Capítulo 40: Te quiero.

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MACY'S POV

Aún me sentí algo débil, pero efectivamente había mejorado mucho.

Me levanté para ir a la escuela, y decidí abrigarme bien para mejorarme del todo. Al bajar a la cocina Laynette me esperaba con el desayuno listo, una taza de café caliente y un plato con tostadas.

- ¿Te sientes mejor? – Me preguntó mi hermana.

- Lo suficiente como para ir a la escuela. – Aseguré, si ganas.

Ella me miró con una sonrisa de lado, y movió las cejas sugestivamente.

- ¿Qué? – Interrogué.

- ¿Qué se traen tú y ese chico... Scott? – Preguntó en tono pícaro.

- Nada, creo. – Dije confundida. - ¿Por qué lo dices?

- No lo sé... - dudó – Creo que no es normal que un chico con el que no te relacionas, al cual detestabas hasta hace... un día tal vez, se quede a cuidarte más de 4 horas cuando estás delirando de fiebre. – Su tono tenía un mensaje subliminal.

- ¿Qué...? – Al procesar sus palabras me alarmé. ¿Estuve delirando y él estuvo todo el tiempo conmigo? Eso no era bueno. – Debo irme.

Salí corriendo de la cocina, para buscar mis cosas y luego dirigirme a mi auto a toda velocidad antes de mojarme, y partir hacia la escuela.

Al cruzar las puertas de entrada me encontré a todos hablando como normalmente se veían, caminé hasta mi casillero, para sacar mis cosas y luego cerrarlo. Antes de comenzar a caminar hacia el salón, para buscar a Summer, la vi en su casillero, hablando con Scott. Luego de unos segundos llegaron cuatro chicas y se sumaron a la conversación. Él le explicaba algo de un modo como si nadie tuviera que enterarse de lo que él decía. Ellas asentían y a veces parecía como si él les aclarara ciertas dudas. Ellas no despegaban su vista de él. Lo miraban como a la octava maravilla.

Tú también lo haces.

Pero yo puedo...

¡¿Qué?! ¡No! ¡Claro que no!

Luego de unos minutos más de conversación, el volteó su cabeza en mi dirección, como si hubiera sentido que alguien lo miraba, cuando encontró mi mirada sonrió, les dijo algo más a las chicas sin apartar su mirada de mí, y luego caminó en mi dirección, dejando a las cinco chicas hablando en una ronda.

- Veo que estás mejor. – Me dijo sonriente. Me dio un pequeño abrazo.

- Si... - dudé un momento – Perdón.

Dije con los ojos cerrados con fuerza, y cerrando mis brazos alrededor de su cuerpo. Él rio y se separó se mí un poco, para poder verme a los ojos.

- ¿Por qué? – Dijo con el ceño fruncido.

- Por todas las estupideces que debo haber dicho ayer. – Aseguré. Él soltó una carcajada.

- No te preocupes, porque no dijiste nada que no me haya gustado. – Me guiñó un ojo sonriendo.

¡Como si eso me dejara tan tranquila!

- No me dejas más tranquila que antes. – Lo miré con los ojos entrecerrados. Él volvió a reír. La campana sonó, indicando que debíamos entrara a clases.

- Luego te veo. – Besó mi mejilla, y se fue en la dirección opuesta a la mía.

Caminé al salón, divagando en lo profundo de mi mente, intentando recordar algo que hubiera dicho la noche anterior. Esperaba que no fuera tan malo ni vergonzoso.

La decisión más dificil (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora