Capítulo 1 .- La dulce risa

19.1K 697 62
                                    

Mi alarma comenzó a resonar por toda mi habitación, despertando mi malhumor y mis inmensas ganas de matar a todo el mundo.

–Maldita sea ¡Cállate! Aún es hora de dormir– exclamé, saqué mi brazo de mi deliciosa cobija, tomé la alarma y la aventé a quien sabe donde logrando partirla en pedazos.

–¡Rachel! ¡No pienso comprarte otra estúpida alarma! ¡Llevas 5 en un mes!–gritó mi madre desde el otro lado de la puerta. –¡Arriba niña!

-No quiero.- Gruñí.

–¡Andrew! ¡Levanta a tu hermana!–exclamó mi madre y abrí mis ojos inmediatamente.

Mierda.

Me levanté rápidamente de mi cama, tomé una almohada y me coloqué en posición de ataque detrás de la puerta. Unos pasos se acercaban y la perilla de mi puerta comenzó a girar lentamente.

–Hermanita, es hora de levantarse.– murmuró mi mellizo haciendo su voz malvada. Me pegué más a la pared, asomé mi cabeza y vi como traía un jarrón con agua en sus manos.

Maldito imbécil.

–¡Muere!– grité y comencé a pegarle con mi arma mortal, el giró y sonrió malvadamente. Tiré la almohada al suelo y comencé a tirar del jarrón de agua para que no lo vaciara encima de mi.

–¡Dámelo!

–¡Nunca!

–¡Lucas! ¡Tus hijos están peleando de nuevo!–gritó mi madre desde la planta baja. Andrew y yo nos miramos al mismo tiempo.

–Mierda– hablamos al unísono y vimos como nuestro padre se asomaba por la puerta. Ambos nos soltamos y Andrew se colocó a mi lado.

–Parecen niños pequeños.– Bufó mi papá. Mientras se colocaba su bata–Andrew te irás caminando a la escuela por una semanas y tu Rachel no tendrás tu libro en una semana.–Solté una carcajada al escuchar el castigo de Andrew, pero luego reaccioné.

–¿Qué? ¡No! ¡Mis bebés no tienen por qué entrar a este negocio sucio!–exclamé desesperadamente.

–¡Papá tengo una reputación que mantener! ¡Chicas qué impresionar! ¡Y yo solo no puedo hacerlo!

–Claro que puedes hacerlo, además el coche es mío, y yo puedo quitártelo si quiero.– Dijo y aguanté mis ganas de reír al ver a Andrew molesto

–¡No es justo! ¡Ella tuvo la culpa!–Lo miré lo peor que pude y asesiné a Andrew en mi cabeza.

–¡Oye! ¡Eso es mentira! Yo solo quería seguir durmiendo, tonto.–el levantó una ceja y me vació el jarrón en mi cabeza, la ira comenzó a apoderarse de mi cuerpo. Lo tomé de cuello y me abalancé sobre él–¡Eres un Idiota!–él comenzó a reír como cerdo mientras se ponía rojo por la falta de oxígeno.

–Dos semanas, Rachel.- habló mi padre y finalmente bajó las escaleras. Solté a Andrew y caminé hacia el baño.

–Te odio, maldito aborto de puerco.- exclamé y cerré la puerta de mi baño con un fuerte golpe.

(...)

–¡Rachel! ¡Baja a desayunar! ¿Cuántas veces tengo que hablarte?– gritó mi madre desde la planta baja. Me coloqué una chaqueta y me miré por última vez al espejo. Tomé dos bolitas para el cabello y me hice dos chonguitos en mi cabeza.

Mi Apuesta Favorita (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora