Relatado por Lauren:
- Creo que sabes que hago aquí. - sumergí mis pies en el agua.
- Lo siento, aún no he terminado la carrera de adivino. - dijo ella, para hacerme enfurecer.
Levanté mis brazos y los dejé caer sobre mi cuerpo.
- ¿Es qué acaso no puedo pedirte un par de consejos? - dije, haciendo que ella volteara a verme nuevamente -. Somos amigas, y si tengo que soportar tus histerías y enojos... Pues tú tendrás que soportarme.
Ella, introdujo los pies en el agua. Al sentir su frío, habrió la boca y sus ojos formando una perfecta 'o'. Un par de segundos después, solo seguimos caminando mar adentro. Mojábamos poco a poco nuestras piernas.
El agua no lograba llegar hasta la parte inferior de mi vestido. Yo sostenía mi calzado nuevo. No dejaría que ese par de sandalias nuevas se mojaran.
- ¿Qué tanto la has cagado? - Chloe caminó conmigo hasta el mar.
Reí por sus palabras. Ella me miraba sería, con una obvia expresión de "hablo enserio". Mi sonrisa se borró rápidamente, no quería meterme en problemas ni nada.
Chloe tiene ese tipo de miradas que cambian toda la situación por completo. Un consejo, si te arroja "la mirada"... Corre. No hay salida. Si esa mirada dura más de veinte segundos, mueres. Sus labios están levenmente apretados, y sus ojos se entrecierran. Su seño se frunce. Sí, eso es lo que Lottie y yo llamamos "la mirada". Fulminante.
- No la he cagado - dije segura, tal vez orgullosa -. No aún. Es sobre un chico.
Ella giró los ojos. Chloe es la última persona a la cuál recurriría si de amor se trata. Chloe es bonita y talentosa. Perfecta. Y aúnque díficil es creer, nunca la he oído hablar de amor.
- Déjame adivinar, es el chico rubio de ojos marrones del parque. - Negué con la cabeza. - Entonces, tu amigo. El chico que toca la guitarra. - De nuevo. - ¿El chico "otaku"?
- Bingo. - respondí.
- Ni siquiera lo conoces.
- Es agradable hablar con él, tiene veintiuno, y hablé con él anoche. Creéme, esto no tiene nada que ver con romanticísmo - le prometí. - Si crees que me gusta Micheal estás equivocada. Solo me cae bien, lo juro.
- Pues, habla ahora.
Tomé unos segundos para suspirar. Michael era un chico tan adorable, era unos cuatro años mayor que yo. El vive en Bilbao, una ciudad de la nación de Portugal. De vez en cuando, hablamos. Nos conocimos en un foro de discusiones sobre una famosa serie de televisión, a partir de una pelea entre dos usuarios. Una gran historia... para contar en otro momento.
Y era justo sobre eso, en lo que me dispuse a charlar sobre él del tema. En nuestras conversaciones, surgían varios temas. Algunos, no tan serios, como por ejemplo que me pondría para una fiesta de importancia. Otros temas, un poco mas delicados, como el consumo de alcohol y el suicidio.
Las peleas, conflictos entre familia. Una conversación de veinte minutos sobre peleas entre dos grandes amigas, personas que ustedes ya deben conocer... ya se darán cuenta quienes son.
- Él dijo que las peleas entre ellas, son por estúpideces. A ambas personas les cuesta ceder, ¿crees que alguna de ellas cederá? - pregunté.
- ¿Realmente crees que Felicité y Lottie cederán? Pues no. Sus personalidades son tan desiguales, y eso provoca desacuerdos. - dijo ella. - Incluso en la forma de vestir y escribir, los hábitos, las expresiones, todo. Son dos cosas diferentes. Ayer discutian por si es mejor la mantequilla o la mermelada.
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No pienso dejarte.
Teen FictionTodo en la vida de Alex y Lottie parece andar bien. Dos amigas forjadas en una gran amistad viven sus últimos años de la adolescencia juntas. Un día, Alex recibe una llamada que será sólo el principio de un gran misterio que juntó a Lottie deberá re...