Capítulo 13 - Confía en mí - Parte 2.

26.4K 1.5K 46
                                    


SIMON.

Me pasé la noche en vela. Solo podía contemplar su rostro mientras dormía y acariciar su pelo cada vez que ella se movía más contra mi cuerpo. Sus manos estaban entorno a mi cuerpo y su mejilla estaba posada sobre mi pecho. 

-  Simon...- susurró ella. 

Sonreí y la abracé más fuerte sintiendo que mi corazón volvía a latir fuerte como si no supiera que la simple cercanía de Hannah me hacía hiperventilar.  Cuando se hizo mañana, me obligué a alejarme de ella y salir de la cama. Sabía donde debía encontrar a mi primo, siempre se encontraba en el bar con sus estúpidos amigos o estaba en su casa con una nueva conquista. Llamé a la puerta de su casa y unos segundos después Sebastian apareció al otro lado de la puerta. 

-  Vaya, primo -  dijo él sonriendo -, en verdad no te esperaba. Creía que...

Pero dejó de hablar en cuanto mi derechazo entró en contacto con su asqueroso rostro y su irónica sonrisa desapareció de golpe. Entré en la casa y me reí cuando vi que él ya estaba en el suelo con un simple golpe. 

-  ¿Has venido a vengarte por el honor de tu noviecita? 

Me acerqué hasta él y mi zapatilla impactó en su cara haciendo que su boca sangrara. Sentía tanta rabia al oírle hablar de Hannah que me costaba controlarme para no pegarle la paliza de su vida. Él se levantó y me empujó con fuerza contra la pared para después pegarme una patada en el estómago. Me reí de su estúpido golpe y me levanté para patear sus piernas haciéndolo caer. 

-  ¿A caso quieres que vuelva a abusar de ella?-  preguntó Sebastian con sus dientes teñidos de color rojo -. ¿Quieres que se vuelva a quedar embarazada de mí y que yo le haga perderlo?

-  ¿Cómo?

-  ¿No te lo ha contado? Ella se quedó embarazada pero pensaba huir y criarlo sin mí, ¿te lo imaginas? Hice que lo perdiera y no la quedó otra que quedarse a mi lado, ¿todavía no lo entiendes? Ella siempre me va a pertenecer por mucho que tú lo intentes evitar. 

Me lancé contra él y comencé a golpearlo hasta que sentí una llamada en mi teléfono. Sebastian se había quedado incosciente y, aunque quería seguir pegándolo hasta que perdiera la vida, contesté porque era Hannah la que me estaba llamando. Oír su voz y saber que había tenido que pasar por cosas horribles por culpa de alguien de mi familia me hacía sentirme miserable. 

-  Amor -  dije -. ¿Ha pasado algo? ¿Estás bien?

-  Me acabo de despertar y no te he encontrado a mi lado en la cama. ¿A dónde has ido?

-  Quería pasear un rato para que me diera el aire pero estoy bien, no te preocupes, pequeña. 

-  Tus padres llamaron y me contaron lo que está pasando con Josefine, Simon, ¿crees que ella estará bien viajando sola a Suecia para encontrarse con su pasado? No me gustaría que saliera perjudicada, es como una hermana para mí. 

-  Ella es más fuerte de lo que nosotros pensamos, estará bien. Por cierto, quédate en la cama porque voy hacia allá y quiero tenerte en mis brazos y besarte. 

-  ¡Simon! -  se quejó ella pero yo supe que estaba sonriendo y que, posiblemente, sus mejillas se habían vuelto rojas lo que la hacía todavía más hermosa de lo que era. 

Llegué a casa después de correr todo el camino y una Hannah enredada entre las sábanas con su pelo rubio danzando en la almohada me dio la bienvenida. Me tiré sobre ella y, nada más hacerlo, ella me besó y sus manos viajaron hasta mi pecho para desabrochar mi camisa. Mis ojos se encontraron con los suyos pero ella se limitó a separar nuestros labios y mirarme.

-  Quiero hacerlo...contigo, Simon.

-  ¿Estás segura?  No hace falta que lo hagas, Hannah, no creo que...

-  Quiero, lo necesito, Simon. 

Mis manos viajaron hasta su camisón y lo quitaron lentamente mientras ella hacía lo mismo con mis vaqueros. Nuestras pieles se tocaron y el pelo de ella cayó por mi cuello, sus labios y los míos no se separaron y siguieron danzando sobre el otro hasta que un gruñido salió de mi garganta. 

Mis manos la acariciaron, la hicieron confiar en que yo era otra persona, la persona que la amaba más que su vida y que estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para mantenerla a mi lado. Me volví loco con ella, solo quería que fuera mía, que no amara ni estuviera con otra persona. Nuestras manos se unieron cuando lo hicieron nuestros cuerpos y pude ver como los ojos de ella brillaron hasta que llegamos al éxtasis mirándonos en los ojos del otro.










El Hijo De Mi Jefe [SL1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora