-No debes dejar que eso te afecte. Ally, tú eres como eres. Todos los que te queremos sabemos que no eres una puta y esto es lo único que te debería importar. Y si hiciste lo que hiciste con Soren, fue porque te daba la gana, y eso nadie tiene el derecho de juzgártelo. Porque tú eres libre de ser feliz. Sus palabras no deben afectarte ¿vale? Ni puto case en serio. ¡Pero coño! ¡Si eres la ama! ¡Que casi te tiras al malote de tu amigo! ¡Que de su envidia nace tu fama!- suelto una pequeña carcajada mientras escucho la voz de Amber a través del teléfono- Ahora en serio. No dejes que se metan en tu vida. Tu solo disfruta al máximo. Que el sexo es lo mejor. Y a mí, me tienes aquí para todo. Te apoyare siempre.
-Gracias Am. Te quiero muchísimo.
-Yo también mi putilla.
- Ja Ja Ja. Graciosa. Haber cuando vuelves que echo de menos tu careto feo.
-No sé.... Aun me violaras como hiciste con Soren.
-¡Ya te gustaría a ti capulla!- digo riéndome sin parar- ¡Que te den! Pero con cariño. Te quierooo- y cuelgo.
Llevo dos semanas ignorando a Merilyn y Soren. Aunque los dos han intentado de todas formas contactar conmigo yo les evito. Por suerte los rumores han empezado a disminuir. Supongo que me acostumbrado a que la gente me vea diferente, que los chicos me miren con mas deseo y que las fresitas me miren con odio, y como ven que ya no me afecta, se han cansado y han empezado a buscar otro rumor nuevo. La suerte de que en mi instituto no paren de pasar cosas.
Mis amigos me llaman y proponen quedar para ir al Hansburg, un restaurante donde hacen las mejores hamburguesas de la zona. Acepto enseguida, necesito una buena dosis de deliciosa comida para olvidar ciertas cosas.
-Princesaaaa, su carroza le espera- grita Anthony des de su furgoneta pickup.
-¿Perdonaaa? ¡Aquí la única princesa soy yo!- se oye la voz "diva" de Niky.
Me rio y salgo corriendo a la calle donde me esperan los chicos. Llevo una falda vaquera corta, mis botas vaqueras y una camisa de cuadros atada a la cintura. Puro estilo Hansburg.
-¿Quien me ha llamado princesa a mi?- pregunto con una ceja levantada- tss yo soy una reina, nene- y guiño un ojo a Nic que me sonríe. Unas manos me cogen de la cintura y me cargan como un saco de patatas. Suelto un grito.
-Una reina muuy lenta, anda que quiero divertirme de una vez. Que llevamos un tiempo muertos de asco y es hora de pasarlo bien!- grita Bans dejándome en la furgoneta de Anthony.
-Sí- dice Stevan dándome dos besos- Y algunos necesitan más diversión que otros para olvidar ciertas cosas- y me señala con un golpe de cabeza a Ian, que se encuentra sentado en el sillón de copiloto con la mirada perdida. Nos lanzamos una mirada entre todos del plan "tenemos que animarlo sí o sí".
-¡Ian! Tengo una súper súper súper idea!- grita Nic moviendo la mano delante la cara de Ian- Después de comer podemos ir al karaoke y tu y yo vamos a cantar Let it go! Así te desahogas y piensas only en las cosas bonitas de la live! ¡Cantando las penas se olvidan! ¡Let it goooo, let it goooo!
-Oh no.. Ya ha empezado a usar su acento hispano-english y a cantar. Que alguien lo amordace, no creo que aguante toda la noche... - dice desesperado Anthony.
-¡Ni se te ocurra acercar tus rudas manos a mi piel mundano!-grita Nic con cara de horror mientras todos nos reímos. Todos menos Ian.
-Venga chicos... vamos tirando o no tendremos mesa- les digo con una sonrisa y todos nos montamos a la furgoneta. Anthony e Ian delante, Bans y Stevan detrás y Nic y yo en el montacargas. Siempre me ha encantado ir en el montacargas, porque como es descubierto, nos tumbamos en el suelo entre mantas y podemos ver cómo pasa, a gran velocidad, encima de nuestras cabezas el cielo estrellado.
ESTÁS LEYENDO
¿Juegas?
Teen FictionCreedme. Yo era una chica cualquiera. Con un pedazo grupo de amigos y una vida perfecta. Solo quería que él se fijara en mi. Sí, él, mi príncipe azul, casualmente parecido a Peeta Mellark. Solo quería una preciosa y cliché historia de amor. Pero n...