Capítulo 41

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"No me di cuenta del momento exacto en el que comenzaste a formar parte de mi vida. Esto es una locura pero prometí no arrepentirme de nada. Ya estamos en esto y me siento feliz. Feliz junto a ti. Te quiero, pequeña. Y aunque todo esto me da miedo ten en cuenta que no quiero dejarte ir"

-Será mejor que te prepares, mamá está furiosa.

Sonreí divertida ante las palabras de Ben, mi madre no me asustaba.

-Me vale un reverendo pepino, ¿sabías? -le guiñe un ojo y pasé a la sala de mi casa.

Me había costado mucho separarme de Justin. Aunque sonara divertido. Me la pase besándolo minutos antes de marcharme, y es que no quería apartarme de él ahora que ya lo tenía. Recién habíamos comenzado algo...algo que no tenía nombre. Fruncí mi ceño y pensé en eso. ¡No éramos nada! Pero había mucho. Debía conversar eso con Justin más adelante.

Subí las escaleras tarareando una canción, todo era completamente perfecto, estaba feliz, que me pondría a saltar en una pata si así lo quisiera. Así que no permitiría que mamá me arruinara el día.

Justo cuando iba a abrir la puerta de mi habitación, mamá salió de la suya. Hice un mohín con mis labios sin que ella pudiera verme.

-__________, ven aquí. -la escuche decir.

Di media vuelta y me acerqué a ella lentamente.

-¿Por qué no fuiste al banco hoy? -le pregunté.

Era una pregunta estúpida. Pues yo sabía perfectamente que sábado por medio, mamá tenía un día libre.

-Cierra la boca. Estas castigada. ¿Quién te crees para mentirme de esa forma?

Se acercó a mi rostro e inhaló para comprobar si quizá yo estaba con olor a alcohol. Rodee los ojos.

-Vaya, te he decepcionado mamá, pues no tengo olor a alcohol.

Me gustaba burlarme de ella cuando estaba molesta, y ahora lo estaba, podía ver como sus ojos se endurecían y apretaba la mandíbula. O tan solo verla de la forma que apretaba sus puños, seguro aguantándose la paliza que deseaba darme desde que comencé a ponerme "rebelde" como decía ella. Yo solo quería libertad, por favor...

-¿Dónde estabas? Y no me mientas esta vez.

-En casa de Carly, como te había dicho. -sonreí.

-¡No me mientas! -gritó.

Solté un bufido y recargue todo mi peso en mi pierna derecha, cruzándome de brazos.

-Bien ¿Qué quieres mamá? ¿Qué te dé la dirección del tío al que me folle anoche también?

Soltó un jadeo y se tapó la boca, dios...que melodrama. Me tomo fuertemente del brazo y me guió a mi habitación.

-Mamá, suéltame. Me haces daño. -intenté salirme de su agarre.

Abrió la puerta y me empujó dentro. Solté una maldición y me volví para enfrentarla. Pude ver sus ojos llorosos. Mmh, quizá me había pasado.

-Yo no te crie para que fueras una zorra. Cuando sepas comportarte como una mujer madura podrás hacer lo que se te plazca, por el momento, tengo que preocuparme más por ti que por Ben.

Azotó la puerta y escuché sus pasos bajar apresuradamente la escalera. Me senté sobre mi cama y me reí levemente. Observe la puerta e hice morisquetas. Pensé que me encerraría con llaves. Pff, menos mal que no lo hizo, porque hubiera echado abajo la puerta.

Me estiré a lo largo de mi cama y saqué el celular de mis jeans, apreté el botón de prender y luego de una musiquita innecesaria, la pantalla de mi móvil se ilumino. Dispuesta a llamar a Justin, casi me caigo de la cama al ver tantas llamadas perdidas y mensajes de texto. Todos realizados esta mañana. Comencé por orden.

Girl On Fire  | Justin BieberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora