CAPÍTULO 24 I KNEW I LOVE YOU.

2.6K 143 24
                                    

"Sé que sonará un poco loco, pero creo que sabía que te amaba antes de conocerte"
Savage Garden.

Las dos siguientes semanas quisiera borrarlas de mi memoria; entre buscar vestidos, el trabajo, Ethan, Peeta y Yulia, quería volverme loca. ¿Desde cuándo ir a un baile era tan estresante?

Sabía que no debía tener celos de Yulia, pero era tan malditamente perfecta que no podía evitarlo. Ella ayudaba muchísimo con el caso, con Ethan y con Cato, pero yo no me sentía segura frente a ella. Por otro lado, también estaban las quejas de Johana, porque ningún vestido se le veía bien con la pancita de embarazada; y que Annie, me llevaba entre dos y tres vestidos diarios, y que ninguno me gustaba.

Comenzamos con azules pero ninguno me gustó, seguimos con rojos y el que me gustó era demasiado caro; no iba a gastar más de cinco mil dólares en un vestido.

Los verdes me hacían sentir planta de ornato, por lo quedaron descartados; los morados ninguno me gustó; amarillos... definitivamente no, me hacían verme más pálida, estaba entre dos negros largos esponjosos y no eran precisamente lo que quería.

La demanda de Rose, iba bien, pero estaba teniendo problemas con una demanda civil.

Quedaban pocos días para el baile y yo no tenía vestido. Annie, tenía un hermoso vestido color azul petróleo, Johana, tenía un vestido precioso nude que la hacía lucir aún más sexy, y yo el sábado por la noche todavía estaba probándome vestidos y ninguno me gustaba.

Escuché el timbre y gruñí, lo que hizo que Annie y Johana, rieran.

Tranquila, Katniss, encontraremos el vestido ideal, ya verás —dijo Annie, ayudándome a quitarme uno tan ceñido que me dificultaba respirar.

Estaba de pie encima de un cajón, volteado a modo de banco, mientras Annie, jalaba con cuidado el vestido que ya iba por mis senos.

Permiso —anunció Peeta, entrando.

Estaba semidesnuda, solo tenía una pequeña braga, así que grité:
— ¡Sáquenlo de aquí!

—No te pongas santurrona, Katniss, se conocen hasta las amígdalas —expuso Johana — Mejor ayúdanos a sacarle el maldito vestido.

Sentí las manos de Peeta, en mi cintura y temblé imaginándolas subiendo por mi torso.

Escuché tres risas femeninas, tres, no dos. Peeta, estaba sacándome el vestido cuando pregunté llena de pánico: — ¿Quién más entró?

—Tranquila, es Yulia —me informó Peeta, terminando de quitarme el vestido.

Grité y corrí a taparme con la colcha de la cama.

Katniss, perdón, pero no te preocupes, cuando fui modelo teníamos que estar enfrente de mucha gente desnuda o casi, así que tranquila.

¡Dios, qué vergüenza! Yo no tenía mal cuerpo y tampoco muchas estrías, pero bueno, ella era una modelo.

Peeta, se acercó a mí y me besó en la cabeza, que era la única parte de mi cuerpo visible, me había enredado por completo con la colcha.

Es algo penosa.

—No soy penosa, solo que... Ok, sí, lo soy.

—Pero no conmigo —me dijo besándome, casi olvido que en la habitación estaban más personas. La risa de las tres mujeres me lo recordó.

Sí, muy tímida, ya lo noté —se burló Johana, destornillándose de risa.

— ¿Me voy o mejor las saco? —preguntó Peeta, bromeando.

Sufrir, Vivir, Amar.  🌟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora