Si tiene que acabar conmigo, que lo haga.

4.6K 345 136
                                    


Sara

No me da tiempo a echarme la leche en los cereales que ya noto como me vibra el móvil encima de la barra de desayuno. Me estiro hasta llegar a él y miro quién me llama; María, ¿qué querrá a estas horas? Descuelgo con una sonrisa en los labios.

-Sara al aparato -respondo divertida.

-Anda, no me digas -se ríe y ruedo los ojos con fastidio- ¿qué estás haciendo?

-Intentaba desayunar hasta que me has interrumpido -le explico.

-No puedes -me dice y frunzo el ceño sin entenderla.

-¿No puedo desayunar porque tú lo digas? -le pregunto divertida.

-Exacto -se ríe- de hecho estoy de camino a tu casa en estos momentos -me informa y miro el reloj de mi muñeca, ¿a las diez de la mañana? - Sí, sé que es pronto -me dice antes siquiera de poder reprocharle nada- pero tenemos que ir a la firma.

-¿Enserio María? -me río ésta vez- ¿De verdad vas a repetir exactamente lo mismo que la otra vez y vas a querer que nos pasemos media vida haciendo cola?

-Sí -pronuncia flojito y sé que lo hace aposta creyendo que si suena adorable le será más fácil convencerme- No quiero perderme esa experiencia de nuevo.

-María -le riño- ¿experiencia de qué? -sonrío levemente- pero si hasta te has acostado con Jesús, ¿para qué vas a querer hacer una cola de mil demonios solo para verle? -la escucho suspirar- Sé que te dije que iríamos pero creía que iríamos de paso y que les veríamos a lo lejos sin necesidad de quedarnos en la cola para que te firmasen nada; ¿es que acaso tienes algo más para que te firmen?

-Sí -susurra- han sacado una edición especial y... - la escucho ilusionada y acabo suspirando- me haría ilusión ir.

-Y eso no es porque quieres ver a Jesús, ¿verdad? -le pregunto y se queda callada unos instantes- Te mataré -la riño al saber que hay silencios que dicen más que cualquier palabra- Voy a vestirme -la escucho reír.

-Sabía que te convencería -chulea divertida.

-¿A qué no te acompaño? -le pregunto sonriendo.

-Te quieeeeeeeeeeeeero -dice alargando la "e" para intentar sonar divertida. 

Sonrío y le acabo colgando. Al hacerlo me fijo en mi fondo de bloqueo; es una foto con Dani; cómo no; en ella le muerdo la mejilla y él sonríe como un niño pequeño y eso me encanta. Paso con delicadeza uno de mis dedos por la pantalla y sonrío aún más. Ya le echo de menos y lo vi hace un par de días. No hemos dejado de hablar ni un solo día aunque todavía no tenemos claro lo que somos; no porque él no lo tenga claro, sino porque todavía me da miedo qué es lo que pueda pasar. En breves empezarán de nuevo las clases y yo buscaré trabajo; él viajará y estudiará y una parte de mi -por pequeña que sea- cree que todo esto no puede terminar bien aunque me empeñe en volver a intentarlo con él. Me da miedo y no quiero que el miedo me impida vivir una de las cosas más bonitas que la vida me ha dado. No quiero terminar con algo que ahora ha vuelto a empezar y, no es que no quiera, es que sé que no puedo volver a cometer el mismo error. Por muy difícil que puedan ponerse las cosas, aunque podamos pasarnos días sin vernos y sin hablarnos; quiero intentar que todo eso me dé igual si le tengo conmigo porque sé que la mayor distancia que hay entre dos personas es la que ellos deciden ponerse y yo siempre le siento aquí, conmigo. Sé que siempre estará conmigo. 

El móvil me vibra entre las manos y salgo de esa nube en la que me había metido. Sonrío al ver un "mi dani" y lo abro sin pensarlo. 

-"¿Venís a la firma no?"- sonrío- "Jesús es un puto pesado que no deja de preguntármelo"

¿Cómo se te puede querer tan fuerte? (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora