Simon se habia convertido oficialmente en el director de Rönngren Plublicity. Se iba a celebrar una fiesta en su honor en la que su padre le pasaría el cargo oficialmente.
Yo lo veía todo desde la vista de la futura esposa de uno de los más famosos directores de empresas de toda Inglaterra. Me sentía bien estando a su lado y notaba como la cicatriz que había en mi interior sanaba cada vez que Simon me retenía entre sus brazos toda la noche. No era algo puramente físico, ambos nos amábamos y cuando estábamos juntos parecía como si siempre lo hubiéramos estado.
Pero los constantes ataques de la empresa de Sebastian a la de Simon hacían que no todo estuviera bien en nuestro supuesto mundo de hadas. Él no hablaba de lo que había pasado con su primo para que este hubiera aparecido con la cara llena de moratones ni tampoco había dicho porque tenía el estómago morado aunque parecía que estaban relacionadas con aquella mañana en la que él se había ido.
Todo fue a más cuando cada día llegaban amenazas al despacho de Simon y yo, como su secretaria, las tenía que ver.
Eso duró hasta que me harté y tomé una decisión que aunque me había negado a aceptarla desde el principio parecía la única solución.
Me alejaría de Simon Rönngren.
Tenía todo planeado para irme sin que Simon lo supiera porque sabía que él me retendría. Una noche, me separé de los brazos de Simon y me bajé de la cama para llevar a cabo mi salida del país. Acaricié su pelo y besé sus labios pero me dio miedo ceder a quedarme así que cogí la maleta que había escondido debajo de la cama y salí de la casa.
Mi hermano era el único que sabía lo que iba a hacer pero sabía que él no se lo diría a nadie. Lo vi esperándome en la entrada de la casa de Simon y nos pusimos en marcha hacia el aeropuerto. Estuvimos en silencio hasta que mi hermano lo rompió.
- ¿Piensas de verdad que esto es lo mejor? ¿A caso has perdido toda tu inteligencia?
- Ya hemos hablado de esto, Michael, creo que cada uno ha dejado muy clara su opinión así que no hace falta que lo volvamos a hacer.
- Lo único que vas a provocar huyendo es que el daño os haga una visita a los dos, ¿eso es lo que quieres, Hannah?
- Basta, Mik, por favor.
Él me miró y asintió para dejar que el silencio nos rodeara a los dos de nuevo. Llegamos al aeropuerto y me despedí de mi hermano sintiendo que lo iba a echar mucho de menos.
- Cuídate, lillan, por favor.
- Lo haré, tranquilo.
Agité la mano mientras iba a la cola en dirección al avión y no me permití llorar al sentir que dejaba allí todo lo que en verdad amaba. Esperé hasta que me pude sentar en mi asiento y decidí dormir ya que me encontraba mal desde esa mañana.
Skellefteå estaba como siempre, con la diferencia de que yo no era la misma. No pensaba visitar a mis padres ya que ellos ni siquiera habían contactado conmigo durante todo ese tiempo. Pero mis tíos eran totalmente diferentes, eran los padres de Gabriel, el mejor primo que podía tener. Cuando llamé al timbre, la tía Birgitta me sonrió y me apachurró entre sus brazos.
- Ay, pequeña, te he echado de menos.
- Y yo, tía, muchísimo.
Ella me agarró de la mano y sonrió mientras me llevaba hasta el salón. Allí estaba el tío Bengt construyendo una casita para pájaros. A mi tío, desde que se había retirado de ser el jefe de una de las compañías hoteleras más famosas en Suecia, se había dedicado a hacer ejercicio y a construir todo tipo de cosas con madera.
- ¡Tío Bengt!
Él me miró con una amplia sonrisa y abrió sus brazos para que fuera hasta él. Hace mucho que no había abrazado a mi tío así que fui yo la que casi lo aplastó.
- Vaya, nuestra Hannah ha vuelta hecha una masa de músculos.
Reí y ayudé a mi tía a hacer la comida ya que en Suecia se cenaba muy pronto, tendría que volver a acostumbrarme al horario de allí ya que el de Inglaterra era el que había seguido. Mi tía se acercó a mí cuando el tío se fue a ver hockey y supe lo que iba a decir.
- Estás embarazada, ¿verdad?
Me quedé de piedra y la miré a los ojos. Yo lo había sospechado esos días y tambien en el avión pero parecía que a mi tía le bastaba con mirarme para descubrirlo.
- No, solo me he sentido un poco mal estos días y...
- Cariño, soy vieja y sé más cosas que tú entre las que incluyo saber cuando alguien está embarazada. ¿Es de ese chico llamado Simon Rñonngren, verdad?
Asentí sintiendo como si todo se hubiera complicado en solo un día.
Estaba alejada del hombre al que amaba y del padre de mi hijo.
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El Hijo De Mi Jefe [SL1]
RomanceHannah Lundgren era la típica chica tímida. No era nada especial ni destacaba en ninguna situación. Siempre era la última para todos y en todo, pero sólo en apariencia. Ella en verdad podía destacar. Simplemente le gustaba estar en la sombra y no se...