15. Ladrones en la mazmorra.

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La mañana del domingo.

—Alice, vamos levántate —la sacuden por Hermione salvajemente.

—¡Hermione! —chilla Alice —. Puedes provocarme la muerte si sigues despertándome asi.

—Es un riesgo que estoy dispuesta a correr —dice, cuando Alice se sienta y fulminaba a Hermione con la mirada —, vístete, ire a despertar a Ron, nos vemos en el baño de Myrtle.

Alice estaba haciendo la poción, junto con Hermione y Ron. Mas bien Hermione la hacia, ya que Hermione pensaba que la manera en que revolvía las mezclas no eran apropiadas.

—De acuerdo, hazlo tu —gruñó Alice, poniéndose contra la pared de madera y mirando para otro lado.

Abren la puerta

—Shhh, alguien entro — balbuceo Ron — demonios, no debí haber entrado

—Soy yo —dijo Harry, entrando en los lavabos y cerrando la puerta. Oyó un golpe metálico, luego otro como de salpicadura y un grito ahogado, y vio a Hermione mirando por el agujero de la cerradura.

—¡Harry! —dijo ella—. Vaya susto que nos has dado. Entra. ¿Cómo está tu brazo?

—Bien —dijo Harry, metiéndose en el retrete. Habían puesto un caldero sobre la taza del inodoro, y un crepitar que provenía de dentro le indicó que habían prendido un fuego bajo el caldero. Prender fuegos transportables y sumergibles era la especialidad de Hermione.

—Pensamos ir a verte, pero decidimos comenzar a preparar la poción multijugos  —le explicó Ron, después de que Harry cerrara de nuevo la puerta del retrete. Hemos pensado que éste es el lugar más seguro para guardarla.

Harry empezó a contarles lo de Colin, pero Hermione lo interrumpió.

—Ya lo sabemos, oímos a la profesora McGonagall hablar con el profesor Flitwick esta mañana. Por eso pensamos que era mejor darnos prisa.

—Cuanto antes le saquemos a Malfoy una declaración, mejor —gruñó Ron—. ¿No piensas igual? Se ve que después del partido de quidditch estaba tan sulfurado que la tomó con Colin.

—Hay alguien más —dijo Harry, contemplando a Alice, que partía manojos de centinodia y los echaba a la poción—. Dobby vino en mitad de la noche a hacerme una visita.

Ron, Alice y Hermione levantaron la mirada, sorprendidos. Harry les contó todo lo que Dobby le había dicho... y lo que no le había querido decir. Ron y Hermione lo escucharon con la boca abierta. Alice estaba concentrada en la poción.

—¿La Cámara de los Secretos ya fue abierta antes? —le preguntó Hermione.

—Es evidente —dijo Ron con voz de triunfo—. Lucius Malfoy abriría la cámara en sus tiempos de estudiante y ahora le ha explicado a su querido Draco cómo hacerlo. Está claro. Sin embargo, me gustaría que Dobby te hubiera dicho qué monstruo hay en ella. Me gustaría saber cómo es posible que nadie se lo haya encontrado merodeando por el colegio.

—Quizá pueda volverse invisible —dijo Alice, empujando unas sanguijuelas hacia el fondo del caldero

— O quizá pueda disfrazarse, hacerse pasar por una armadura o algo así. He leído algo sobre fantasmas camaleónicos...

—Lees demasiado, Hermione —le dijo Ron, echando crisopos encima de las sanguijuelas. Arrugó la bolsa vacía de los crisopos y miró a Harry—. Así que fue Dobby el que no nos dejó coger el tren y el que te rompió el brazo... — Movió la cabeza—. ¿Sabes qué, Harry? Si no deja de intentar salvarte la vida, te va a matar.

Alice y la Camara Secreta [AIH#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora