Cuando llegué a casa, Simon me estaba esperando.
- ¿Dónde has estado?
Lo ignoré, no me apetecía hablar con él ahora, bueno, ni ahora ni nunca. Había pasado una buena tarde con Clark y había logrado sacar toda la negatividad consiguiendo olvidarme de todo. Pero ahora Simon estaba ahí y verlo me hacía daño, pensar que podía estar con otra mujer cuando íbamos a tener un hijo me ponía de los nervios.
- Hannah.
Me giré estando en un escalón por encima de él y vi como me miraba sin saber que decir, ¿a caso estaba pensando en una excusa para que no me enfadara? Creo que me daba igual lo que iba a decir, como si se inventaba que la chica era una doctora y que él tenía una enfermedad terminal.
- No es lo que tú piensas.
- ¡Estupendo! Eso es lo que siempre se dice cuando es lo que parece, Simon. No quiero oír tus excusas, simplemente déjame en paz.
- Ella es la ex novia de mi primo Riley, no es nada mío, lo prometo - dijo pero no me lo creí -. Es increíble que no me creas cuando te digo que no es nada.
- Ahora no te hagas la víctima.
Él se acercó hasta el escalón y se arrodilló ante mí. Lo miré confundida por el cambio de sitio pero él se limitó a respirar hondo y a mirarme a los ojos.
- ¿Quieres saber lo que me ha tenido ocupado estos días?
- Sí, estaría bien saberlo- ironicé.
- Ven - dijo agarrándome la mano y haciendo que saliéramos del apartamento y subiéramos a la azotea.
Nada más entrar vi que todo estaba lleno de farrolillos que iluminaban el espacio que había alrededor de la mesa. La mesa estaba en el centro y en el suelo había flores que hacían de camino hasta las sillas. Seguí a Simon y él me colocó la silla para que me sentara. Se volvió a arrodillar enfrente de mí y sacó una caja de su chaqueta.
- Hannah. Sebastian no será una molestia nunca más, te lo prometo. Puse todos mis esfuerzos para que pagara lo que había hecho y está en la cárcel. Podría decir que lo he hecho sólo por ti pero ha sido por las demás chicas a las que se lo ha hecho, descubrí que han sido bastantes, y eso hizo que la posibilidad de dejarlo en paz no fuera una opción. Ya no hay nadie entre nosotros ni lo habrá, Hannah, nadie se interpondrá. No hubo ni hay ni habrá nadie más aparte de ti, nunca. Pero lo que quiero hacer es preguntarte algo.
Agarró mi mano y la besó para después acariciarla con su pulgar.
- ¿Quieres ser mi esposa y permitirme ser el hombre más feliz al poder hacerte feliz?
Me quedé congelada, una cosa era imaginar lo que iba a hacer y otra escucharlo de sus labios. Podría haberme regalado una pulsera y estar bromeando pero después de todo ese no era el caso.
- Quiero que seas mi esposa pero sin ningún acuerdo de por medio, sólo nosotros dos y lo que sentimos, Hannah. No me cansaré de decirte que te amo porque nunca me cansaré de amarte.
Seguí sin decir nada porque - literalmente - sme había olvidado de como hablar. No podía pronunciar palabra aunque deseaba hacerlo, era como si mi cuerpo no me perteneciera.
- Puedes pensarlo, si quieres, no hay prisa y...
- ¿En serio crees que no sé la respuesta? - dije haciendo que él me mirara con una ceja levnatada -. Por supuesto que...quiero casarme contigo, Simon, quiero que seas mío.
- Ya lo soy, boba, desde que nos vimos por primera vez en el hospital.
- ¿Te acuerdas?
- Sí, como si fuera ayer. Te fuiste y me dejaste con la palabra en la boca, nadie me había hecho eso antes. Creo que heriste mi orgullo en ese momento.
- Pues puedes darte por suertudo, me conociste - bromeé.
Él se levantó y besó mis labios dejándome con ganas de más pero se apartó y sonrió.
Sí, aquel hombre iba a ser mi esposo.
Y nada me hacía más feliz.
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Os asustastéis con lo de la chica, ¿a que sí?
JAJAJJAJAJAJ, lo sé.
Nos leemos.
Kat :)
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El Hijo De Mi Jefe [SL1]
RomanceHannah Lundgren era la típica chica tímida. No era nada especial ni destacaba en ninguna situación. Siempre era la última para todos y en todo, pero sólo en apariencia. Ella en verdad podía destacar. Simplemente le gustaba estar en la sombra y no se...