CAPÍTULO 19 PEQUEÑAS TRAVESURAS

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"Si la pasión, si la locura no pasaran alguna vez por las almas... ¿Qué valdría la vida?"

Jacinto Benavente

La mañana llegó y por primera vez le gané al despertador. Salí de la cama sin despertar a Peeta, fui a la cocina y traje un vaso con agua y un par de Tylenol que dejé en la mesa de noche del lado de Peeta y me metí a bañar.

Estar bajo la ducha hizo que recordara lo que pasó hace unos días, quería estar con Peeta. ¡Maldición! Casi podía sentir sus manos en mi cuerpo.

En definitiva, estoy loca —dije en voz alta. Cerré un poco el agua caliente dejando que la fría hiciera su trabajo.

Salí de la ducha y comencé a ponerme crema, ese día quería oler a frambuesas. Peeta, seguía dormido y si no se levantaba se nos haría tarde. Se veía tan hermoso dormido.

Peeta —lo moví un poco pero solo se quejó y se acomodó mejor—. Peet, anda levántate.

Abrió los ojos.

— ¿Me llamaste Peet?

Sip —y lo besé—. Es hora de levantarse dormilón. Te dejé unas tylenol y agua al lado.

—Gracias eres un sol, ¿Katniss, estás en ropa interior? —me dijo parándose de la cama y acercándose a mí.

Sí ¿Te molesta? —le dije mientras daba una vuelta.

— ¿Molestarme? Para nada, pero no es bueno para mi salud verte así, si me enfermo de pulmonía tú serás la culpable. Voy a bañarme con agua bien fría. ¡Rayos! ¡Mi cabeza!

Tómate las pastillas y báñate. Nunca  he llegado a estar borracha pero a Annie y a Jo, les funciona bastante bien.

Tenía mucho que no bebía tanto, voy a bañarme —dijo antes de tomarse el agua y las pastillas.

Antes de cerrar la puerta, sonrió y me dijo:

Pero insisto, amo tu trasero, es tan bonito y redondito.

— ¡Peeta! —le grité.

Decidí que de hoy no pasaría, quería, no, debía tener sexo con Peeta, mi cuerpo me lo exigía.

Me puse una falda un poco más corta de lo normal, negra, una blusa en un color rosa fresa que era un poco transparente, por lo que cambié mi sostén por uno rosa fuerte, me puse de la crema que dejaba con brillo en las piernas y me calcé unos grandes tacones negros de charol, un bonito saco negro a juego con la falda, alboroté mi pelo sin llegar a esponjarlo, me vi al espejo y me sentí sexy.

Me puso agua de colonia con olor a frambuesas y comencé a maquillarme, me pinté los labios color fresa.

— ¡Dios! ¿Katniss, así quieres que trabaje? Creo que hoy no voy a poder concentrarme y a las once tengo que estar en los juzgados —dijo Peeta, detrás de mí.

Pues inténtalo porque yo también voy a sufrir. ¿Nos vemos en la tarde o vas a llegar antes?

—Juro que haré que condenen a mi cliente si eso hace que pueda salir antes.

—Tranquilo, ¡Amo a mi lobo de peluche! —dije acercándome a él.

No me vas a amar si te como enfrente de Ethan, que ya se despertó, así que aléjate de mí o no respondo.

—Hola bebé —le dije a Ethan, como si nada pero la verdad era que si no me alejaba de Peeta, también me lo comía.

Hola mami, uno sesito —me dijo dándome un beso—. Aola uno sesito a Ita.

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