El Hijo De Mi Jefe [SL1]

Capítulo 8 : La gala - Parte 1.

Parecía que Simon había mandado a Clark para que me buscara y me llevara con él. Yo no estaba muy segura de querer almorzar con mi jefe después de lo que había pasado pero parecía que no me quedaba otra opción ni otro as bajo la manga.

Anduve detrás de Clark y ambos llegamos hasta el ascensor que ya estaba ocupado por otras personas. Miré a Clark y la curiosidad me pudo.

- ¿Cómo me has encontrado en la azotea?

- El señor Rönngren se imaginó que estarías allí y no se equivocó.

Asentí y, cuando llegamos a nuestra planta,  me vi arrastrada por la mano de Clark que había agarrado la mía. Sus dedos acariciaban mi palma a un ritmo y lentitud casi calculados y un cosquilleo se instaló en mi estómago a medida que nos íbamos acercando al despacho de Simon. Clark llamó a la puerta y me dio un ligero empujoncito para que entrara ya que me había quedado parada delante de la puerta. Avancé hasta la mesa en la que Simon estaba trabajando aunque sabía que era el descanso para almorzar. 

-  ¿Me llamaba, señor Rönngren? -  pregunté.

Él levantó la mirada nada más oír mi voz y se acercó a mí obligándome a retroceder sobre mis pasos. Lo sentí cerca de mí, invadiendo todo lo que me rodeaba y casi pude sentir su respiración en mi rostro. 

-  ¿Me has llamado "señor Rönngren"? -  preguntó una vez que mi espalda tocó la pared. 

-  Yo...Yo creía que...

-  Has creído mal, Hannah. No quiero que me llames por mi apellido ni que me trates de usted, ¿sabes por qué?

Negué con la cabeza sin dejar de mirarlo a los ojos. 

-  Porque las paredes de los lugares a los que voy siempre parecen tener oídos -  dijo acercando sus labios a mi oido -. ¿Lo entiendes? Tenemos que fingir siempre que estémos fuera de nuestras casas porque es peligroso. 

-  Lo entiendo...Simon -  dije al sentir sus dedos acariciar el lóbulo de la oreja en la que antes había susurrado. 

Su cercanía me hizo revolverme incómoda en mi sitio y mi corazón empezó a latir rapidamente sin hacerme caso, parecía que cada vez que Simon aparecía, me convertía en otra persona completamente distinta, como si él me cambiara.

-  Y ahora que estás aquí quiero decirte que hay una gala a la que tengo que asistir y tienes que acompañarme. 

-  ¿Como su secretaria?

 -  No - rió -, como mi prometida, como la futura señora Rönngren.

Tragué el nudo que se había formado en mi garganta y asentí sin poder hablar en ese momento. Me alejé un poco de...mi prometido y conseguí respirar.

-  Te esperaré nada más salir del trabajo e irémos a arreglarte antes de ir a la gala, ¿te parece?

-  Pero yo puedo arreglarme...

- Mi hermana pequeña ha insistido en que vayamos a un sitio específico, Hannah, y ella tampoco es de las que aceptan un no por respuesta. 

-  Está bien -  susupiré -. Si eso es todo, Simon, iré a seguir con el papeleo ya que el descanso acaba de terminar -  dije mirando mi reloj. 

Simon asintió y me regaló una sonrisa antes de volver a sentarse en su silla y seguir con la pila de papeleo que estaba sobre su mesa. Salí del despacho, no sin antes mirar lo concentrado que estaba, y me dirigí a mi despacho para también continuar con mi trabajo. 

Oí unos golpes en la puerta y poco segundos después la cabeza de Clark se asomó por la puerta para comprobar, supuse yo, si estaba ocupada o no. Sonreí cuando casi se cayó al volver a apoyarse sobre los dos pies y observé como se acercaba a mí poco a poco. 

-  Parece que tienes trabajo todavía -  dijo sonriéndome. 

Clark había empezado a tratarme como una amiga y eso me alegraba, sentía que Clark Fare era de fiar aunque nunca destacaría que me hiciera daño. Mi inseguridad se encargaba de no dejarme estar cómoda con ningún hombre menos con Mik. 

-  El señor Rönngren me ha mandado a buscarte ya que él dice que se ha acabado tu jornada - dijo sentándose en una silla frente a mí. 

-  Eso parece.

Recogí mis cosas y volví a sonreír con timidad cuando Clark me abrió la puerta para que pasara y no se alejó de mí hasta que la figura de Simon apareció ante mí.