- Prométeme que no te vas a volver a ir.
- Lo prometo, señor Rönngren, ¿quién sería su secretaria si no, eh?
Nos reímos y vi como los mellizos intentaban aguantar la risa. El móvil de Christopher sonó y su cara cambió por completo, se giró hacia nosotros pero solo miró a Simon.
- Es algo importante, señor.
Simon me miró y asintió. El coche se detuvo y mi prometido salió no sin antes ponerse de cuclillas frente a mí.
- Te llevarán a mi casa, mi amor, allí estarás bien. Volveré pronto.
- Pero, ¿a dónde...? - intenté preguntar pero él ya se había ido acompañado de Christopher.
Miré a Clark pero su mirada me dejó muy claro que no me iba a decir nada.
¿A caso Simon estaba en peligro?
Esperé a que Simon apareciera tumbada en el sofá mientras que comía palomitas, mi nuevo antojo de la semana. Pero no llegó antes de que me quedara dormida, es más, abrí los ojos cuando sentí que él me llevaba en brazos hasta la cama.
- ¿ Qué hacías en el sofá, bobi ? - me preguntó mientras me arropaba con las sábanas delicadamente.
- Esperar a mi novio que ha huido - sonreí medio dormida.
La cama cedió ante el peso de él y sus brazos me rodearon por debajo de la manta haciendo que se estuviera como en el paraíso.
- Ese novio está loco si ha huido de alguien como tú pero estoy seguro de que él nunca se va a ir y que te va a amar como nadie.
Sonreí justo cuando mis ojos se cerraron y sentí su beso caído en mi frente.
A la mañana siguiente fue cuando me di cuenta de lo que había pasado. En las noticias salía que Sebastian iba a ir a la cárcel después de que se le hubiera declarado culpable en el último de los tres juicios que se habían celebrado. Me sorprendí y supe lo que había tenido ocupado a Simon cuando decía que se tenía que ir pero no daba ninguna razón. Busqué a Simon pero no lo encontré, supuse que se había ido a la oficina y que me había dejado durmiendo. Decidí llamar a mi hermano y preguntarle que tal estaba pero él me dijo no sé que de un piano y una chica a la que no soportaba mezclada con Riley. No entendí nada pero supuse que se las podía arreglar solo, siempre lo había hecho como el mayor que era de los dos. Josefine era otra historia. Me habló de mi primo Gabriel al que hacía un montón que no veía y que estaba visitando ciudades en Suecia, parecía estar bien aunque su voz no sonaba como siempre.
A la mitad de la mañana, decidí ir a visitar a Simon para ver lo que estaba haciendo pero iría con la excusa de que tenía que recoger y hacer que firmara unos papeles que, según el señor Rönngren, eran importantes. Cuando llegué a la oficina, la gente me miró todo el rato la barriga. Vale que se notaba que estaba embarazada pero, por favor, aquello me ponía muy nerviosa. Los ignoré y entré en el despacho de Simon pillándole con una chica muy cerca de él. Retrocedí pero ya era demasiado tarde, la chica se había percatado de mi presencia y había avisado a Simon. Él intentó acercarse a mí pero yo me alejé de él y bajé por las escaleras como una loca sin contar que estaba embarazada. Salí de la empresa con ganas de gritar y llorar al mismo tiempo y, cuando vi a Clark al otro lado de la calle, no lo dudé y corrí hasta él para refugiarme en sus brazos.
- Señorita Lundgren.
- Clark - me quejé -, no hay nadie cerca, no tienes por qué llamarme así.
- Está bien, Hannah, entra en el coche, demos una vuelta, ¿te parece?
Asentí y entré en el coche para que él arrancara poco después haciendo que nos alejáramos de Rönngren Publicity. Llegamos a un parque lleno de niños jugando y hablamos relajados durante más de dos horas. Clark era mi amigo, un amigo con el que podía hablar de todo y en el que confiar. Después de todo, parecía que no estaba sola y que no todo era lo que parecía.
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Un capítulo corto, lo sé, pero es que estamos cerca del salseo final.
¿Quién era la mujer? ¿A caso Simon está ocultando otra cosa aparte de lo de Sebastian o lo que había escondido habia sido lo de esa mujer?
No se sabe, no se sabe.
Nos leemos más tarde.
XOXOOXOXOX
Kat :)
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El Hijo De Mi Jefe [SL1]
RomanceHannah Lundgren era la típica chica tímida. No era nada especial ni destacaba en ninguna situación. Siempre era la última para todos y en todo, pero sólo en apariencia. Ella en verdad podía destacar. Simplemente le gustaba estar en la sombra y no se...