OUTTAKE 2

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EFFIE POV.

La risa de Alma, llego a mis oídos. Mire hacia donde salía y estaba otra vez encima de Plutarch. Lo tenía agarrado del brazo y con la otra mano le tocaba la cara. ¿Porqué siempre estaba tocándolo? Odiaba que Alma, fuera tan atractiva, tan coqueta y tan frívola. Desde que Plutarch, dijo que quería ser policía y llegar al FBI ella se había pegado como lapa a mi Plutarch.

Pero al ver los ojos de Plutarch, supe que ya no era mío, sus ojos brillaban al ver a Alma.

Eran pequeñas y sutiles señales que me decían que lo estaba perdiendo. ¿Porqué seguía diciéndome que me amaba si últimamente pasaba más tiempo con ella que conmigo.?

Me mire y mire a Alma, éramos tan diferentes. Ella era hermosa,  desinhibida, vestía siempre a la moda, con sus blusas cortas y sus pantalones apretados. Llena de color, por qué diablos no me vestía así. Porque no podía reír fuerte o porque no tocaba a Plutarch, de esa manera.

Sencillo porque no era ella, no necesitaba ser el centro de atracción a mí me gustaba observar ver. Pero lo que observaba, no me gustaba.

Alma, estaba a punto de tocar los labios de Plutarch y comencé a caminar hacia ellos, por ser inicio de clases todavía había mucho desorden, pero al verme Alma, sonrío y me saludo con la mano y me indico que fuera con ellos. Claro que iba con ellos, iba por Plutarch.

Effie –grito Alma —estaba contándole a Plutarch, que a ti y a tu mamá les encanta leer, siempre que llegas a su casa hay libros nuevos. Yo solo leo la Cosmopolitan y eso por los trucos sexuales que trae —Plutarch, se puso rojo —son consejos buenísimos, deberías de leerlos Effie. ¿O no Plutarch?

—No creo que leer sea algo malo —le respondí y tome la mano de Plutarch. Pero en vez de tomar mi mano y llevarla hacia su pecho como siempre lo hacía, me soltó y sus ojos seguían en Alma. Mis ojos querían llenarse de lágrimas pero no se los permití, no enfrente de ellos.

El timbre sonó y le pregunte a Plutarch — ¿Vas a ir a mi casa hoy? Mamá no va a estar, va a salir toda la tarde.

Antes de contestarme, Plutarch, miro a Alma, eso acabo de destrozar mi corazón.

Quiero ir a la fiesta de Mark y ya quede de pasar por Alma. Podemos ir a la fiesta los tres. Supongo.

Alma, me miro y se lamió los labios. —Como me dijiste que querías estar sola, supuse que no querías ir a la fiesta —lo dijo con un inverosímil tono de inocencia.

Intente recomponer mi cara, puse una sonrisa y hable
No, tranquilos diviértanse.
Acto seguido camine hacia mi casillero, aguantando las lágrimas lo más que pudiera.

Alma, sabía cuánto amaba a Plutarch, sabía que él era no solo mi novio. Era mi pareja, mi primera vez había sido con él, y sabía que seguíamos teniendo relaciones porque. . . Lo único que veía era que ella estaba decidida a quitármelo.

O dicho, ella me lo estaba quitando, y yo me sentía morir.

Cuando el pasillo se despejo corrí a la enfermería y le dije a la enfermera que me sentía muy mal, que tenía un dolor espantoso de cabeza. Al verme llorando ella me dio el pase de salida.

Camine hasta casa y cuando llegue lo único que quería era acostarme y dormir.

Llore en mi cama hasta que el cansancio me venció y me quede dormida.

Hola princesa —me dijo mamá moviéndome.

— ¿Qué hora es? Me quede dormida enseguida de volver a la escuela. —dije queriendo justificarme.

Sufrir, Vivir, Amar.  🌟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora