Palabras y Hierbas 6

#220 El Proyecto de Una Vida

Ina se anodadó. No dijo nada e incluso dejó de limpiar las heridas de Kier. Él lo noto, claro, y sabía que había sido descortés. Ina merecía una explicación. O por lo menos, lo que él sentía por ella le hacía creer que se la merecía.

"¿Cuantas Runas sabes?" preguntó Kier. "Diez que memorizaste para devolverme mi vista, y una para la Locura. Yo conozco cada Runa..." Kier chasqueó sus dedos. Un libro apareció en su mano, "en este libro."

El Mago sustuvo el libro para que Ina lo tomara. Éste era tan grueso que ella apenas lo podía sostener en una mano. Lo abrió. Las páginas le recordaban a un diccionario. Había Runas marcadas al principio de cada párrafo o entrada en tinta azul, y su definición, con respectivas notas, le seguían. Cada página estaba llena de escritura.

"Y eso no incluye las que aprendí de Eroemen. Desde que maté a Acris, podría tener una conversación en lenguaje Runcio tan bien como en nuestro idioma. Y ese hecho mandaría corriendo a todo Mago y Maga que conozco."

Ina seguía hojeando el libro. Estaba más interesada en ver las Runas, que en leer su descripción.

Kier estaba nervioso, pero mientras Ina siguiera volteando hojas rápidamente, él la dejaría satisfacer su curiosidad.

"Son las Runas las que los vuelven Locos?" preguntó Ina.

"Sí. Saber demasiadas Runas nos vuelve Locos. Y el número es diferente para cada persona. Tiene que ver con tu fuerza de voluntad. No dudo que puedas aprender muchas, muchas Runas, Ina. De verdad no lo dudo. Apostaría todo lo que tengo a que podrías aprender más Runas de las que yo aprendí antes de que la Locura naciera en mí. Pero mi hermana era la persona más fuerte que jamás he conocido, Ina." Kier tomó el libro y lo hizo desaparecer. "Fue la persona más fuerte que jamás he conocido, y aún así enloqueció."

Kier respiraba calmada pero profundamente. Le tomó algo de tiempo poder continuar.

"Quiero que la magia Rúnica desaparezca por completo, Ina. Por eso estamos aquí. Para que te puedas convertir en verdadera Druida, para que Irel aprenda de ti, y para que yo pueda empezar a escribir la historia de cómo las Runas desaparecerán de nuestro mundo.