Sólo medicina.

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–Acepto Señor Malik –le tendí la mano para cerrar el trato.

Me arrastró del brazo hasta pegarme a él lo más posible. Sonreía satisfecho. Las sabanas cubrían hasta su cintura, mientras yo cubría mi pecho. Sentía su respiración pausada.

–Sabía que aceptarías... –susurró muy cerca de mis labios, totalmente irresistible.

–¿No crees que tienes un ego muy alto? –sonreí.

–Ninguna se resiste a mí preciosa –su voz era provocadora. Divisé por la ventana que ya había oscurecido, volví mis ojos a los suyos.

–Engreído –le saqué la lengua. Me apretó a su cuerpo. Nuestros cuerpos rozándose. Se puso sobre mí, yo no lo quería, ya no lo necesitaba, ya estaba saciada. No más medicina. –No, no, no tienes que hacerlo, ya estoy bien...

–Es de cortesía preciosa –sonrió y me hizo suya nuevamente. Fue más sensual, lo disfruté más que la vez anterior pues ya no dolía.

Agotada, quedé rendida en la cama. Caí en sueños, sentía un delicioso calor recorrer mi espalda y luego detenerse en mi cintura. La sensación permaneció por un buen rato, hasta que desapareció de la nada. Me desperecé en la cama, un dolor placentero bajo mi cintura me hizo contraerme. Me senté en el borde, incluso sentarme era algo incómodo –¡Perfecto! –pensé.

A mi lado no había nadie y era mejor así, para no encariñarnos o crear falsas ilusiones. Me cubrí con la sabana y caminé hasta la ducha. Me duché tratando de que el delicioso dolor bajara. Salí, tomé una toalla de las que estaban dobladas y caminé hacía mi habitación. 

Me vestí con unas medias de lana negras, botas negras hasta las rodillas, un vestido gris oscuro ajustado en el pecho y volado hacía abajo y una chaqueta de cuero negra. Me miré en el espejo y vi a una chica más sexy, y más ruda... Malik...inundaba mi mente. Dejé mi cabello suelto, un poco de rímel y un brillo rosa.

Fui a la habitación de mis padres, recogí mi uniforme de porrista,  tendí la cama recordando la noche anterior. Bajé con las prendas en las manos –¡Tampoco puedo bajar escaleras!  Estaba adolorida, aún. Bajé con cuidado, puse una mano en la parte baja de mi vientre, caminé hasta la cocina.

–Buenos Días –Malik me asustó de nuevo. Estaba cocinando, vestido completamente pero algo despeinado.

–Ahhh! –grité–. ¿Qué haces aquí?

–No iba a ir a casa, no ahora. ¿Olvidaste que tenemos exámenes?

–No, no lo he olvidado –caminé hasta la zona de lavado, dejé las prendas y volví a la cocina.

– Siéntate, ya está listo.

–¿Qué preparaste? –la verdad es que nunca me había imaginado a Zayn cocinando. Era algo que no esperaba de alguien como él.

–Huevos, tocino y jugo de fresa que encontré en el refrigerador... –se sentó en la pequeña mesa que tenía en la cocina, dejó los platos–. Vamos siéntate.

Me senté, pero no pude evitar que la incomodidad de mi parte inferior se notara en mi rostro. –Huele bien –dije tratando de que dejara de mirarme atentamente.

–Sé que estás incomoda. Pasará, cada vez será mejor –estaba tan tranquilo hablando del tema... ¿Qué onda con él?

Comimos en silencio, solo un par de miradas de vez en cuando. Realmente estaba en medio de un trato plenamente sexual con Zayn. Y era meramente sexual, solo me sentía atraída físicamente por él, nada más.

I Knew You Were Trouble. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora