Consumación

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- Pase Majestad, el Rey le espera-Monson me cedió el paso antes de entrar a la habitación Real

Cuando desperté en la mañana el mismo Monson me había dicho que hoy no haría ninguna de mis actividades, Jonathan pidió verme. Así que lo único que hice fue arreglarme, mis mucamas me ayudaban con el peinado y arreglaban la recámara pero no discutieron nada de lo ocurrido el día de ayer (lo cual agradecí) sólo hacían comentarios chistosos de la cocinera y el jardinero. El vestido Rosa tenue hacia más pálida mi tez blanca recogiendo mi cabello en un nudo, un poco de maquillaje hacían resaltar mis ojos, y no podía haber "mejor" arreglo que la ausencia de una sonrisa en mi rostro. Ellas lo notaron, entonces me involucraban en sus conversaciones sin embargo sólo asentía de vez en cuando.
Horas más tarde tocan la puerta dando aviso de que era momento de irme. Agradecí a mis mucamas por su trabajo y seguí los pasos de Monson una vez fuera de la habitación. El recorrido de los grandes pasillos y el bajar las escaleras hacia más largo el tiempo, una vez que atravesamos el patio principal (que daba hacia la entrada) dos carruajes se encontraban ahí, el movimiento de maletas y siervos hacia extraña la escena. Diviso a lo lejos a Frans subiendo al carruaje junto con su hijo, sin darme cuenta pare en seco para tener un mejor panorama. Por qué se están marchando?- me pregunté mientras observaba, el día de ayer habían llegado y sin más hoy se iban.
Mientras hacía esa reflexión en mi mente siento una mirada sobre mí y por instinto mis ojos pasan hacia esa carga encontrando a Asger verme detenidamente.
- Reina Desiree, No hagamos esperar a Su Majestad.- anunció Monson
Y como si olvidará que ellos estaban afuera sigo caminando sin voltear pero aún con esa sensación de unos ojos detrás mío.
En menos de un minuto ya estábamos enfrente de unas puertas de madera pintadas de un blanco celestial, los adornos y detalles en oro hacían más hermosa aquella entrada. Nervios inundan mi cuerpo, nose ni que decir, ni de lo que quiere discutir conmigo aunque eso no quitaba la desilusión que sentía, cuando llegó se abstuvo de hablar cuando era el momento ya que lo único que importaba para él son otros asuntos, creo que me acostumbrare a estar en segundo lugar.

El siervo da pequeños golpes a la puerta -Pase Majestad, el Rey le espera-Monson me cedió el paso antes de entrar a la habitación Real.

Con un poco de duda entro a paso lento. Lo primero que hago es buscarlo, no esta a la vista. Miro a mi alrededor y me fijó en cada detalle de la habitación, las paredes están tapizadas de color verde y otras de blanco. Al principio me quedé en mi lugar creyendo que el vendría a buscarme sin embargo mi desesperación no pudo más y empecé a explorar un poco fascinada por recordar con detalle , algo que me sorprendió es que el cuarto es más grande de lo que parece: hay pasillos que conectan a diferentes espacios avanzo un poco y me percato que hay varias ventanas, dando más luz. Entre a lo que suponía era el cuarto donde dormía, el olor a menta impregnó en todo el lugar, era muy grande y hermosa habían retratos de su familia colgados en las paredes, estantes de libros hacían más interesante el lugar y un gran balcón daba a exterior donde cortinas de seda blanca se movían como el viento soplaba y quisiera.

-Pensé que no vendrías- su voz me sobresalto dejando escapar un pequeño grito. Jonathan ya estaba a lado mío

- Pero aquí estoy Su Majestad- dije neutra sin mirarle. Jonathan notó mi indiferencia. Puso sus dedos índice y medio en mi barbilla obligando me a verle.

- Que es lo que molesta a la Reina?

- Lo sabe bien- No podía ser más cínico.

-Quiero que me lo digas- exigió

- Su rechazo el día de ayer.- dije cortante y resentida.

- No fue rechazo.

- Yo lo sentí así, en vez de recibir a mi marido con gran fervor el se inmuta a siquiera mirarme, como si hubiera cometido algo imperdonable.

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