Capítulo 34

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–Rachel, llegamos- susurró Andrew, abrí mis ojos, me levanté, tomé mis cosas y salí del avión, caminamos para ir por nuestro equipaje.

–Cuando nos instalemos en la casa, ¿Qué te parece si salimos a explorar un poco?– propone Andrew, asentí si ánimos y me abrazó. Tomamos un taxi y nos dirigimos a casa.

–Nena, ¿quieres que te prepare algo de almorzar cuando lleguemos?–preguntó mi madre.

–No, no tengo hambre mamá.–suspiré, pegue mi cabeza a la ventana y me concentré en ver la hermosa ciudad de Toronto. Llegamos a lo que supongo sería mi nuevo hogar, bajamos el equipaje y entramos a la casa.

–Ma, ¿cuál es mi habitación?- pregunté dejando las cosas en el suelo.

–Subiendo las escaleras a la derecha la primera puerta.–sonrío y asentí. Tomé mis cosas y subí a mi habitación, abrí la puerta. La habitación era hermosa, sencilla. Entre a la habitación y acomodé mis cosas. Me tiré en la cama. La puerta sonó, me levanté de la cama y la abrí.

–¿Ya estás lista?- preguntó Andrew, me recargue en la puerta, Andrew tomó mis cachetes y los aplastó. - Anda ve por tu suéter que hace frío.–regrese por mi suéter, me lo coloqué y salimos de la habitación. Bajamos las escaleras y salimos de casa y comenzamos a caminar.

–¿A donde iremos?- pregunté estremeciéndome un poco por el frío.

–Busque por internet alguna cafetería, ya que te encantan ir a esos lugares, encontré una, así que vamos–asentí, seguimos caminando, veía las calles de la ciudad que eran preciosas y calmadas nadie hablaba, el silencio invadía cada vez más, pero aún así era bastante cómodo.

–Rachel, él es un idiota, no te merece, podrás  olvidarlo–murmuró Andrew dice rompiendo el silencio.

-¿Cómo se supone que olvidas a la única persona que te hacía olvidarlo todo?- susurré con una enorme tristeza, Andrew calló.–No quiero seguir hablando de eso Andrew.

-Sé que duele pero debes continuar con él o sin él- susurró, rompí en llanto de nuevo y él me tomo entre sus brazos tratando de calmarme nuevamente.

Como si fuera tan sencillo dejar ir a la persona que quieres.

Darren POV.

Caminaba sin rumbo en las calles. Desearía que nada de esto hubiera pasado, si ella estuviera aquí conmigo estaría colgada en mi espalda o contado cualquier chiste para hacerme reír, su locura me llenaba por completo, alegraba mis días, ella era lo que deseaba tener para toda mi vida.

No contestaba mis llamadas, ni mis mensajes. Estaba desesperado, necesitaba hablar con ella a cómo diera lugar, necesitaba que ella me escuchara.
Comencé a correr tan rápido como pude hasta llegar a su casa, caminé hacia la puerta y comencé a tocar como loco.

–¡Rachel! ¡Abreme! ¡Por favor!- grité sin dejar de tocar fuertemente. –¡Rachel!  ¡Abreme te lo suplico!- grité,  alce la mirada y vi su ventana, caminé hacia el árbol que estaba cerca de su ventana, subí, abrí la ventana y entré.

–¿Rachel?– murmuré. Mire todo a mi alrededor y un nudo enorme comenzó a formarse en mi garganta. Corrí hacia su armario y lo abrí rápidamente, sentí un enorme hueco en mi estómago al no ver ninguna prenda de ropa, caminé hacia a las gavetas, baño, todos lados y no había nada.

-¡No! ¡No! ¡No!- comencé a golpear la pared con fuerza, mientras maldecía, pegue mi espalda a la pared y me deslice en ella hasta sentarme en el suelo, cerraba los ojos una y otra vez con la esperanza de que todo fuera un sueño, que todas sus cosas estuvieran aquí junto con ella a mi lado.

Mi Apuesta Favorita (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora