-¿En serio las chicas van diciendo que soy un putón?- Bans me dice con los ojos muy abiertos.
-Si- le respondo con una sonrisa- Ya sabes, por tu comportamiento extremadamente "cariñoso" con todas.
-Pero yo no lo hago porque quiera tener sexo con ellas ¿Te crees que solo pienso con el rabo? También tengo corazón.
-Bans, ningún tío hace nada porque sí. Si lo hacéis es por puro interés.
-Tenéis muchos prejudicios de los tíos- dice Stevan - los chicos podemos enamorarnos y ser de lo mas cursis.
-Solo se trata de encontrar a la adecuada- interrumpe Soren.
-Vale. Pero no me digáis que mientras estáis esperando a esa chica especial, no jugáis con las otras- les respondo.
-Bueno... pero solo con las que van provocando. Estas se lo buscan- dice Bans.
-En realidad no somos tan capullos como os pensáis- Soren me mira fijamente.
-¡Lo mejor es ser como yo!- dice Niky con una sonrisa de pillín- Pillas la mejor parte de cada sexo- todos rodamos los ojos, divertidos.
-¿Chicos os quedáis a cenar?- pregunta Bans.
-¡Vale!- respondemos todos y nos dirigimos hacia la cocina. Me siento en la encimera, Soren se apoya justo a mi lado, Niky y Stevan se sientan en las sillas y Bans abre tres pizzas y las mete en el horno. El resto hace dos horas que se han ido y los cinco no hemos parado de conversar hasta ahora.
-Oye chicos. Gracias por hacerme lado- dice Niky- Puede que ya os lo esperabais, pero para mí es muy importante poder reconocer y hablar de mi homosexualidad delante de mis amigos.
-Sabes que pase lo que pase nos tendrás a tu lado- le respondo cariñosamente y le mando un beso.
-Es verdad, tío. Y para nosotros siempre serás un gran amigo-dice Stevan y los otros asienten. De repente es como si nos diéramos cuenta del valor que en realidad tiene nuestra amistad. Y es entonces, cuando entendemos el verdadero motivo de que nuestros caminos se hayan cruzado. Simplemente nos miramos a los ojos y sabemos que no nos fallaremos.
Me fijo que Soren se toca el cuello sin parar.
- Me parece que tengo una contractura en el musculo- dice al ver cómo le miro.
-¿Te hago un masaje?-el asiente, se coloca entre mis piernas y empiezo a masajearle el cuello.
-Ally te recomiendo que pares de hacer eso, o Soren tendrá que hacerse una ducha bien fría- comenta Bans, divertido.
En vez de parar le sonrío y sigo con el masaje aun mas calurosamente. Soren se estremece. El sonido del horno nos avisa que las pizzas están listas. Nos las comemos y yo me levanto para ir a la nevera en busca de postres. Suelto un grito que llama la atención de los chicos.
-¡Oh dios mío!¡Hay nata!- exclamo, sacando el bote de espray y dando saltitos como una niña pequeña. Abro un poco la boca y aprieto el espray, dejando caer una montaña del dulce sobre mi lengua. Cierro los labios sonrientes y saboreo con los ojos brillantes. Bans se levanta divertido y dice cogiéndome el bote:
-Ahora te lo hago yo- sonríe y repite el proceso que he hecho yo. Pero una vez tengo la boca llena, en vez de parar, sigue pulsando el espray y llena mi escote de nata sin parar de reír. Niky se levanta también y se dirige hacia mí.
-¿Sabéis que es lo bueno de ser gay?-Se acerca a mi escote y lame toda la nata, haciéndome reír por las cosquillas y la situación. Soren se acerca.
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¿Juegas?
Teen FictionCreedme. Yo era una chica cualquiera. Con un pedazo grupo de amigos y una vida perfecta. Solo quería que él se fijara en mi. Sí, él, mi príncipe azul, casualmente parecido a Peeta Mellark. Solo quería una preciosa y cliché historia de amor. Pero n...