Relatado por Alex:
Entró a la habitación, reviso su cuarto. Aún sigue todo allí, tal y como lo dejó antes de perder su camino. Tanto futuro por delante, ella se encontraba en su mejor momento. Ella era estudiante de diseño de indumentaria. De un momento a otro la perdí. Debí notarlo antes, se sentía desconforme consigo misma. Los estudios la agobiaban. Me dejé llevar por el miedo, que tonta fui. Me recuesto en su cama, se siente su ausencia. Miro hacia arriba. Solo me ahogo en recuerdos.
Ocho años atrás...
Mis recuerdos no son muy claros, era pequeña e insegura. Tenía diez años, casi once.
Esa noche, llamé a Lottie. Claro que en ese momento no éramos amigas. Éramos simples vecinas. Pero nuestras madres se conocían, y en las reuniones de familias y amigos nos la pasabamos tan bien. Hablabamos por teléfono cada tanto. Pero nunca pensé que esa llamada sería una de mis peores desiciones, y al mismo tiempo mi salvación.
Nuestra conversación llevaba unos cuatro minutos, entonces Laura llegó a casa. Podía oír como la puerta de el piso inferior de la casa se abría, y como se oía rechinar al cerrarse.
Al pasar los pocos minutos, comenzaron a escucharse platos destrozándose al golpear con fuerza el suelo de cerámica. Primero algunos golpes, luego ruidos intensos.- ¿Pasa algo? ¿Me estas escuchando? - dice Lottie del otro lado de la línea.
- Solo háblame... - le digo con voz quebrada.
El nudo en mi garganta se intencificaba. La voz de Lottie calmaba por dentro mis demonios, pero ellos solo me dañaban por dentro. Tenía miedo. Quería concentrarme en lo que mi amiga decía pero no podía. Comenzé a llorar. Esas lágrimas que nacían de mis ojos, atravesaban un lento camino por mis mejillas, para al fin terminar en mis labios.
- Lottie... Creo que le pasa algo a Laura. - digo por fin.
Un grito de desesperación se escucho desde el salón principal. Un peso muerto.
- Alex, vé. ¿Quieres que llame a mi mamá? Ella puede ayudar. - dice ella preocupada.
- No... Creo que ya es tarde. - dije. Y desearía haber estado equivocada.
- Ve... - dice Lottie.
Recuerdo haber pronunciado unas palabras, antes de cortar la comunicación. Bajé las escaleras rápidamente, pude ver a Laura recostada en el suelo. El frasco de pastillas en su mano derecha.
Ahora no lloraba de miedo ni angustia, lloraba por dolor.
Tomé su muñeca, aún tenía pulso. Todavía tenía la oportunidad de salvarla. Tomé sus brazos. Arrastré su cuerpo hasta la gran alfombra. Busqué el teléfono, quería llamar a mis padres.- Laura, vamos. Ayúdame. No te mueras, te puedo ayudar. - dije.
- Alex... - decía con voz ronca. - Vete, déjame aquí. Solo duerme. Yo estoy bien.
- No, no me dejes de nuevo. No tenía que hablar con Lottie... Tenía que ir cuando pude. - volví a quebrarme - Lo siento tanto.
- Nada de esto es tu culpa, tal vez es mía por dejarte. Tienes talento y futuro. No lo desperdicies. Tal vez tu eres demasiado paraíso para un infierno como yo.
- Podemos salir de esto. Sé que podemos. Solo no me dejes.
No quiero dejarla. No, no la dejaré. Ella sufre por dentro. Ella siempre ha sido la sonrisa de todos. Ella ha estado para mí. Y ahora alguien tiene que estar para ella ahora.
- Alex... Por favor, dejame ir. Escucha, el amor duele, los amigos se van, el tiempo se pierde, las promesas se rompen... Así es la vida. La vida que vivo no es para mí. No puedo encontrar el frío que necesito para apagar este infierno. La enfermedad me consume, el amor de mi vida se ha ido. Chloe y tu son lo mejor que me pasó. Mis queridas hermanas... Son pequeñas, ustedes siempre han sido mi mayor orgullo. Dile a mamá que lo siento, y que no culpo a papá por no poder pagar los medicamentos. Cuida a Chloe. Te quiero. Siempre estaré ahí.
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No pienso dejarte.
Teen FictionTodo en la vida de Alex y Lottie parece andar bien. Dos amigas forjadas en una gran amistad viven sus últimos años de la adolescencia juntas. Un día, Alex recibe una llamada que será sólo el principio de un gran misterio que juntó a Lottie deberá re...