La decisión más dificil (TERMINADA)

Capítulo 17: No eres psicólogo, ¿lo entiendes, no?

THANE'S  P.O.V

Marqué el número de Mason, y esperé a que contestara.

* ¿Ya me extrañas?

* No sabes cuánto- dije con sarcasmo.

* ¿Qué necesitas? - preguntó riendo.

* ¿Estás en tu casa?

* Si, ¿por qué?

*Necesito contarte algo - dije con urgencia.

* Okay - me respondió del otro lado.

* En ¿10 minutos?

* Claro, no hay problema.

* Genial, en 10 minutos estoy allí - y si más colgué. Dios , lo que me espera.

  Caminé por la casa buscado mis pertenencias personales. Cuando tuve todo salí de la casa, ya que seguía lloviendo, corrí a mi auto para no mojarme tanto. Encendí el auto y comencé a andar hacia la casa de Mason.

  Le mandé un mensaje de que ya había llegado, para que me abriera. Tenía un jardín delantero, al que podías entrar con el auto. El gran portón negro de la entrada se abrió, dándome paso a la mansión Buckley.

  Golpeé la puerta, y segundos después apareció Mason en la puerta.

- Pasa - me dejó lugar. Wow, ¡qué casa! Él caminó a las escaleras, indicándome que lo siga. Así lo hice.

***

  10 minutos después estábamos en su habitación, sentado uno en su cama, y el otro enfrente en una silla. Y yo relataba lo pasado hace unas horas en la biblioteca de la escuela.

- … ''No iba a desaprovechar el momento'' le susurré, y ella me respondió ''Me parece perfecto'', y sin más salí corriendo de la biblioteca, porque llegaba tarde a la práctica.

  Él no hablaba. Desde que nombré el primer beso es como si le hubiesen arrancado la lengua y cocido los labios. Solo se limitaba a mirarme.

- Vine a que me dieras algún consejo - le reproché -. No a que te quedes mirándome.

- ¿Entiendes lo que me acabas de contar? - repuso un poco alterado - ¿Lo entiendes no?

- Si, pero… - me interrumpió.

- Bien, lo entiendes - dijo como si me estuviera enseñando algo -. Ahora te toca entender que estoy en shock.

- Okay, Summer te pega lo histérico.

- Si, ya, lo siento - se disculpó -. ¿Por qué la besaste?

- No lo sé - me limité a responder, dejándome caer de espaldas en la cama.

- ¿Qué sientes por ella? - volvió a preguntar.

- No lo sé.

- ¿Hay algo que sí sepas? - me preguntó desesperado.

- No - me tapé la cara con mis manos.

- Bien, - carraspeó - no me facilitas el trabajo.

- No eres psicólogo, ¿lo entiendes, no?

- Shh, sólo tú sabes eso.

- Ajá.

- Ya decía yo que ayer estabas celoso.

- Claro que no - negué rotundamente, a pesar de que tuviera razón.

***

  2 horas después ya estaba de vuelta en mi casa pensando en lo que había hablando con mi mejor amigo.