Final 1/?
Relatado por Felicité:
Y entonces me incorporé por los codos. Suspiré con alivio.
- ¿Mejor? -preguntó Alex.
-Sí, supongo -Me llevé una mano a la frente-. ¿Qué hora es?
-Felicité, llevas seis días aquí.
Mis ojos se redondearon como platos. Había perdido la noción del tiempo. Podría jurar que sentía como si hubieran pasado solo unas horas, y al mismo tiempo una eternidad. Sentí que todas se observaban unas a otras con una mirada cómplice.
-Bueno, pues cuentenmelo todo -me giré a Lottie-, ¿qué paso mientras no estuve?
Ella suspiró. No supe de donde venía la luz solar que encandilaba sus ojos café.
-Es increíble que te tomes todo esto tan tranquilamente. Básicamente vinimos a buscarte, tus padres alarmaron a la policía de tu desaparición.
-¿Quién te trajo? -preguntó Chloe.
-N-no... no tienen que preocuparse. Estoy bien, lo estoy -y sin notarlo mi respiración se había acelerado. Alex frunció el entrecejo. Suspiré-. Bien, no puedo mentir. Me trajo Scott.
Fue entonces cuando Alex me tomó de los brazos desprevenidamente y, si mi memoria no me falla, me empujó hacia atrás.
-¡¿Cómo?! ¡¿Cuándo?! ¡¿Qué te hizo?! Te inyectó drogas, seguramente. Es un loco suelto. Por eso está en la cárcel -se detuvo un momento a pensar, como si estuviera repensando sus palabras-. Espera... ¿Scott no estaba en la cárcel?
-Estaba... -por primera vez me senti incómoda hablando con Alex-. Pero, primero déjame que te explique todo. No es tan malo como lo haces parecer.
-¿Tan malo? -alzó la voz.
Chloe y Lottie miraban al suelo en silencio. Se sintió un estruendo en el piso inferior. Nos volteamos a las escaleras. Era Scott que llegaba de nuevo. Volvía con cajas que parecían livianas. Al vernos a las cuatro en el pasillo quedó petrificado. La caja calló al suelo, y de ella salieron papeles y fotos cubriendo el suelo de madera.
-¿Qué esta pasando? -preguntó.
No sabría decir si su cara era de espanto o enojo. Tal vez una mezcla de ambos.
-Scott... ¿aquí vives?-preguntó Chloe- ¿Escapaste?
-Pagué mi fianza. Todo legalmente. Y sí... vivo aquí. Ustedes no. ¿Qué hacen aquí?
-Pensábamos que aquí vivía Dante-su cara mostraba desilución.
-Chicas, esta todo bien-intervine en la situación-.Él me trajo aquí. Así nos alejamos de todo y todos. Nadie nos molestaría aquí. Solos. Borrarnos del mapa.
-¿Y borrarte del mapa incluía aparecer medio drogada en una habitación? -acotó Alex.
-Scott me quiere, ¿por qué ustedes no pueden entender eso?
-No se de que hablan todas ellas -afirmó él-. Jamás le haría daño a nadie -volvió hacía mí-, ¿lo sabes verdad?
-Claro... -respondí.
Chloe me tomó de la mano. Las pupilas se le dilataron. Sus dedos temblablan.
-Ya lo recuerdo todo -suspiró hinchando el pecho y sacó las palabras como quitando un peso de encima. Se giró a Scott-, fuiste tú. Tú me raptaste. Me heriste.
-¡Calla! -gritó-. Felicité, vámonos a otra parte. No les hagas caso.
Una lágrima se le asomó por el rostro a Chloe. Dos miradas que se chocaban. Sin necesidad de dirigirse una palabra, se lo estaban diciendo todo.
-Me dijiste que poseía la misma belleza que mi hermana esa noche en el bar, ¿aún necesitas que te refresque la memoria? Me llamabas Laura. Decías que mis ojos te recoradaban a los de ella. Te rechazé y me drogaste. Me usaste. Eres un enfermo.
Scott golpeó a Chloe en la cara. Alex se abalanzó sobre Scott, y ambos calleron bajo las escaleras. Lottie gritó bajo las escaleras, tomó a Alex por detrás y cubrió un pequeño raspón en la rodilla. Scott se llevó la peor parte y recibió una herida en el rostro, y otra en el labió inferior.
-¡Un enfermo! Eso es lo que eres -Chloe fue encendida en llamas de furia-. Seguramente tu fuiste quién obligó a mi hermana a suicidarse.
Vi una vez más el sombrío rostro de Scott. Este no era mi Scott. Él no era así, él no es así. Él es el único que me comprende, él único que esta allí para mí cuando más lo necesito. Es un alma incomprendida como yo que solo busca un poco de amor. Y me enamoré. Me enamoré de mi viejo amigo de la infancia. De una persona con la que podía compartir mis secretos sabiendo que no me va a juzgar por ellos. Y me agarraban intensos ataques de sinceridad estando junto a él. Él había pintado mi gris corazón, sin salirse de las rayas. Dejó una marca en mí. Pintaba con acrílicos azules los momentos trsites, con cayón amarillo los felices, con rojo dibujaba cada beso y abrazo. No lo podía dejar ir tan fácilmente.
Una delgada línea dividía la amistad y el amor, ¿debía apoyar a Alex o a Scott?
-¿Crees que le haría daño a tu hermana? -prosiguió Scott-. Yo amaba a Laura. La adoraba. Era un espíritu libre, y tenía un inmenso corazón. Era delicada y al mismo tiempo ruda. Era ese tipo de gente que te eriza la piel. Jamás le haría nada -se llevó una mano a la frente-. Estuve con ella casi dos años. Quería que saliera adelante, que superará su depresión, pero no pude salvarla. Pensaba haberla perdido para siempre... y busqué a alguien que pudiera sellar ese vacío en mí.
-¿Me quisiste por qué te recordaba a tu novia difunta? -pregunté decepcionada.
-No. Tu no, Felicité. Tú siempre has sido especial.
-Ya nada de mentiras, Scott... ¿tú corazón me pertenece o todavía es de Laura? -me acerqué a su pecho.
Un silencio incómodo se nos interpuso. Un silencio que me lo dijo todo. Él jamás me amo de verdad. Y yo creí en todas sus mentiras.
-¿Y Dante? -pregunté-. ¿Él que tiene que ver con todo esto? Sé sincero.
-Un viejo amigo. Me ayudó con mis gastos, hasta pagó mi fianza. Sé información sobre el que si llegara a ser descubierta por ciertas personas le costaría hasta la vida.
-¿Me quisiste de verdad?
-Con locura.
Tomé sus manos. Una lágrima se me asomó.
-Ya no puedo seguir más con esta locura... Perdón por no ser lo suficientemente buena para ti. Por no ser la que llene ese vacío en tu corazón -me sequé una lágrima con la manga de mi camiseta-. Te has perdido de mí, y de todo lo que valgo. Jamás tendrás a alguien que se asemeje siquiera a mí. Dime... ¿quién ha estado en las buenas y malas para tí? ¿Quíen te ha dedicado las buenas noches? Tal vez no hoy mismo, pero te haré falta. Recuerda mis palabras.
-Bien. Como gustes -respondió-. ¿Sabes algo curioso? Te conozco, Felicité. Sé cuándo algo te duele. No lo ocultes. Sólo olvidemos esto. Nuestro plan para salir de aquí y estar juntos aún está en pie. ¿Qué dices?
Estuve a punto de abrir la boca para hablar, cuando Chloe me arrojó al suelo y lanzó su cuerpo contra Scott.
Clavó un trozo de vidrio en su estómago, que hizo que agonizara de dolor. Lottie lo arrastró tomándolo de la camisa hacía la luz de una ventana rota. Los últimos rayos del sol se tornaron color rojo.
El torso de Scott cayó sobre un vidrió sobresaliente del marco de la ventana.
Alex no tuvo miedo de dar el paso final.
-Esto es por arruinar a mi familia -empujó el cuerpo con más fuerza hacia el vidrio-. Esto es lo que pasa cuando se meten con la gente que quiero.
Lauren entró por la puerta sobresaltada.
-Llamé a la policía, Lottie. Ya están aquí -los ojos se le redondearon-. ¡¿Qué hace Scott muerto?!
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No pienso dejarte.
Teen FictionTodo en la vida de Alex y Lottie parece andar bien. Dos amigas forjadas en una gran amistad viven sus últimos años de la adolescencia juntas. Un día, Alex recibe una llamada que será sólo el principio de un gran misterio que juntó a Lottie deberá re...