La tormenta no murió la mañana siguiente.
Kier soplo aire, preparándose para la gastar toda la energía que necesitaría para deshacerse de la tormenta. Ya lo había hecho antes y había sido extenuante. Con suerte, no sería así esta vez.
Salió a la tormenta con Medes y Menta siguiéndolo. Irel no había usado su cuarto. Durmió con Kier e Ina. Menta se subió al mago y durmió hecha bola sobre él. Medes se paró sobre Menta. Sabía que lo molestaban por diversión. Y aunque no pasó una noche cómoda, le gustó mucho.
La nubes tenían un nombre Rúnico, al igual que la tormenta. Las llamó y les ordenó parar. Un chasquido hubiera sido suficiente, como cuando hizo que el cielo nevara la noche que conoció a Ina. Pero esto se sentía importante.
La tormenta debió haber muerto.
"¿Qué pasó?" preguntó Medes.
"Lo que siempre pasa, Medes."
"¿No puedes parar la tormenta?" preguntó Menta.
"No. Alguien creó esta tormenta y la mantiene con magia de componentes."
***
En la oscuridad de un lugar olvidado, un monstruo sintió las vibraciones en la esencia de la magia que usaba para mantener secreto este lugar. Gruñó y corrió a la salida.
La piedras que mantenían su hechizo estaban intactas. La amenaza no estaba cerca, si no lejos. Algo más que podía usar Magia había tratado de parar la tormenta. Pero su Magia era diferente. Era la misma magia que la Dragona había usado hace tanto tiempo.
Aulló al cielo, declarando guerra a lo que sea que trataba de deshacer su trabajo.
***
"¿Escucharon eso?" preugntó Medes.
Menta lloró con miedo.
"Empezamos otra historia," dijo Kier.
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Palabras y Hierbas 6
FantasyAl concluir sus tratos con los Dragones, Kier e Ina regresan a su bosque, y la cuestión de qué hacer con Irel debe ser resuelta. Ninguno quiere apresurar el tema, pues Mago y Druida quieren cosas distintas. No obstante, la llegada de la madre de Ina...