~Narra Amaia~
Un fuerte dolor cerca de mi cadera hace que me despierte de mi profundo sueño. Abro poco a poco los ojos pensando que ese dolor era parte de mi sueño pero aún sigue atormentándome. Lo primero que veo es a Pablo a mi lado con los ojos cerrados y llenos de lágrimas a su alrededor, me fijo la causa de mi dolor y veo su mano apretando fuertemente esa parte, incluso clavándome las uñas en mi piel. No se como hacer que se despierte sin que se lleve un buen susto, dicen que si te despiertan bruscamente puede producirte un paro cardiaco, por eso hay que tener cuidado con los sonámbulos y no se si Pablo es uno de ellos. Empiezo meciéndole un poco pero eso lo empeora, me da un fuerte empujón y acabo en el suelo dándome un fuerte porrazo en la cabeza, tanto es el dolor que tengo que cerrar los ojos ya que la luz me molesta.
-Perdón, perdón-escucho decirle desconcertado, después me quedo insconciente.~Narra Pablo~
No debí haberle pedido que durmiera a mi lado, de esa manera no le hubiese producido daño alguno, está claro que lo que toco se convierte en destrozo. Sollozo, como llevo haciendo semanas desde que sucedió aquel suceso. Mi hermana sale de su habitación cerrando la puerta con sigilo para no hacer ruido.
Al ver que no me contestaba, ni se inmutaba, la única ayuda que pedí fue a mi hermana, no quería preocupar a los demás.
-¿Cómo está? Lo ves hermanita, solo provoco el mal-mi hermana sonríe mientras me seca las lágrimas con sus pulgares, en el fondo eso me calma, me calma el hecho de que si le hubiese pasado algo no me sonreiría de esa manera.
-Se quedo insconciente por el golpe y ahora está un poco perdida pero mañana se le pasa, no te preocupes-suspiro al escuchar la noticia-¿Qué hacías durmiendo a su lado?-me pongo colorado por las intenciones de mi hermana.
-Echaba de menos dormir con alguien-por no decir que mientras ella dormía, más de una vez he visto a Salomé en vez de Amaia.
-Bueno, ahora déjala descansar-me da una palmadita en la espalda y marcha entrando de nuevo a su habitación.
Poso mi mano sobre la manivela con indecisión, no se si será buena idea molestarla pero necesito saber como se encuentra en realidad. Hago lo mismo que Casilda y la veo dormida con un pequeño moratón en la parte izquierda de su cabeza, me pongo nervioso ¿Qué clase de monstruo puedo llegar a ser? Me siento tan culpable de mi mismo, con miedo por dentro.
Cojo una silla, la acerco a la cama y me siento en ella, cogiendo su mano y acariciando su suave piel.
-Perdóname el mal que te he hecho en tan pocas horas-susurro-Yo no quería hacerte daño, quería hacérselo al mundo por darme este sino tan maldito-Amaia permanece aún dormida y el sueño de llevar días sin dormir hace que apoye mis brazos al lado de su cuerpo y después apoye mi cabeza intentando dormir.
Remember me
Now that your skin and your skin melted.Me sobresalto al sentir la mano de alguien en mi hombro, lo primero que me encuentro es Amaia sonriéndome y con los ojos bien abiertos.
-¿Qué haces aquí?-dice con una pequeña risa-¡Vas a coger dolor de espalda!
-No podía dormir sin ti-le digo sin poder controlar las palabras que salen de mi boca-Pensando en que te había hecho daño-ella vuelve a dar esa pequeña risa, su cara resalta más que nunca, en las horas que la he conocido nunca la había visto tan guapa como ahora.
-¡Qué desconfiado! No ha sido para tanto, no es la primera vez que me caigo de la cama-miro el suelo avergonzado-Túmbate conmigo, llevaba tanto tiempo sin dormir con alguien-sin pensarlo lo hago, me acuesto a su lado fijándome en sus ojos tan bonitos.
-¿Tú también te sientes sola?-le pregunto, ella busca una respuesta que darme.
-Siempre, nos enseñan a vivir con gente pero no a vivir con la soledad-la piel que estoy acariciando en estos momentos se tensa-Pablo, yo te quiero ¿Por qué crees que soy tu psicóloga? Te llevo queriendo desde que tu hermana me habló de ti, desde que escuche tu gran voz, desde que descubrí quien era el gran Pablito, desde hace tanto tiempo que cada vez que me acordaba de ti, sentía esa soledad-la callo con un gesto que no es muy común de mi, tapo una parte de sus labios con mi dedo índice y me acerco para darle el beso que los dos deseamos tanto-Pero no soy Salomé.Despierto de la misma manera que había despertado en el sueño pero con la camiseta empapada de sudor y con una respiración acelerada que por más que intento no puedo controlar.
Ella sigue durmiendo plácidamente, miro la hora del reloj y marca las siete de la mañana, sé que no podré volver a dormir. Mi única esperanza para que las horas se pasen rápido es componiendo, lo necesito después de estar tantas semanas sin hacerlo.
![](https://img.wattpad.com/cover/55044677-288-k789069.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Una Estúpida Ilusión
FanfictionEl mítico Pablo Alborán, aquel cantautor que ha llegado a conseguir millones de corazones pero que nadie ha sido capaz de conseguir el suyo. Salomé Hurtado, esa chica que nadie sabe de ella y que es conocida por un nombre poco común al igual que sus...