#006

357 37 0
                                        

     - Eso fue muy estúpido de tu parte, ¿no crees? - reclamé molesta. ¿Quién no estaría molesta?

      - No lo sé. El alma quiere lo que quiere.- dijo con una sonrisa pícara y una mirada orgullosa.

      Enojada, me dí la vuelta y me fui. Entonces, Alex tomó mi muñeca.

       - Blue, espera. Quería pedirte algo.

       - Oh, yo también. Al juez. Una orden de alejamiento. - dije secamente. Estaba enojada con él.

       - No hablas en serio. El punto es... Que quería pedirte algo. - dijo nervioso, poniendo su mano en el cuello. Nervioso, como dije antes. - ¿No se si querrías ir a una "cita" conmigo? - dijo la palabra cita haciendo comillas con sus dedos.

      - Oh, claro. Con gusto. - dije, y el sonrió. Muy feliz. - Y luego, podríamos ir a tu casa y ver una película. ¿Eso te gustaría? Sarcasmo. - todos sabemos lo que ver una película en mi casa significa. Pueden llegar a pasar tantas cosas, menos ver una película.

     - Está bien, sé que fue idiota de mi parte besarte así, pero... Por favor, si sales conmigo está vez, no volveré a hablarte si tú no quieres.

      - Admito que es una oferta tentadora, pero igual... No puedo decirte que sí ahora, déjame pensarlo bien.

     Solté mi muñeca del agarre de Alex, lo cual no fue muy difícil ya que en realidad él no estaba poniendo nada de fuerza. Me alejé caminando rápidamente de allí, acompañada por Amy.

    - Eso fue épico. - y dicho esto, cuando ya estábamos considerablemente lejos de aquellos dos chicos, comenzó a reír.

     - No fue épico. - luego de decir esto, hubo un largo silencio. Bueno, un largo silencio de parte mía. No quería hablar sobre aquello.

      Al terminar las clases, fui de regreso a mi casa. Como si el universo estuviera conspirando contra mí, casualmente vi a Alex entra a su casa. Él me vio y me dirigió una de sus típicas sonrisas. Son lindas y agradables sonrisas.

     Mamá seguía en el trabajo, igual que Bob. La mayor parte del tiempo que pasaba en casa, no tenía más compañía que la de mi hermana y Maggie. Bob, salía tarde del trabajo. Mamá salía tarde del trabajo. Aunque Kate y Maggie no son mucho consuelo.

     Maggie suele pasar las horas en su habitación o en el comedor, haciendo tareas o leyendo. Uno conversación con ella puede ser agradable. Pero es tan raro que puedas mantener una conversación larga con ella, que será difícil que notes lo interesante que es.

      Kate... Bueno, a Kate le encanta hablar. No le gusta mucho leer. Puedo hablar con ella un largo rato de muchas cosas. Lo lamentable es que ella casi nunca está en casa. Triste. Mi hermana menor tiene más vida social que yo. No entiendo cómo.

     Debido a las tareas que tenía que hacer, y a que no tenía a nadie con quien salir a dar una vuelta, ya que a Amy no le permitían salir muy seguido, me encerré en mi habitación.

      Pensé en Alex. En la invitación que me había hecho, que después de todo era muy atractiva. Podría salir con él, no perdería nada. De igual manera, no dejaría de hacer nada. No suelo hacer muchas cosas por las tardes, una salida no estaría mal. Creo que sería lindo, además, salir con Alex.

      Así pasé la siguiente semana, debatiéndome entre la decisión que tomar.

     Aunque, claro, como eso no era suficiente en qué pensar, Amy me llamó por teléfono.

     - ¿Qué hay? - saludé.

     - Blue Emily Shaunfield. Tenemos una fiesta hoy. ¿Puedo pasar a tu casa? Ya sabes, como siempre, nos arreglamos juntas.

     - ¿Qué rayos? ¿Una fiesta? ¿De quién? - hice muchas preguntas extrañada. Ella no me dijo nada de una fiesta en todo el día. Además, apenas estamos regresando de las vacaciones. ¿Quién hace una fiesta tan rápido?

    Momento. Sophia, Cathy, Alex. Creo que ya sé que fiesta es.

     - ¿No te dije? Estaba casi segura de que te había dicho. En fin, ¿Sabes quién es Sophia?

     - La he visto, pero no le he hablado nunca, Amy. - dije. Oí un resoplido al otro lado de la línea.

     - No importa. Estoy segura de que la mitad de las personas que estarán ahí ni siquiera fueron invitadas. - reí, porque la verdad tiene razón. - ¿Llego a tu casa?

    -  Claro.

    Llamé a mamá para decirle que iría con Amy a la casa de Sophia. Preguntó quién era Sophia. Dije que era una compañera de mucho tiempo. Con diecisiete años ya sé que decir para conseguir un permiso.

    Amy llegó unos diez minutos después de llamar. Iba ya cambiada. Lo único que haría en casa era maquillarse. Llevaba un short más corto de lo que es un short normal. Tenía un top crop a rayas blanco y negro. Va muy destapada. Pero no la culpo. Si yo estuviera tan delgada como ella también vestiría así.

Con la ayuda de Amy, que  vestí con un pantalón flojo aqua y una blusa floja también, negra. En contra del gusto de Amy, me puse unos tacones. No son muy altos, pero tomando en cuenta que sin ellos ya soy más alta que ella, entiendo su descontento.

    Le pedí favor a Maggie de que nos maquillara. Porque, maquilla muy bien aunque 1) no se maquilla, 2) es más pequeña que nosotras, pero 3) maquilla considerablemente mejor que ambas. Si ella es el Miguel Ángel del maquillaje, nosotras hacemos pinturas rupestres.

Antes De Morir (Completa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora