Girl On Fire | Justin Bieber

Capítulo 32

“No quise lastimarte de esa forma”

Llegué a casa. Eran las tres de la tarde. Me había saltado la hora de comida pero ni ganas tenía. Subí las escaleras como un zombi y al cerrar la puerta me recargue en ella. Procese todo lo que había pasado este día. Ezequiel y yo podríamos ser muy buenos amigos y ayudarnos mutuamente, sonreí maliciosa. La chica mala que había muerto cuando hice el amor con Justin, hoy volvía a aparecer. Jamás, ningún hombre había cambiado mi manera de ser y no iba a permitir que Justin fuera el primero. Él me las pagaría. Solo quería venganza y olvidarme por siempre de su falso amor. Y tenía a alguien para lograrlo: Axel. 

-¡He llegado a casa! –la voz de Ben desde la planta baja me hizo volver a tierra. 

Baje las escaleras en busca de su encuentro. 

-Hola, ¿Qué haces aquí tan temprano? –le pregunte frunciendo el ceño. Y es que la hora de salida era a las cuatro y el bus escolar no pasaba a estas horas. 

Evito mi mirada y se dirigió a la cocina. Lo seguí. 

-Hola, pensé que estabas en cama. –saco un vaso del fregadero y se sirvió agua potable. 

Observe su perfil. Se parecía al mió, solo que su rostro era mas masculino a pesar de ser un niño de diez años. 

-Salí a dar una vuelta. Ben, responde ¿Por qué estas en casa a estas horas? ¿Acaso no has ido a la escuela? –me cruce de brazos sin tomar en cuenta el dolor de mi brazo derecho. Me recargue en la nevera. 

-Me escape. –murmuró. 

-¿Por qué? Le diré a mamá. –lo amenace. 

Camine hacia él, pero me esquivo y poso su mano levemente sobre su ojo izquierdo. Como si estuviera ocultando algo. 

-No le digas nada, ________. No te metas.

Intento salir de la cocina pero fui mas rápida y lo tome del brazo, dejándolo frente a mí. Un jadeo se escapo de mi boca al ver su ojo izquierdo de un color púrpura e hinchado. 

-Dios mió, Ben. ¿Quién te hizo esto? 

-Ya déjalo. –susurro y sus ojos se llenaron de lagrimas. 

-¡Ben respóndeme! ¿Quién te golpeo? 

Se zafo de mi brazo y corrió escaleras arriba. Imitándolo, lo seguí deprisa. Él entró a su habitación y corrí más rápido para alcanzarlo, pero me cerró la puerta en la cara. Toque la puerta y lo llamé. 

-¡No voy a abrirte! 

-Hermano, quiero ayudarte. Dime que sucede…

-Nada _________, déjalo. 

-Ben, sabes que puedes confiar en mí. No quiero que te lastimen. –le hable a través de la puerta. -¿Dónde fue? 

-En la escuela. –murmuro desde dentro. 

Dios mío, estaba sufriendo de Bullying. Me invadió la tristeza y quise hacer cualquier cosa para ayudarlo. Era mi hermanito y a pesar de que peleáramos no podía verlo sufrir. 

-¿Quieres hablar sobre eso? 

-¡No! Déjame en paz. –gritó. 

-Escúchame Ben, solo te diré algo pequeño: No dejaré que esto siga pasando y averiguare quien fue el que te hizo eso. 

Me aleje de su puerta y camine furiosa hacia mi habitación. Perfecto, otro problema mas que se agregaba a la lista llamada “Hacer sufrir a ________”. Patee la pila de cuadernos que tenía en el suelo, esparciéndolos por mi habitación. Luego recordé que así mismo fue que llegué al hospital con mi brazo roto. Respire profundo y conté hasta diez.