmente quiere que volvamos a vivir en el Reino unido en cuanto nos casemos, y estoy más que segura que mis padres estarían dichosos de tenerme cerca, pero nuestros planes y nuestras vidas están aquí en América.

–Yo creo que lo mejor sería viajar para las fiestas de pascuas… reunir a ambas familias –propone después de darle un sorbo final a su copa de vino tinto.

–Mis padres y tu familia…. No es mala idea, pero se nota que te pone nervioso –intento guardarme una carcajada. El hombre fuerte queda reducido a un niño pequeño y miedoso de una inyección.

–Tal vez –dice sonrojándose de la manera más tierna que existe.

Tras terminar de comer y pagar la cuenta, Zayn me encamina fuera del lujoso lugar de la mano. Varias personas nos miran y se siente agradable saber que él es sólo mío. ¡No me lo miren!

El auto ya nos está esperando cuando salimos. El chofer abre la puerta por nosotros y no puedo evitar sentirme como una princesa. El camino es totalmente desconocido para mí. Estoy segura que no vamos camino al departamento.

–Zayn, ¿A dónde me estás llevando?

–¡Ja, ja! Acabas de transportarme a ese día que fuimos a la cabaña de mi abuelo. Sólo relájate, Marie. ¿O acaso no confías en mí? –pregunta con un tono levemente ofendido.

–Confío en ti, simplemente quiero saber a dónde vamos…

–Ya lo verás, pequeña troublemaker.

Antes de que pueda seguir preguntando o quejándome, me besa como he querido cada uno de los días de esta semana. Mi maquillaje deja de importarme y la presencia del chofer se escapa de mi pensamiento por los minutos en que me deleito besándolo, tocando su cabello, su cuello, sus brazos en los que me siento protegida y amándolo como sólo yo puedo.

El lugar misterioso resulta ser el New York’s Hotel Pennsylvania. Es bastante privado y con una majestuosa entrada que me hace sentir como una diosa griega entrando al Olimpo.

–Siempre gastando dinero Malik….

–Soy jodidamente rico, puedo darme el lujo de darte lo que te mereces y nada menos.

–Diré entonces que solo por hoy, me agrada oír eso –ambos nos reímos y subimos al ascensor. Sin pensarlo dos veces me besa apasionadamente como si no le importara que un par de chicas y un joven estén acompañándonos.

Nos bajamos en uno de los últimos pisos. Escucho risitas de las chicas y las entiendo perfectamente. Mi rostro deja de ser rojo tomate a ser un poco más pálido mientras caminamos por el pasillo. Nuestras manos están juntas con nuestros dedos entrelazados.

La puerta se cierra detrás de mí y sé de inmediato que la espera ha valido la pena. Con una vuelta de baile me mira de arriba debajo de una manera tan sensual que siento que mi vestido ya ha desaparecido de mi cuerpo. Se agacha y libera mis pies de los tacones con calma. Sus ojos se unen a los míos en cuanto se pone de pie quedando frente a frente. Mis manos le desprenden su blazer y su camisa, dejándolo en sus zapatos y pantalones.

Su torso tatuado lo hace ver imponente y sospecho que el dios del Olimpo es él. Me siento un poco diminuta ante él, lo que hace que me abrace y diga: –Lamento esta semana, te prometo que esto no será así siempre. No tienes idea como te extrañé… apenas y podía dejar de pensar en ti y sentirme mal por no estar contigo… –sus palabras llegan a mis oídos y causan mil diferentes sensaciones en mí.

–No hablemos del tema. Solo recuérdame que te importo…

–Me importas, más que mi propia vida –dice en un suspiro  antes de besarme dulcemente. Sus delicadas manos bordean mi escote y encuentran en mi espalda el cierre del vestido. En unos segundos este cae en cascada hasta cubrir mis pies. Salgo del charco rojo y lo empujo levemente por el pecho guiándolo hacia la cama.

Caigo sobre él entre risitas y lo beso desmedidamente. Sus manos se deshacen de la ropa que queda en nuestros cuerpos, nos acomoda mejor en la cama King size y toca cada parte de mi cuerpo.

Una vez más me da el placer de hacerme suya y más allá de eso de demostrarme que no hay nada que pueda separarnos o que pueda vencer al amor que sentimos el uno por el otro. Después de todo lo vivido de lo sentido, llorado gritado y perdonado ya no hay nada que nos separa. Nada que nos detenga en esta carrera que emprendimos juntos por ser felices.

–Te amo, Zayn…

–Y yo a ti troublemaker.

Supongo que siempre ha sido así. Siempre creí que él era el problemático, desde que lo vi pensé que sería el chico malo de la escuela, que golpearía a todos y que sería un brabucón, pero no fue del todo así. Quien siempre causó problemas, quien propuso el trato, quien lo cambió por Ed, quien lo abandonó, le hizo daño y se portó mal, siempre he sido yo.

Yo siempre he sido la Troublemaker. Tal como dijo mi papá, y tal como él lo hace cada vez que puede.

Y he aquí una troublemaker, enamorada hasta los huesos del chico tatuado y “bravucón” de escuela, o más bien… El hombre más perfecto del planeta. Zayn Jaavad Malik, Mi futuro esposo y amor de mi vida.

No todo lo que empieza mal, termina mal.

*** 

Hola.

Perdon por la demora. Intenté subir este capítulo mil veces, pero wattpad no servía, luego se daño el archivo y me toco hacer mil piruetas. Muchas gracias por esperar y por ser tan geniales conmigo y con esta novela. Aún les debo el épilogo. Haré lo posible para subirla pronto.

Lots of love!

PauSmile!

I Knew You Were Trouble. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora