Capítulo 37: ¿Una venganza?

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Que alguien me diga que esto es un sueño.

- ¡¿Cómo que vas a tener un bebé?! - No podía entenderlo.

- Sabes lo que es tener un bebé, por favor. - Se encogió de hombros.

La miré con los ojos entrecerrados, analizando la situación. Hasta que una duda se instaló en mi mente.

- Espera, espera... espera. - Elevé mi mano. - ¿De quién es ese niño?

Ella me miró extrañada.

- ¿Mío? - Pregunto obvia.

- Debes dejar de consumir azúcar, está haciéndote mal. - Murmuré frotando el puente de mi nariz. - ¡Me refiero al padre!

Ella se quedó viéndome con la boca abierta de sorpresa.

- ¡¿De quién es el bebé?! - Me gritó.

La miré mal.

- ¡Tu deberías saber con quién te acuestas! - Exclamé.

Esta vez ella me miró mal.

- Yo sí sé con quién me acuesto - me fulminó con la mirada. - Solo que esta vez... - hizo una mueca - al no saber las semanas de gestación, es un poco difícil saberlo.

- Bueno, entonces debes ir a un ginecólogo, y todo solucionado. - Supuse.

Su cara palideció, y abrió mucho sus ojos.

- Puedo acompañarte... - sonreí - si quieres.

Ella asintió, y luego me abrazó. Suspiró cansada.

- Bueno, ve a descansar, mañana vamos al médico.

- Claro.

Besó mi mejilla y se fue a su habitación.

Mañana sería un día largo.

***

Al llegar a la escuela me encontré con la escena de Thane 'riendo' y 'conversando' con Olivia.

Su cara la vendía. Estaba muerta por él, y no hacía nada por ocultarlo.

Me di cuenta de que los veía fijamente cuando mis dientes rechinaron.

Respiré hondo, intentando serenarme, y caminé a buscar a Summer. Cuando la divisé a lo lejos, la vi conversando con un chico de nuestra clase. Pero se la notaba desinteresada.

Unos metros más allá vi a Mason observarlos con fastidio. Me acerqué a él.

- ¿Qué sucede? - Pregunté con una miraba cómplice.

- ¿Qué sucede con qué? - Preguntó mirándome. Luego volvió la vista a Summer y el chico.

- Con que estás enojado con ella, pero temes que 'alguien' pueda 'robártela'. - Acusé.

Él me miró algo preocupado. Luego suspiró y cerró los ojos.

- Sé que debería estar enojado con ella, pero no puedo evitar sentirme agredido al ver como todos la ven como una presa. Y me da por... - Apretó sus dientes y su puño con furia.

- Golpearlos. - Completé si frase.

- Algo así. - Dijo él. Y yo solté una risita.

- Y no crees que... - Dije despacio. - Tu orgullo pueda bajar la guardia, y te permita darte cuenta de que si no eres tú ella no quiere a nadie más.

Dije haciendo que el vuelva a mirar a donde ella estaba. Ahora, claramente, rechazando al chico de recién.

- Yo creo que... - Dudó. - Creo que hasta mi orgullo la extraña.

La decisión más dificil (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora