- Te ves muy bien, Blue. - dijo Alex con una sonrisa.
- Raro, al fin me llamas por mi nombre. - dije riéndome.
- Pues claro que lo hago. Esto es una cita. - dijo moviendo sus cejas.
Entonces sentí una mano en mi hombro y al voltear vi que era Kate.
La miré confundida y ella me hizo a un lado.- Oye, muchachito. Blue ya ha sufrido tanto. Muchos la han dejado. Así que cuida a mi hermana, porque si sé que le pasa algo, aunque no sea tu culpa... - dijo Kate con su mirada de mafiosa. - Ordenaré que te maten.
- ¡Kate! - grité. ¿Cómo se le ocurría decir que muchos me han dejado? Joder, la mataré cuando regrese. Aunque, su lado protector a veces me causa... ¿Ternura? No. Un poco de gracia y, tal vez, acompañada de una pizca de ternura. Pero, que importa.
- ¿Ah sí? - rió Alex. - Yo también tengo mis contactos, pequeña.
Kate lo miró fulminante. Entonces, decidí hablar.
- Vamos, mientras antes terminé esto mejor. - Salí y cerré la puerta. Afuera estaba el auto de Alex. El abrió la puerta, como si fuera un caballero. Pfff, claro...
- Mi lady. Pasé. - dijo haciendo como si fuera caballeroso. Y digo fuera, porque la imagen que tengo de él no es la de alguien precisamente caballeroso.
- Claro. Gracias. - dije riéndome.
Luego, él entró al auto. En su auto, por mucho que me sorprendiera, no había ni una sola marca de que allí hubiera habido suciedad alguna vez. Por extraños motivos de mi mente, no imaginaba que Alex fuera meticuloso en la limpieza. Aunque, podría ser también que haya limpiado el auto a ultimo momento.
- Antes de partir... Tengo que preguntarte algo. - se enderezó en el asiento del piloto y puso una expresión seria.
- Adelante.
- Así que... ¿Muchos te han dejado? - rió mucho. Rió tanto, que en esos momentos lo único que quería era bajarme del auto para ir a colgar a Kate de una soga.
- Eso no te interesa. - reclamé enojada.
- ¡Oh! ¡Entonces es cierto! - suponer que aquél dato que obtuvo de Kate era cierto, hizo que su risa se magnificara. No habían sido muchos los que me habían dejado. Un chico, nada más. Ni siquiera había tenido un novio realmente serio.- Cállate, idiota. Vamos. ¿Adonde vamos?
- A la feria. - dijo sonriendo tiernamente, como si no se hubiera burlado de mí hace un momento.
- - - - - - - - -
Estoy aquí, en la feria con Alex. La verdad, me gusta venir a la feria. Me gusta más por la Rueda de Chicago. Creo que tengo una pequeña obsesión con las alturas. Pero, son geniales. ¿Cómo no amarlas?
- Bien, Blue. Aquí estamos. ¿Quieres comer algo? - dijo Alex interrumpiendo mis pensamientos.
- Mmm... De hecho, no. Creo que la comida de las ferias no es muy higiénica.
- Oh, vamos Blues. Podríamos comer... - dijo, mientras buscaba algún local. Entonces señaló una venta de tacos. - ¡Tacos! Dios, Blue, no puedes decirle que no a los tacos.
Y era cierto, yo amo los tacos. Son deliciosos. No puedo decirles que no.
- Está bien, vamos por unos tacos.
Dicho esto, fuimos a comer unos tacos. Fueron los tacos más deliciosos que jamás probé. Luego de esto, tenía muchas ganas de subir a la Rueda de Chicago.
- Alex ¿qué te parece si subimos a la Rueda de Chicago?
- Mmm, no creo que sea buena idea. - dijo él.
- ¿Por qué no? Son geniales. - dije tomándolo del brazo para ponernos en la fila.
Suspiró. - Está bien.
Lo tome del brazo llevándolo a la Rueda de la fortuna. Un chica, que ya conozco, al igual que Alex, se acercó a nosotros cuando estábamos a punto de llegar a la fila.
- Blue, Alex. Hola. - saludó Cath con una de sus amigables sonrisas.
La salude, y luego lo hizo Alex. Nos saludó, con más énfasis en Alex y con pocas ganas me saludó a mí , pero no le pasaría importancia a aquello.
- ¿Qué haces acá? - inquirió Alex, mientras levantaba sus cejas.
- Nada. A dar una vuelta por acá. - respondió la chica.
- ¿Vienes sola? - dijo Alex. Era raro ver a alguien salir solo.
- No. No vendría sola. Vine con mis hermanos. Aunque... Bueno, tampoco son tanta compañía. Son más bien responsabilidad.
No había terminado de decir aquello, cuando una niña de unos once años, se acercaba. La había visto, cuando Cath se acercó a saludarnos. Tenía el cabello negro azabache, y el rostro lleno de pecas. Supuse que era la hermana de Cath.
La niña jaló de su suéter a su hermana, supongo, y comenzó a insistir para que le prestara atención.
- ¿Qué pasa, Ann? - respondió Cath, un tanto exasperado. Y ver a Cath exasperada es algo poco usual.
- Vamos, quiero subir al carrusel. - exigió la niña. Cath, resopló con resignación y asintió. Creo que ella sabía tanto como yo, que negarme algo a un niño pequeño será seguido por un drama del pequeño. Kate fue pequeña alguna vez, y no era nada fácil de tratar.
Cath se despidió de Alex y se alejó. Como si yo no estuviera ahí, omitió mi presencia. Simplemente no se despidió de mí.
- Cómo la detesto. - dijo Alex.
- ¿Qué? - pregunté extrañada.
- Es una maldita rencorosa. - dijo Alex entre dientes, metiendo sus manos en los bolsillos de sus jeans azules. No me había fijado demasiado en cómo iba vestido Alex. Debo decir que tiene un muy buen gusto al vestirse.
- ¿Por qué? - reí, no podía imaginarme a Cath como una maldita rencorosa.
- Olvídalo. No vale la pena. - se irguió, sacando las manos de sus bolsillos y tomó mi mano. Sus manos estaba heladas, y eso me gustaba. - Vamos. Subamos a esa rueda.

ESTÁS LEYENDO
Antes De Morir (Completa)
Teen FictionLa adolescencia de Blue siempre fue una vida normal. Y hasta el final siempre continuó siendo una vida normal. Sus padres no se ganaron la lotería, no se volvió presidente de la nación, no se convirtió una actriz de Hollywood. Pero ser una persona n...