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015. Tomlinson family.

Louis' Pov.

Me desperté temprano ese lunes, tenía muchas cosas que hacer. La mirada confundida de Zayn, como si estuviera en otro mundo, me confirmó que sí, sí me había levantado temprano. Demasiado, diría yo. 

Me preguntó la razón de aquello, le respondí que Jay me había invitado a almorzar y yo gustoso, acepté. Hace tiempo que no la veía ni a ella ni a Mark, además, extrañaba a los pequeños demonios que tenía por hermanos.

Todo el camino tarareé las canciones que pasaban por la radio. Había sido muy difícil irme de casa, más para mamá, ya que nunca la había abandonado, pero también entendía que era tiempo de que el pequeño retoño se convierta en un adulto correcto y derecho.

Al observar que ya había llegado a mi destino, suspiré. Me estacioné correctamente al frente de la gran casa, me bajé de 'Lily' y le puse seguro al cerrar la puerta.

Subí las pequeñas escaleras del pórtico y me dispuse a tocar el timbre. Sonó por toda la casa, alguien abrió la puerta y al no ver a nadie tuve que agachar la cabeza para encontrarme con un espejismo.

Daisy y Phoebe estaban en el umbral de la puerta, me observaron desde la punta de mis pies hasta mis ojos azulados y sus ojitos brillaron, junto a sus sonrisas que se formaron cuando les sonreí.

—¡Boo bear! —chillaron al unísono y cada una se colgó de cada pierna mía.

—Yo también las extrañe, pequeñas ratonas —les dije y entré a casa. Mi casa. Cerré la puerta y me crucé con alguien a quien reconocía lo suficientemente bien. —Así que... me he ido y lo único que haces es estar con el celular y ya ni siquiera me mi... —Lottie pasó de mí, ignorándome completamente. —Ras. —terminé la oración y me dirigí hacia ella -con las gemelas aún en mis piernas- para quitarle el aparatito ese.

—¿Qué coñ...? ¿Louis? Hermanito, ¿qué haces aquí? —frunció el ceño y yo sonreí hipócritamente.

—¿Hermanito? ¿Así llamas al chico que te lleva pocos años? 

—No es mi problema de que ya estés por llegar a los ochenta y tu humor siga siendo de la mierda. —se cruzó de brazos y yo gruñí.

Iba a decirle que se vaya a la mierda y que se compre otro tinte, ya que el que tenía ahora se le estaba agotando. Me atraganté la risa al recordar a Niall.

Sentí a alguien más ahí, me volteé y pude ver unos ojos muy familiares.

Sonreí con el gato de Alicia en el país de las Maravillas y me solté de las gemelas.

—Felicite. —susurré corriendo hacia ella y ella sonrió.

—Hola, boo. —me dijo cuando la abracé.

Había crecido tanto, ella era mi favorita, aunque nunca se lo dije a las gemelas o me matarían. El abrazo duró mucho, trayendo a mi cerebro los recuerdos de que nos quedábamos hasta la madrugada hablando de cualquier estupidez, con ella tenía más confianza. Muchas más que con Zayn o Harry.

—Y... ¿cómo estás? —me preguntó al separarnos. Suspiré.

—De la mierda, ¿tú? 

—Como siempre, estamos iguales. —fue lo único que respondió hasta que sentí unos brazos en mi espalda. Era mi mamá.

Me volteé para abrazarla fuertemente. Sí, puede que sea muy dramático, que fuera como si me hubiera ido a la guerra, pero es que no nos veíamos muy a menudo. Y estar sin esas pequeñas personas, me hacía sentir solo y desamparado.