#012

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Cuando terminó el curso fui la última en salir, bueno, casi la última. Alex estaba ahí. Se acercó a mi y dijo:

- Bueno, tenemos que hacer un proyecto juntos. Después de todo sí irás conmigo hoy. - dijo mientras movía sus cejas. Típico.

- Agradece que en mi casa es imposible y que me interesan mis notas. Llego a... ¿las cinco? - dije intentando ponerme de acuerdo con él.

- Claro que no. Iremos sólo salgamos de la escuela. Te invito a comer algo. Mamá hará su pie de manzana. Y de paso, almorzamos algo. - dijo él.

- Alex... Vivimos en la misma calle. Creo que puedo llegar.

- De ninguna manera. - dijo cruzandose de brazos.

No me quedó más opción que aceptar. Eso ni yo me lo creo. Moría por aceptar. El universo acababa de darme una oportunidad.

- Bien. Pues, esta es mi casa. - dijo Alex abriendo la puerta de su casa, la cual yo ya conocía.

- Alex, lo sé. - dije riéndome.

Lo que no sabía era que Alex tenía un perro, uno gigante. Bueno, exagero, no era tan grande. Pero si lo suficientemente fuerte como para tirarme al piso.

- ¡Luckman! ¿Cómo está mi cachorro favorito? - dijo Alex, haciendo así que Luckman, se quitará. Claro, no sin antes darme un lametón. Así que reí.

- Qué lindo perro. - dije uniendome a las caricias hacia el cachorro. - Pero, no pude evitar notar que lo llamaste cachorro.

- Tiene seis meses. - me sorprendí. Era gigante para tener seis meses.

- No sabía que tenías un perro... Eso es raro. - me miró ofendido. - No te ofendas. Me refiero a que es raro que siendo mi vecino, no notara que tienes un perro.

Nos quedamos en silencio unos segundos. Podía notar que él me observaba fijamente. Y él notaba cómo yo lo observaba fijamente. Nuestros rostros estaban tan cerca...

- Cariño, llegaste. - dijo una voz femenina. Conocía esa voz, es su madre. Rayos, rayos, rayos. ¿Esto es en serio? - Oh, ¿Blue?

- Hola, señora Young. - dije un poco apenada.

- Oh, dime Hellen únicamente. - dijo saludandome de beso. Luego se dirigió a su hijo y le susurro algo, pero no era en realidad un susurro. Habló lo suficientemente alto para que lo oyera. - Al fin le lograste hablar. Que bien que te gusta una chica normal, y muy bonita.

Tosí ante lo último que dijo. Hellen rió y Alex se sonrojó.

- Mamá... - dijo entre dientes, avergonzado.

- Bien, pasa. ¿Quieres probar una deliciosa, o eso espero, carne asada?

- Claro. - dije y la seguí a ella y a Alex.

- Lo siento por eso...-susurró Alex en mi oído. Simplemente reí e hice un gesto restándole importancia.

♒♒♒

- La carne está deliciosa. - dije mientras comía un pedazo de carne.

- Gracias, Blue. Estoy en una clase de cocina. No sabía si estaría ¿comestible? No cocino mucho. - dijo Hellen riendo.

- Y, ¿qué te trae por acá, Blue? - dijo su madre. Alex, sorprendentemente, no había hablado mucho.

- Alex y yo tenemos que hacer un proyecto.

- Oh, espero que les vaya muy bien. Muchas gracias. - dijo ella levantándose de la mesa y entonces, también agradecí y me levanté al igual que Alex. La madre de Alex comenzó a recoger los platos.

- La ayudo, señora Young. - dije ayudándole. No sé, pero sentí la necesidad de ayudarla. Creo que era la cortesía.

- Gracias, y ya te dije: dime Hellen.

Le sonreí y la ayude. Luego de esto, Alex y yo fuimos a su habitación y nos pusimos de acuerdo. Tras esto, que no duró mucho tiempo, hablamos un largo tiempo. Y fue así como me enteré que el señor Young no vive con ellos. Que trabaja fuera de la ciudad y casi nunca está en casa. Al hablar de esto Alex tomó un aspecto un poco decaído. Me sorprendió que estuviera hablando de esto conmigo. Al notar el aspecto que tomó, cambiamos de tema. Fue una tarde buena.

***
El día siguiente era viernes. ¿Qué mejor que un viernes? Entiendo perfectamente que muchas personas pasen esperando ese día toda la semana. Después de tanto estrés y trabajo durante la semana, tienes un día para simular que no tienes nada que hacer.

— Blue, ¿quieres venir a mi casa hoy? — dijo Dylan por el teléfono. Yo me encontraba en el comedor de mi casa.

— ¿Por qué? — eso era extraño. Él nunca me había invitado a su casa.
— ¡Haremos una fiesta! — ya no era la voz de Dylan. Era un grito de Alex, a lo lejos.

— Alex, cállate. — oí una queja de Alex. Luego, Dylan retomó la palabra. — Lo siento, Blue. No es una fiesta. Es una reunión de amigos. Tú, Alex, Amy, Cath y Brad. ¿Sabes quiénes son Cath y Brad?

Conocía a Cath. O al menos sabía quién era. No me emocionaba que estuviera allí. No tenía ni la más mínima idea de quién era Brad.

— ¿Quién es Brad? — pregunté.

— Es un amigo mío. — escuché a lo lejos un grito de Alex diciendo que Dylan lo había remplazado. — Cállate, Alex. ¿Vienes Blue?

No me agradaba que estuviera Cath, pero supongo que a Alex tampoco. No habló muy bien de ella. Brad me daba igual.

Pero, su Alex iría...¿Por qué yo no? No podía ser tan malo.

Antes De Morir (Completa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora