Es momento de tomar...

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Es momento de tomar el vuelo, 24 semanas de embarazo y ya quiero salir de cuentas. Me he dado cuenta que tratar de deshacerme de mi bebé sería lo peor que haría en mi vida, amo a mi bebé, la amo tanto. Me arrepiento tanto de haber tratado de deshacerme de mi bebé.

-Vamos Kylie- dice Kim y la seguridad saca nuestras maletas de aquí, las pone en el auto. -Estarás bien- dice y me da un beso en la cabeza.

-Cuando vuelva, me quedaré con Gigi, hasta que compre mi casa. No quiero toparme con mamá, me entiendes- pregunto esperando su respuesta, ella asiente y entramos en el auto. Todos quieren saber quien es el papá de mi bebé. Los medios han ofrecido una cantidad enorme de dinero por revelar la identidad del padre de mi bebé. Las chicas ya saben quien es el papá de Kassiah. Mi pequeña bebé.

-Cuando lleguemos, los medios se nos lanzarán encima, por lo que tendrás una peluca y un vestido lo bastante suelto como para disimular que eres tú y estás embarazada, todas lo haremos- dice Kendall a dándome una peluca y un vestido.

Nos ponemos la ropa nueva sobre la que tenemos y me acomodo la peluca, me pongo unos lentes de nerd y me pongo una gran capa de maquillaje al igual que mis hermanas.

-Bien, no somos las Kardashians ni las Jenner, a si que estaremos bien una vez adentro, por lo de los pasaportes, entraremos al los baños y nos quitaremos todo este teatro. Nos vestiremos de negro y llegaremos a nuestro vuelo privado. Pocas cámaras y bastante discreción- Kendall termina de explicar el plan y una vez en el aeropuerto, los paparazzis no se dan cuenta de que somos nosotras, nos bajamos del auto en la esquina y caminamos entre los camarografos hasta la puerta.

-Eso fue fácil- les digo y nos dirijimos a los baños.

-Toma- Kendall me da un gran abrigo negro y me quito el vestido rápidamente en los baños, me pongo en abrigo, recojo mi cabello me quito el maquillaje y me pongo los lentes de sol que sol que son negros. Apenas son las 11 de la mañana.

-Vamos, me siento cansada- les digo y agarro mi bolso. Me siento un poco cansada.

-Eso no es bueno para el bebé, apúrense- dice Kourtney y salimos de los baños, los reporteros se miran entre sí con confusión, hacen 20 minutos llegamos pero ellos no se dan cuenta.

Al subir al avión, todos nos ponemos los cinturones y esperamos un poco. El para-médico está sentado en una esquina, sabe quienes somos pero no es importante ahora.

-Tengo hambre- comento al momento del despegue, una vez en el aire, todos nos acomodamos diferente, levanto mis pies en unos almohadones. -Pude traerme algo de comer- le digo a la aeromosa, ella asiente y camina rápidamente hacía la parte de atrás del avión.

...

Al bajar del avión, siento como todo es tan sofocante, el calor ya no me molesta pues vivir en una isla tropical es más díficil.

-Te dejaremos donde Gigi e iremos a casa- dice Kim una vez estamos en el auto, me siento casada e incómoda, no quiero poner en riesgo a la bebé.

-Está bien- le digo y acaricio mi vientre. La bebé se está moviendo mucho y a veces es incomodo. Muy incómodo.

Al bajarme en casa de Gigi, está corre hacía mi y me abraza como si su vida dependiera de mi.

-Te he extrañado tanto, perra. Tienes mucho que contarme- dice ella y se agacha a la altura de mi vientre. -Hola pequeño- dice ella y toca mi ombligo, es incómodo ya que está a punto de salirse.

-Es una niña, se llama Kassiah- le digo y ella se pone de pie.

-Vamos adentro, no demoran los paparazzi- dice y toma mi maleta, con cuidado piso el tapete de la entrada y doy un paso dentro de la casa, camino a la sala y me recuesto en el sillón más largo y alzo los pies en un cojín. -Te duelen los pies- pregunta ella y yo asiento.

-Es mejor subirlos, luego se me hinchan- le digo y ella se sienta enfrente de mi. -Y la televisión- pregunto en un cumplido y ella s queda pensativa.

-Kim hablo conmigo, acepte y quite todos los televisores de la casa. Es por tu bienestar- dice ante mi mirada de "no lo puedo creer". -Te tengo un obsequio- dice y se levanta corriendo, camina hacía una esquina y me da una caja grande con un gran moño verde. -Para tus momentos libres- dice y aplaude.

Rompo el papel de regalo con curiosidad y hay libros dentro. Muchos libros."Que esperar cuando estás esperando" "Ser mamá" y más libros de maternidad.

-Además, te he inscrito en clases pre-parto, para que comiences a volver a la fama- dice ellas y yo le sonrío.

-Es en serio, no lo puedo creer- le digo y agarro un libro y suspiro varas veces antes de comenzar a leerlo.

-Te acompañaré en todo, no te preocupes cariño. Yo también leeré un libro contigo, iré a las clases contigo. Todo irá bien- asegura y me abraza. Le sonrío y suspira.

-Ahora, a quienes conociste en esa famosa isla- pregunta y toma mis pies en su regazo y se lima las uñas.

-Sabes lo mucho que me costo estar en esa isla- le pregunto y ella levanta la mirada de sus uñas. -Y había una sirvienta que encogio mi ropa, la escuche hablando mal de la bebé y la despedí- comento y nos miramos un momento y rompemos en carcajadas.

-Demonios, con quien te toco vivir- dice y me relajo.

-Hay un estilista que cuido mi cabello, es muy bueno. Debo llamarlo luego para ponernos en contacto y la Sra Rosa, la mucama. Fue una de las mejores que me paso en ese lugar y me cuidaba mucho- le digo con melancolía y creo que romperé en llanto en cualquier momento de tan solo recordarlo.

-Tyga ha estado llamando, dice que le debes una cta y una buena explicación- dice y la noto muy inquieta, nerviosa. Trato de ignorarlo pero no puedo.

-Una explicación porque- me rió sárcastica y ella levanta una ceja y toma sus manos para tratar de tranquilizarse. -No puedo creerlo, salimos un momento y se cree que tiene derecho a que le explique mi desaparición- dejo escapar una carcajada, pero rápidamente me callo en el momento que veo a alguien en la puerta...

No me arrepiento...+16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora