Capítulo 49

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Los rayos del sol calentaban mi frío cuerpo de manera agradable. El dolor físico que sentía en estos momentos era abrumador y no me dejaba pensar con claridad. Una brisa fresca azoto mi cuerpo y, con un quejido traté de incorporarme para darme cuenta que estaba semidesnuda y tirada en la parte trasera de un auto.

No recordaba nada. Apenas lograba entender que había sucedido. Hasta que los pequeños recuerdos e imágenes de la terrible noche a la que me vi sometida ayer, me azotaron con crueldad. Y entendí que había pasado, que me habían hecho. Pude escuchar, entre mis recuerdos, la risa de Axel cuando abusaba de mí. Se me heló la sangre y las lágrimas se derramaron por mis mejillas.
Con manos temblorosas, subí mi ropa interior mientras soltaba incontrolables sollozos. Observé mis piernas: golpeadas, sucias. Mis bragas estaban manchadas con sangre y me di asco. Me abroche la blusa, me coloqué las calcetas y la falda entre jadeos, llantos y gemidos.

Me había robado mi dignidad. Mi esencia de mujer. Ya no me quedaba nada.

Abrí la puerta del auto y caí de rodillas a la tierra seca y suelta. Escupí sangre y luego toque mi rostro: machucado y golpeado. No llegaba a aceptar cómo me había pasado esto. Por qué me había sucedido a mí. Me levanté, llorando casi a los gritos. Me sentía asquerosa, degradada, sucia. Al levantar la mirada, me quedé inmóvil ante la escena que se desarrollaba delante de mí: Una 4x4 se detenía frente a mí, luego, se abrió y bajo de él, la persona que menos en este mundo quería encontrarme.
Justin me observó, pálido. Bajé la mirada a mis manos. No podía mirarlo. No. Justin con su rostro conmovido y asustado, se acercó como un cachorrito. Mis ojos se nublaron por las lagrimas y mi boca, instintivamente, formaba pucheros.
Esperé a que sus labios articularan alguna palabra. Pero no lo hizo.

Se acercó más. Pero yo me hice más hacia atrás. No, no podía. En estos momentos me sentía la mujer más degradada del universo y no podía acercarme al único hombre que le había entregado mi cuerpo con amor.

-Sht. Tranquila, amor. -susurro tan despacio que apenas sé si lo que dijo fue real o producto de mi imaginación. -Ven aquí.

Se acercó por completo y me estrechó entre sus fuertes brazos. Lancé un grito ahogado pero luego me dejé abrazar. Escondí mi rostro en su cuello y lloré desconsoladamente.

- ¿Que te hicieron pequeña mía, que te hicieron? -murmuró con notable tristeza en la voz.

No me di cuenta en qué segundo, las patrullas de policía se estacionaron detrás del auto de Justin y bajaron con armas en sus manos. Dios mío. ¿Yo ocacione todo esto? Escuché a Justin balbucear un par de palabras con otro hombre. Y luego todo se complicó.

- ¿Que pasa aquí?

Escuché esa voz que me había torturado toda la noche anterior. Tan solo con escuchar esa voz rasposa que alguna vez consideré sexy, la bilis jalaba por mi garganta y empalidecí de golpe.

-Podría preguntar lo mismo, señor. -contestó con voz dura un oficial.

Giré mi rostro y Axel estaba sin remera y con los vaqueros desabrochados. La sola idea de verlo de esa manera me hacia desear arrancar mi piel con las uñas. Tenía tanto asco. Sentí a Justin tensarse debajo de mí y de pronto, me soltó con brutalidad para caminar hacia Axel.

- ¡¿Que le has hecho a mi chica, bastardo?! -Lo tomó por el cuello y lo estrecho contra el mismo auto de Axel.

Tapé mi boca con la mano y pronto comencé a temblar.

- ¡Eres un hijo de puta!

Axel sonrió con malicia, provocando que la furia en Justin aumentara y comenzara a regar golpes mortales sobre su rostro. No pude evitar que se detuviera, que no lo golpeará, porque lo que más deseaba en el mundo era que lo matarán, que dejará de respirar y que sintiera la fría sangre correr por sus venas. Sentía tanto odio y repulsión por aquél hombre que sería capaz de apuñalarlo y matarlo con mis propias manos.

Girl On Fire  | Justin BieberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora