Solo una oportunidad más.

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Dani

Miro a Sara desde la cama, noto como le tiembla el pulso e intento no levantarme para ir hasta ahí y abrazarla. No puedo ser siempre yo el que va a buscarla. Me paso una mano por el pelo nervioso y escucho como sus tacones golpean el suelo mientras se acerca hasta mi lado para sentarse en la cama. Noto movimiento en mi lado y veo que está dejando el móvil encima de la mesita de noche. Le brillan los ojos a más no poder pero no dice absolutamente nada. 

-Estoy cansado de ser el malo de la película siempre -le susurro sin mirarla- Ya te lo dije en su día Sara -me muerdo el labio unos segundos- Siempre huyes de los problemas en vez de intentar arreglarlos y no haces más que intentar dejarme una y otra vez. 

Escucho como hace un ruido con la nariz y sé, solo con hacer eso, que ya está llorando.

-Ayer dijiste que... -dice con la voz temblorosa-... quizás lo mejor habría sido no conocernos. 

Me giro levemente para así poder mirarla y coloco una de mis manos encima de sus piernas.

-Y sabes de sobra -digo acariciándole lentamente su piel- que eso nunca será verdad. 

-Pero... -me interrumpe pero no la dejo.

-Pero nada -le digo- Sara siento que cada vez que doy un paso hacia a ti, tú das tres más hacia atrás y que por mucho que intente pelear por ti, no vas a dejar que lo haga.

-Eso no es verdad -intenta defenderse pero niego con la cabeza.

-Es que... -la miro a los ojos fijamente-... muchas veces siento que estás buscando excusas para no luchar por eso.

-No es así Dani pero -se muerde el labio inferior- a veces siento que muchas cosas son superiores a mi.

Cojo una de sus manos que está junto a su regazo y entrelazo sus dedos con los míos.

-¿Acaso no te hago feliz? -le pregunto con miedo.

-Claro que lo haces -responde sin dudarlo.

-¿Entonces? -le pregunto y niega con la cabeza- ¿Es que te entran las dudas de si quieres o no estar conmigo? -le digo sin más y no obtengo ningún tipo de respuesta. Le suelto lentamente la mano porque hay veces que los silencios llegan a decir más que muchas palabras. Hay silencios que golpean más que el propio golpe. Me levanto de la cama y me paso, nuevamente, una de mis manos por el pelo- ¿Sabes? -digo intentando llamar su atención- Llevo unas semanas de mierda y eso ni siquiera lo sabes -la miro fijamente y veo que está sorprendida- Estoy cansado... -le confieso- Hay muchas firmas, el verano se acaba, hay conciertos y entre todo eso intento buscar tiempo para ti y para que todo esto funcione y siento que no estoy haciendo nada bien -admito en voz alta por primera vez, ni siquiera Jesús sabe que me siento así- Sé que estoy haciendo lo que quiero, lo que me apasiona e intento vivir al máximo esto que estoy viviendo porque no sé hasta cuando durará -deja de mirarme unos segundos- ésta es mi vida Sara y últimamente noto que está pudiendo conmigo -respiro un par de veces para no echarme a llorar, ahora no es el momento- Intento que lo nuestro no me afecte cuando estoy en una firma o cuando estoy en alguna entrevista o en alguna radio pero al fin y al cabo siempre acabo pensando en ti -veo como se seca las lágrimas- Últimamente estoy de los nervios por todo y siento que no estoy haciendo nada bien -intento sonreír pero no me sale- y no sé qué es lo que pasa conmigo, voy a conciertos y los disfruto con todas nuestras niñas, lo vivo como nunca pero a veces siento que no estoy dando todo de mi -me paso una mano por los ojos, para dejar de llorar- incluso ha habido niñas que en los meets se van solo con Jesús y a veces me pregunto si es que estoy haciendo algo mal, si, no sé... -me giro para que no me vea llorar-... quizás es que no estoy hecho para que me quieran o... -noto unas manos en mi cintura- no dejo de hacer las cosas mal y no entiendo que es lo que no estoy haciendo bien y... -noto un beso en mi espalda.

¿Cómo se te puede querer tan fuerte? (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora