CAPÍTULO 1. GOLPES Y HERIDAS

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"Las heridas que no se ven son las más profundas".
W. Shakespeare

Era un día como cualquier otro.
Llegué a casa después de mi trabajo, asistía en una tienda de artículos deportivos, para juntar cada centavo que podía y poder ir a la universidad. Escuche sonidos raros en la sala y cuando entré,  Cashmere, yacía en el piso, medio desnuda. Tenía que hacer algo, ella estaba en un punto entre la conciencia e inconsciencia y sus labios solo eran capaces de pronunciar un nombre:

- Gloss, Gloss...

-Cashmere, Cashmere, ¡contéstame!, ¿qué le hiciste Gloss? ¿Por qué está así? – le pregunté a Gloss, quien era el novio de Cashmere, apareciendo por el pasillo que conducía a la sala.

-Yo no le hice nada, le dije claramente que no mezclara el éxtasis con el alcohol, que ella sea tan estúpida no es mi problema – me dijo riéndose y dejándome sola con ella.

- ¡Gloss llama al 911, Gloss! – grité, pero él ya se había ido.

Busqué el celular de Cashmere y marqué al 911. Esperé junto a ella hasta que la ambulancia llegó al fin y minutos después estábamos en el hospital, me sentía impotente, porque lo único que pude hacer en ese momento... era esperar.

-Maldito Gloss, pero esto acababa aquí- era la idea que se había apoderado de mis pensamientos.

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Cashmere, era la hermana que nunca tuve, pero no teníamos mucho en común, más que el amor por la lectura. Tanto a Cashmere, como a mí nos encantaba leer, leíamos todo lo que caía en nuestras manos, desde revistas, hasta libros eróticos, estos últimos, Cashmere, los sacaba a escondidas de la biblioteca.

Ella vivía con su madre, su situación económica era muy buena, disfrutaban de algunas comodidades, debido a que sus abuelos maternos eran bastante acaudalados; al principio cuando la mamá de Cashmere, quedó embarazada de ella se enojaron enormemente, pero la terminaron perdonando.

Cuando mi madre se involucró con Darius y consiguió que el matrimonio se diera por terminado, ellos la acogieron de nuevo en su casa. Los padres de Mags, murieron unos años antes de que comenzáramos el instituto le dejaron a Mags y a Cashmere, dinero y propiedades en iguales proporciones. A Mags, le diagnosticó cáncer cuando teníamos solo seis años y a partir de ahí se podía decir que Cashmere y yo nos cuidábamos solas, Plutarch, mi padre nunca estaba en casa, él siempre estaba en la comisaría o estaba pescando. La mamá de Cashmere, era una muy buena madre y amiga, nos aconsejaba y hacia lo mejor que podía, pero cuando iniciaron las quimioterapias siempre se sentía débil, a pesar de los largos tratamientos y luchas, murió cuando teníamos 15 años. Ella me dejó una buena suma de dinero para que pudiera ir a la universidad y así poder llevar a cabo mis estudios sin problemas; esto a Cashmere, le hacía mucha gracia, por lo que siempre se burlaba, decía que me había ganado la Beca Mags Mortens.

Cashmere y yo pasábamos muchas tardes haciendo planes para cuando fuéramos a la universidad, pero justo en el último año para acabar nuestros estudios y empezar a cumplir con nuestros planes como futuras universitarias, Gloss, apareció y Cashmere, prácticamente perdió la razón; nunca la había visto así, ella idealizaba a Gloss, lo veía como si fuera el sol, como si todo lo que la atara a la tierra fuera él, yo sentía una cierta envidia, quería un amor como el que ellos tenían.

Pero descubrí que no todo en el amor eran besos y arrumacos. Un día Cashmere, llegó a casa con moretones en los brazos, marcas de dedos, y cuando le pregunté qué le había pasado, solo me dijo que Gloss,  la había sujetado demasiado fuerte y ella tenía una piel demasiado sensible, yo ingenuamente le creí o creí hacerlo, algo dentro de mí nunca confío en Gloss, al cien por ciento, él me daba miedo, cuando él estaba cerca, mi sentido de supervivencia se activaba, era como si sintiera que él solo traería problemas, en otras palabras llegué a verlo como alguien peligroso y que por tanto a su lado nada bueno nos podría pasar.

Sufrir, Vivir, Amar.  🌟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora