Capítulo 11 : ¿Qué pasa si no te quiero dejar ir? - Parte 2.

25.5K 1.6K 56
                                    

Los brazos de Sebastian me arrastraron hasta un coche y me empujaron al interior. Intenté escaparme, gritar pidiendo ayuda o cualquier otra cosa pero Sebastian me puso un paño en la boca con lo que supuse que fue cloroformo y mis ojos y cuerpo se durmieron poco a poco. 





Me desperté en una habitación desierta. Solo la cama y la silla que había rellenaban el gran hueco, es más, daba la sensación de que si gritabas se oiría el eco. Intenté soltar mis muñecas ya que estas estaban atadas con una soga como los tobillos pero rocé mi piel haciéndome gritar. 

Ya había vivido eso. Había pasado por aquel trato muchas veces cuando Sebastian me había visto hablar con otro hombre de la facultad. Había pasado por aquel trato cuando él no llegaba feliz al piso donde vivíamos juntos. Lo había vivido tantas veces que ya me había acostumbrado a esperar sus golpes, ya había insensibilizado mi piel para que no le diera el gusto de verme gritar pero ahora no iba a poder soportarlo. Había conocido lo que era que otra persona te tratara bien, sabía lo que era amar a alguien de verdad y sentir las manos gentiles de otra persona sobre las tuyas. 

Oí un ruido y mi cuerpo tembló en respuesta, había vuelto a ser esa Hannah Lundgren que esperaba la llegada de su prometido. Vi como Sebastian se acercaba hasta mí con pasos lentos y como se arrodillaba a un lado de la cama donde yo estaba atada. Su mano acarició mi pelo para después bajar hasta mis labios. Lo miré sin poder evitar que mi cuerpo siguiera temblando y él solo sonrió irónicamente como si mi expresión le provocara risa. 

-  Estás más hermosa que cuando eras mi prometida - susurró cerca de mis labios. 

-   Déjame ir, por favor.

-  ¿Qué pasa si no te quiero dejar ir?

Me besó con furia y se tumbó encima de mí atrapándome con su cuerpo. Intenté soltarme de su agarre y apartar mis labios de los suyos pero me fui imposible. Él era más fuerte que yo, como siempre. Sentí sus manos subiendo mi vestido y lo sentí desgarrarlo con fuerza. 

Cerré los ojos con fuerza intentando no sentir sus envestidas fuertes que me hacían revolverme de dolor, me mantuve quieta hasta que sentí su primer golpe. 

Después todo se volvió oscuro, tan oscuro como lo que había sido unos años atrás. 











Conseguí llegar hasta mi apartamento. Él me había dejado en la calle abandonada y yo no había conseguido levantarme hasta que había reunido las últimas fuerzas que me quedaban. Por suerte mi hermano se acababa de ir al conservatorio y me ahorraba que me viera así. Había conseguido que no viera las marcas en mi piel en los años anteriores y no quería que lo viera ahora. 

Me metí en la ducha y lloré intentando quitarme la marca de sus manos sobre mi cuerpo pero no podía, seguía oyendo su voz en mi oído, seguía sintiendo sus dedos clavándose en mi piel.  



El lunes me mentalicé para hacer como si nada había pasado. No había contestado a las llamadas de Simon pero me había asegurado de que supiera que estaba en casa. Llegué a la empresa y recibí saludos de todos mientras me dirigía al ascensor. Una vez dentro escondí los moratones de los brazos con las mangas de la chaqueta y esbocé mi mejor sonrisa falsa para enfrentarme a Simon.

Llamé a la puerta y él, al verme, se levantó pero lo detuve, mejor que se quedara en la distancia, no podría resistir que alguien me tocara. 

-  Quédate ahí, tú eres el jefe -  bromeé intentando que él sonriera pero no lo conseguí ya que el ceño fruncido de Simon no desapareció -. He preparado los informes para la fusión con el señor Wang y la conferencia con los japoneses será a las siete de la tarde ya que ellos lo han exigido. Respecto a los Tanner...

-  Hannah, para -  dijo Simon. Lo miré y vi como él se acercaba a mí haciendo que yo retrocediera y que toda la falsa seguridad que había mostrado antes desapareciera -. Hannah, ¿estás bien?

-  Por favor... - sollocé recordando a Sebastian -...No te acerques, por favor...

Él se paro donde estaba y me miró haciendo que viera su rostro entre las lágrimas. No podía soportar que nadie más me tocara, ni siquiera podía coger el ascensor si había hombres dentro. 

-  Hannah, ¿qué te ha hecho él? -  preguntó Simon impotente desde donde estaba -. ¿Por qué estás así?

-  Yo...Estoy bien, solo han sido unos pocos de nervios. Volveré a la hora del almuerzo con tu comida, que tengas un buen día. 

Salí del despacho y me encerré en el mío. 

Ahora si que sabía que amaba a Simon pero no podía estar cerca de él como lo podía haber estado antes. 











El Hijo De Mi Jefe [SL1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora