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     Entré a la clase y vi a Amy. Amy es mi mejor amiga, desde el quinto grado. Es una chica bonita, supongo. Entre los estándares de belleza, creo que cumple la mayoría. Excepto ser 90-60-90. Aunque no creo que se necesite eso para ser bonita. Posee un cabello extremadamente liso y negro. En su rostro hay unos grandes, muy grandes, ojos negros también. Y arriba de ellos hay unas gruesas pero, de algún modo, enigmáticas cejas. Hemos pasado tantas cosas juntas, que no sé qué haría sin las ocurrencias de Amy.

     - ¡Amy! No sabes cuanto me alegro de verte. - dije saludándola con una gran y honesta sonrisa.

      Ella se paró de su asiento y fue a abrazarme.

     - Dios, ya había empezado a pensar que no vendrías. Creí que te fugarías con Alex. Pero al verte entrar pensé: No, Blue no se fugaría con Alex. - Cabe aclarar que no me fugaría con Alex ni hoy, ni nunca. Amy no me dejó dar mi respuesta, miro el escritorio y me dijo. - Lo siento, no pude guardarte lugar. Cuando vine los escritorios ya estaban ocupados y tenían sólo un asiento vacío.

     - No importa Amy. Veremos como consigo sentarme contigo. - luego voltee la mirada hacia el escritorio de Alex. - Desgraciadamente, al lado de Alex es el único lugar donde me puedo sentar por ahora.

     Hablamos unos tres minutos, quizás, cuando entró el profesor y nos pidió que nos sentáramos. Un señor rondando por los cuarenta, aunque ya tenía unas cuantas canas en el cabello. No tenía muchas arrugas, más de esas que comienzan a salir cuando ya vas llegando a los cincuenta. Solía vestir bien y no me quejo. Es un buen maestro de Biología.

      Entonces, me dirigí al lugar al lado de Alex, que seguía vacío.

      - Hola, es un gusto que te sientes acá. - dijo con una sonrisa.

      - Sabes muy bien que no quiero estar acá.

      - Y sabes muy bien que quiero que estés acá.

      - Por favor... - dije incrédula. - ¿Y Adam?

      - Allí está. - dijo señalando hacia Adam. Él era su amigo, creo. Apuesto a que le gustaría sentarse acá.

       Intenté en vano hablar con Adam. Al parecer los tontos se pusieron de acuerdo. Y Adam se aferraba con garras y dientes a quedarse donde estaba.

     - Wow, no sé cómo lo lograste pero nadie quiere hacer cambio. - reí un poco ante mi... No sé, mi mala suerte. Justo me quería sentar con  Amy para que me cuente todo lo que hizo. Porque ella hace más cosas interesantes que yo. - Nunca dejarás de sorprenderme, ¿no es así?

     - Jamás. - dijo Alex, mostrándome una sonrisa.

     Así que creo que me veré obligada a sentarme allí. Pero, en toda la clase no le dirigí la palabra a Alex. Sé que sueno desagradecida y un poco cínica. Después de todo, ¿no fue él quien me trajo a la escuela cuando una lluvia amenazaba con mojarme, al igual que a mis hermanas? Pero soy una persona poco paciente en algunos casos. Y una plática con él, puede llegar a sacarme de quicio en ocasiones. De igual manera, él no me intentó hablar. Estaba con los cinco sentidos lo que decía el profesor, por lo que pude ver.

     Luego de clase tras clase, era la hora del almuerzo. Iba caminando con Amy hablando acerca del chico que le gustaba, David. Entonces, un idiota me tapó los ojos, por la espalda.

     - ¿Quién soy, querida? - dijo alguien, tratando de cambiar la voz para que yo la reconociera, supongo. Y funcionó.

     - ¡Suéltame, imbécil! - dije haciendo las manos hacia atrás, intentando hacer que la persona que me tenía privada de la vista, quitara sus manos.

      No tenía idea de quién podría ser. No tenía novio, ni ningún amigo/novio, ni ningún pretendiente que me fuera a hacer algo así.

     - Si me dieras un abrazo, lo haría.

     - Oh, Dios. Amy, ¿quién es?

      Amy no me respondió, pero sabía que estaba allí por que no dejaba de reírse.

      Finalmente, me soltaron. Pero justo en el segundo que la persona me estaba soltando, me besó en la mejilla. Y era nada más y nada menos que Alex.

      - Me decepciona que no me reconozcas, Bluetooth.

Antes De Morir (Completa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora