"No podía enfrentarme a sus ojos tristes. Me sentía tan...tan sucia"
-Te he traído tu celular y los audífonos para que puedas escuchar música y estés conectada con nosotros.
Jazzy me entregó mi celular junto con los auriculares. Le sonreí tímidamente. Observé a Nathan sentado a los pies de la cama, leyendo una de las revistas que Diletta me había traído. Solo se podía entrar de tres personas, pero esta vez solo había pasado Jazzy y Nathan.
-También le pedí a papá que te comprará un computador portátil para que pudieras navegar por Internet. -sonrió Jazzy.
-Maldición, Jazzy. No tenías por qué.
-Claro que sí. A papá también le pareció. No sabes lo agradecida que estoy con él por haberte encontrado.
Sonreí sin separar los labios y observé mis manos, tímida y un poco deprimida. Justin. Justin. Suspiré.
- ¿Dónde... esta?
Nathan dejó la revista y nos observo a ambas.
- ¿Quien? ¿Mi padre? -Jazzy tiró su largo cabello hacia atrás.
Asentí con la cabeza, sin poder mirarla a los ojos.
-Esta afuera, me ha acompañado pero no ha querido pasar.
j -Ah.
- ¿Quieres agradecerle? Si deseas le aviso para que pase...
-Eh...no. No es necesario.
No quería verlo. No podía. Tenía miedo.
-Bueno, será mejor que nos vayamos. -hablo Nathan. -Tengo cosas que hacer.
- ¿Más importantes que una de tus mejores amigas? -lo reprendió Jazzy.
Me reí levemente.
-Jazzy, déjalo ya. No quiero que se sientan obligados a venir. Doy lastima y prefiero que nadie me vea de esta manera.
Nathan hizo un mohín con sus labios y se acercó a mí. Al sentir su presencia masculina cerca de mi cuerpo, los pelitos de mi nuca se erizaron y una sensación desagradable me invadió. Traté de ignorarla, pues se trataba de Nathan, mi mejor amigo y en quien tenía mucha confianza. Pero cuando se inclinó para besarme en la mejilla, la sensación desagradable se intensifico y tuve la intención de alejarlo lo más rápido posible. Maldita sea, apreté mis labios y cerré mis ojos cuando su piel tuvo contacto con la mía. Cuando se alejó, mi cuerpo tomo un respiro y la tensión desapareció.
-Adiós, chicas.
Jazzy fue detrás de él para cerrar la puerta. Luego se apoyó en ella y me observó. Yo aún estaba nerviosa por lo que acababa de suceder.
-Vi lo que te ha pasado. -susurro.
Mi mentón tembló y aparté mi mirada de la suya. Ella hablaba de mi reacción ante Nathan.
-No sé por qué sucedió. Solo sé que tuve miedo y repulsión cuando sentí su apego a mi cuerpo.
-Oh, amiga. -Jazzy se acercó a mí con tristeza y me abrazó. Ella era diferente, con ella no me pasaba lo mismo que con Nathan. Ella es mujer, me dijo una vocesita en mi interior.
La puerta se abrió, Jazzy y yo dimos un brinco y miramos hacia la puerta. Era él. Justin.
- ¿Puedo pasar? -se atrevió a preguntar.
Sentí una punzada en el estomago y quise taparme con las sabanas blancas de la cama hospitalaria.
-Claro, venga, pasa. -le sonrió Jazzy.
Cuando nuestros ojos se encontraron, vi la desesperación y la tristeza que escondía su mirada. Y todo era por...mí. Tragué saliva.
- _________ ¿como estas? ¿Cómo te sientes? -tragó saliva y carraspeó su garganta. Él trataba de actuar normal frente a su hija.
-Mentiría si dijera que bien. -musité.
Mordió sus labios con nerviosismo y señaló la computadora portátil que sostenía Jazzy.
-Jazzy dijo que te haría falta.
-Si, gracias.
Que duro resultaba esto. Me preguntaba si Jazzy no estuviera aquí ¿también estaríamos así de incómodos?
-Hija ¿podrías ir a buscarme un café? Estoy muy cansado.
-Claro. Ya vuelvo.
Y desapareció por la puerta de mi habitación. Vacilé unos segundos, mierda, quiero que vuelva Jazzy.
-Pequeña, yo...
Justin comenzó a acercarse a mi cama.
-No, no, Justin. Ni pequeña ni nada. No me hables así, me siento tan sucia. ¿Cómo quieres que te mire a la cara?
Se acercó del todo y tomó mi mano, traté de apartarla pero él la sujeto con mas fuerza.
-No tienes que sentirte así, para mí sigues siendo mi pequeña, mi princesa. ¿Sabes? Verte aquí, me ha hecho darme cuenta lo mucho que te quiero y no soportaría que algo malo volviera a sucederte.
-No. -me quejé y las lagrimas comenzaron a rodar por mi rostro.
No podía enfrentarme a sus ojos tristes. Me sentía tan...tan sucia.
-Solo te pido una cosa...
-Lo que sea. -murmuró, luego se inclinó y beso mis labios con dulzura.
Me di cuenta que con él no sentía tensión.
-No me dejes.
-Jamás podría dejarte.
Sonrió de la manera más dulce y hermosa del universo.
-Todo estará bien. Saldremos adelante, juntos.
ESTÁS LEYENDO
Girl On Fire | Justin Bieber
RomanceUn hombre. Una amiga. Una traición. Me había enamorado, y había sido el peor error de mi vida. Lo quería tanto como él a mí. Aunque a veces tenía mis dudas. Conquistarlo no fue fácil y mantener nuestro amor tampoco lo ah sido. Pero nuestro amor es...