26. El heredero de Slytherin.

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[N/A]: Ya que no leen mis comentarios, les voy a dejar aquí arriba.

En realidad no quería subir los últimos capitulos, hasta que hubiera votos y comentarios, pero como he dicho en un principio, para los que en verdad apoyan la novela, disfruten del capitulo, por favor comenten y voten o les echare un conjuro.

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Alice y Ron movían rocas pero tan solo era un escaso camino el cual había quedado descubierto.

—Hace falta un poco de luz —dice Alice, haciendo luz con su mano, muy escasa.

—¿Otra habilidad? —pregunta Ron.

—Si, aunque no se usarla muy bien —comentó justo cuando desaparecía.

—¿No tendras alguna habilidad o hechizo para quitar rocas?

— No tengo ningún hechizo para quitar rocas — dijo Alice, pateando con fuerza una roca, pero eso hizo que le doliera la pierna, que se deshaciera un poco la pila de rocas

— Dale Alice, ve — dice Ron —, tienes esas habilidades curativas, además de que eres una buena bruja a Harry le ayudara y podrias salvar a mi hermana.

— Ron, si tu hermana esta muerta, no...

— ¡POR FAVOR! — dijo por lo alto —. Ayudala, que no muera — Alice mira asombrada a Ron

— Haré lo que pueda, por la familia — Alice intenta subir, pero se le era difícil y escucho un chillido por la espalda, voltea y era un fénix, que baja, tomando a Alice de la toga.

El ave volaba rápido y la dejo en una entrada, Alice había llegado, quería saltar de emoción, pero la extraña sensación, el desprendimiento de su cuerpo, hizo que se quedara donde el ave la había dejado. Escuchando lo que se hablaba

—Bueno, verás, Ginny me lo contó todo sobre ti, Harry —dijo una voz alterna, mientras Alice se intentaba acercar—. Toda tu fascinante historia. Quería averiguar más sobre ti, hablar contigo, conocerte si era posible, así que decidí mostrarte mi famosa captura de ese zopenco, Hagrid, para ganarme tu confianza.

—Hagrid es mi amigo —dijo Harry, con voz temblorosa—. Y tú lo acusaste, ¿no? Creí que habías cometido un error, pero...

Ryddle empezo a reírse con su risa sonora.

—Era mi palabra contra la de Hagrid. Bueno, ya te puedes imaginar lo que pensaría el viejo Armando Dippet. Por un lado, Tom Ryddle, pobre pero muy inteligente, sin padres pero muy valeroso, prefecto del colegio, estudiante modelo; por el otro lado, el grandón e idiota de Hagrid, que tenía problemas cada dos por tres, que intentaba criar cachorros de hombre lobo debajo de la cama, que se escapaba al bosque prohibido para luchar con los trols. Pero admito que incluso yo me sorprendí de lo bien que funcionó mi plan. Creía que alguien al fin comprendería que Hagrid no podía ser el heredero de Slytherin. Me había llevado cinco años averiguarlo todo sobre la Cámara de los Secretos y descubrir la entrada oculta... ¡como si Hagrid tuviera la inteligencia o el poder necesarios!

»Sólo el profesor de Transformaciones, Dumbledore, creía en la inocencia de Hagrid. Convenció a Dippet para que retuviera a Hagrid y le enseñara el oficio de guarda. Sí, creo que Dumbledore podría haberlo adivinado. A Dumbledore nunca le gusté tanto como a los otros profesores...

—Me apuesto algo a que Dumbledore descubrió tus intenciones —dijo Harry, rechinando los dientes.

—Bueno, es verdad que él me vigiló mucho más después de la expulsión de Hagrid, me fastidió bastante —dijo Ryddle sin darle importancia—. Me di cuenta de que no sería prudente volver a abrir la cámara mientras siguiera estudiando en el colegio. Pero no iba a desperdiciar todos los años que había pasado buscándola. Decidí dejar un diario, conservándome en sus páginas con mis dieciséis años de entonces, para que algún día, con un poco de suerte, sirviese de guía para que otro siguiera mis pasos y completara la noble tarea de Salazar Slytherin.

Alice y la Camara Secreta [AIH#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora