Maratón 1/3
Relatado por Lottie:
La casa era grande y reluciente. Por fuera parecía una casa antigua de los años '60. Balcones elegantes, un jardín repleto de flores. Rosas blancas y jazmínes me rodeaban mientras andaba por aquel camino de piedras que terminaba en la entrada de la casa.
Toqué el timbre. Tardaron pocos minutos en abrir la puerta. Una señora salió de la casa, me observó, al principio desconfiada, hasta que logró reconocerme.- ¡Charlotte! Ven, pasa. Taylor esta esperando en el comedor.
Me invitó a entrar en la casa. Era grande, pero con un pésimo gusto en decoración. Sentía como los ahumerios inundaban con sus aromas el salón. Desde la parte exterior parecía una casa decorada al estilo de Reino Unido, como en las novelas de misterio. Pero el salón no era mas que cuatro paredes, con muebles antiguos.
Me guiaron amablemente hasta el comedor. En una silla, Taylor sentada. Me esperaba de brazos cruzados, con el seño fruncido. La señora se retiró.- Tres preguntas. Rápidas. Luego te largas. - dice enojada.
- Tranquila, no pretendo incomodarte. No te alteres, seguramente no tienes nada que esconder, ¿O sí? - respondí.
- Comienza...
Saqué de mi bolso mi cuaderno rojo, del bolsillo más pequeño tomo una pluma. Abro mi cuaderno, saco unas notas, y el papel con las pistas.
- ¿Acaso recuerdas esto? - dije, enseñandole el recorte. - Me lo han dejado en el cajón de mi escritorio, la semana pasada.
- Entonces... ¿Crees que yo te dí ese papel?
Asentí un poco insegura. Taylor me miró y se echó a carcajadas.
- Así que crees que me voy a ensuciar las manos dándote pistas, escabullirme en tu casa para dejarte un papel. - dice ella. - Si olcultara algo, no te daría ni una sola pista para que lo descibruieras. Vamos, es ridículo.
- Bueno... Te interesará este nombre: "Ellen Langdon". ¿La conoces?
Miró el nombre en ese papel. Quedó asombrada, como si hubiera visto un fantasma.
- Debo mostrarte algo. - dice.
Se levanta de la silla, imito su movimiento y la sigo. Me guió hasta las escaleras de la casa, subimos lentamente. Seguimos nuestro trayecto. Terminamos frente a una puerta ubicada en un pasillo iluminado por lámparas antiguas. Entramos por la puerta. Hacía mucho frío allí dentro. La habitación estaba completamente en orden. Se sentía la oscuridad, la soledad, en esa habitación. Era de gran tamaño. Allí se encontraba una gran cama. Sobre ella una gran foto enmarcada. En la foto se encontraban una siete u ocho personas. Parecía ser una reúnion familiar. Taylor se levanta sobre la cama. Intenta sacar el cuadro, colocado en la pared blanca. Yo por mi parte, inspeccioné con cuidado y delicadeza el cuarto. No sabía que hacíamos allí, pero la curiosidad invadía cada parte de mi cuerpo. Un escritorio. Sobre él, papeles. Cartas y cuentas. Observé las paredes. Estanterías ocupaban gran parte de una de las paredes. Me concidero una gran fanática dw la lectura, pero la persona que dormía en este cuarto... Era tan apasionado por la literatura.
- Taylor... No sabía que eras apasionada por la literatura nacional. - dije con ilusión.
- ¿Apasionada? Este no es mi cuarto. Es la habitación de mi padre. - dijo ella entre carcajadas.
Se siente la soledad en esta habitación. Un escalofrío me recorre. Me imagino al padre de Taylor hundido en libros, en historías y poesía llenas de melancolía.
Taylor me mira. Tenía en sus manos la foto enmarcada. El marco dorado, el vidrio sobre el papel de la fotografía. Sacamos con cuidado la foto, delicadamente oara no dañarla. Al sacarla de su lugar, cae al suelo una carta. Un sobre totalmente blanco. Elegante. Se notaba que esa carta había sido entregada con amor, y había sido guardada por años... Y aún así, increíblemente conservaba el color blanco.
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No pienso dejarte.
Teen FictionTodo en la vida de Alex y Lottie parece andar bien. Dos amigas forjadas en una gran amistad viven sus últimos años de la adolescencia juntas. Un día, Alex recibe una llamada que será sólo el principio de un gran misterio que juntó a Lottie deberá re...