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016. He's Styles.

Harry's Pov.

—Bien, adiós. —murmuró Louis y se bajó del auto.

Fruncí el ceño al ver como se alejaba del auto, cerró la puerta y yo solté un jadeo.

—Tiene que ser una maldita broma —susurré, apagué el motor para luego sacar la llave del contacto. Salí del auto y él no volteó. —¡Hey! —grité y él volteó con el ceño fruncido. —¿Es en serio? ¿Te vas como si nada?

—No sabía que tenía que decir algo, gatito. —sonrió y yo gruñí mientras lo llevaba a un callejón.

Al llegar, lo acorralé hacia la pared, él jadeó.

—¿Puedes dejar de decirme 'gatito'?, haces que suene como algo sucio —murmuro y él sonríe de lado para que yo rodeé mis ojos. —Escucha, sé que estás arriesgándote, igual yo. Pero... Dios, ¿sabes cómo me sentí cuando dejaste de...? —sentí mis mejillas arder al recordar lo del auto. —En fin, me sentí frustrado, desesperado y ansioso y, ¿sabes qué? Es así como me siento todos los días.

>No dejo de pensar en ti, nunca. ¿Por qué? Porque muero por sentir tus labios en los míos, otra vez. Muero por sentir tus manos en mi cintura, o escuchar tus palabras o sentir como te mueves contra mí. Adoro sentir eso —me acerqué más a él, su cara era un poema pero lo que decía salía del corazón. —Me estás volviendo loco, Louis Tomlinson. Y creo que me encanta. —eso último lo digo en sus labios.

Empiezo a mover mis labios contra los suyos, él me toma de la cintura y me voltea, haciendo que mi espalda choque con el duro cemento. Y él empieza a tener el control, como siempre. El beso era suave y dulce, pero luego, cuando él metió su lengua en mi boca, el beso se volvió duro y excitante.

—Tú también me vuelves loco, no sabes cuánto —me susurra en mis labios. —Quisiera llevarte arriba y hacerte tantas cosas, gatito. Muchas cosas. 

Mi corazón dio un vuelco, soltó una sonrisita de lado al escuchar mi jadeo. Yo también moría de ganas de que haga muchas cosas.

—Entonces, házlo. 

Nos quedamos en silencio, mirándonos nuestros ojos y nuestros labios respectivamente. Si la tensión tuviera forma, sería como si miles de espirales nos rodearan y entraran a nuestro cuerpo. Estaba tan cerca, tan... ahí. Inclinamos lentamente nuestros rostro hacia el del otro, hasta que el celular de Louis sonó.

Gruñó, se separó un poco de mí y suspiró.

—Salvado por la campana —contestó la llamada. —Más te vale que sea importante, negro —hubo una pausa. —Ya estoy aquí, enseguida subo —murmuró sin despejar sus ojos de mí y luego finalizó la llamada. —Uh, era... era Zayn, quiere hablar conmigo de algo y pues...

—Está bien, anda —interrumpí, pero él volvió a abrir la boca para decir algo. —No importa, Lou, podemos hablar otro día, ¿de acuerdo? —él sonrió cerradamente y me dio un corto besito.

Pero lo tomé del cuello de su polera y lo besé de verdad. Volví a sentir a la pared en mi espalda, él puso su mano derecha en la pared, al lado de mi cabeza, su mano izquierda se posaba en mi cadera. Acaricié su cabello, el beso era lento y dulce. No había apuro, solo queríamos sentirnos el uno al otro.

Nos separamos porque nuestros pulmones ardían por algo de oxígeno. Chocamos nuestras frentes y suspiramos.

—Tienes que subir, vamos. —le dije y él asintió.

Me tomó de la mano y salimos del callejón. Al llegar a mi auto, me abrazó. Sentí su rostro en mis rizos y yo escondí el mío en su cuello. Nos separamos al mismo tiempo y depositó un corto beso en la punta de mi nariz.