Capítulo 31

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"Tú y yo podríamos volver locos a los Bieber"

Salí de la ducha luego de maldecirla miles de veces. Fue muy doloroso ducharme con una mano inestable. Mire por la ventana y el sol brillaba pero al parecer no hacía mucho calor.

Tendría que quedarme acostada o viendo alguna película en el salón. Pero eso no importaba. Ir a ver a Justin a su oficina era mucho más motivante que quedarme otro día más en esta cárcel. Se sorprenderá al verme allá, pero él no quiso creerme. Me acerque a mi armario y lo abrí. Recordé lo de ayer y me reí mientras escarbaba entre la poca y escasa ropa que tenía. A veces desearía ser como Jazzy. Tenidas diferentes cada día.

Me decidí por algo sencillo. Pitillos claros y desgastados, un suéter de color gris y botines café claro. Seque mi cabello entre quejas por las punzadas en mi mano derecha. Tome un pinche (traba) y afirme mi cabello hacia un solo lado. Como mi cantante favorita "Cher Lloyd". Tome mi estuche de maquillaje, aplique delineador negro en el parpado trazando una línea. Hice lo mismo con el otro. Eche rimel en las pestañas y pinte mis labios de color rosa pálido. "Perfecta" susurre.

Subí la manga de mi suéter y tome la venda que me había dejado mamá y la enrolle en mi brazo. No quería usar yeso. Deje el suéter arriba, pues si ven a una chica linda con un bracito malo las cosas siempre suelen ir mejor y las personas son más amables.

Aplique perfume y tome mi celular. Baje las escaleras y me acerque al "mensajero" de la familia, una libretita de color amarillo que se adhería a la puerta de la nevera. Tome un lápiz y anote en el mensajero: "Fui a dar una vuelta. Te amo quien quiera que lo lea" Al menos era zurda, por lo cual, mi mano accidentada no se veía afectada a la hora de escribir. Tome las llaves y salí de casa. Cerré la puerta y comencé a caminar. Justin, baby, voy por ti.

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Me sentí como un pajarito queriendo encajar en una familia de águilas. El mundo de la gente adulta era sumamente diferente. Eso todos lo saben pero no deja de ser raro ver a la gente ajetreando por aquí y por allá. El sonido del teléfono sonando cada cinco segundos, la voz de la mujer que atendía: "Buenas días empresa ¿en que puedo ayudarle?" Hombres y mujeres muy bien arreglados con papeles y carpetas, corriendo de un lado hacia otro. El ascensor desocupado y tomado enseguida. Gran empresa, pensé. Creadora de grandes comerciales y eslogan de otras empresas. Creadora de diseños de marca, de zapatillas, ropa, maquillaje. Hasta de portadas de libros. Quizá Justin había inventado el eslogan de aquel chupetín que tenía en mi boca en estos momentos. Sonreí.

Me acerque a un basurero y arroje el dulce en el. Camine hacia el ascensor y apreté el botoncito. Apenas el ascensor se abrió una aglomeración de gente salia de él y también entró. A empujones ya estaba dentro. Me queje y quise salir y entrar en otro que estuviera mas vació, pero al intentar salir me sujetaron de la cadera y me tiraron hacia atrás, la puerta se cerro frente a mi cara. Si no hubiera sido por aquella persona, ahora estaría aplastada por las puertas del ascensor.

-Ten cuidado, nena.

Di media vuelta para ver al dueño de esa voz tan sensual y me encontré con un hombre de entre unos veinticinco años aproximadamente. Ojos azules y cabello castaño. Sonreí tímida ante la belleza y masculinidad de aquel chico. Me devolvió el gesto y descubrí su hermosa sonrisa resplandeciente. Una ola de calor me recorrió el cuerpo. Uhm...vaya. Lindo compañero de Justin.

-Gracias. -sonreí. -De no ser por ti, estaría aplastada.

Soltó una carcajada y aquel sonido lleno mis oídos. Oh dios, era hermosamente excitante. Mire a mi alrededor y todas las personas estaban en su propio mundo. Volví mi vista hacia él.

Girl On Fire  | Justin BieberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora