- No irás a ningún lugar si no ordenas tu habitación primero – sentenció mi madre, con el rostro impasible. Hasta daba miedo.
- ¡Mamá! – protesté. Estaba muy molesta por lo que estaba haciendo.
- Ya dije.
Subí las escaleras corriendo, y cerré la puerta de un aventón, provocando un sonido estridente.
Resoplé observando la habitación con las manos en la cadera.
Era un desastre monumental, y si no me apuraba, no terminaría a tiempo.
Mi madre había vuelto sobre la hora en la que debería haber salido de casa, lo que era perfecto para comunicarle sobre el partido y que me permitiera ir. Y todo había salido bien, hasta que había tenido la brillante idea de husmear en mi habitación, la cual estaba hecha un desastre porque estaba muy indecisa sobre qué usar. Prácticamente todo mi closet estaba sobre mi cama, y esparcido por el suelo. En el escritorio todo revuelto y la cama deshecha.
Ella me había prohibido salir de casa hasta que la habitación volviera a la normalidad. Y lo entendía, pero estaba molesta porque faltaban diez minutos para que el partido comenzara, el mismo tiempo que tenía que viajar para llegar al lugar.
Conclusión: llegaría tarde.
Corrí por toda la habitación, arrojando toda la ropa dentro del closet, intentando que todo quedase en ''su lugar''. Extendí la cama a la velocidad de la luz, y ordené un poco el escritorio, disimulando el desastre que había sobre este.
Contemplé la habitación unos segundos para corroborar que, si bien no era lo que mi madre seguro esperaba, estaba bastante presentable.
Salí disparada hacia la puerta, cerrando de un portazo. En la sala tomé mi bolso y mi teléfono, saludé a mi madre al pasar por la puerta de la cocina y salí corriendo hacia afuera, en busca de mi auto, el cual no estaba donde debería.
En ese momento recordé que el auto de Laynette estaba averiado, por lo que por el momento usaba el mío. Y ella había salido.
Sin importarme comencé a correr en la dirección en la que estaba la escuela. El aire frío chocaba con mi rostro haciendo que mis ojos lagrimearan un poco y mi cabello se alborotara de manera exagerada.
Mi teléfono comenzó a vibrar violentamente en mi mano, indicándome una llamada.
- ¿Si? – contesté.
- Macy – me dijo Thane del otro lado -. ¿No vienes?
Se escuchaba el bullicio de la multitud a través del auricular, haciéndome desear el poder de tele transportarme en ese momento.
- ¡Si, estoy yendo! – me apuré a responder.
- ¿Sucedió algo? – preguntó extrañado -. Creí que estarías aquí diez minutos antes.
Resoplé, corriendo un poco más rápido.
- Era mi plan – le contesté -. Pero nunca falta la presencia de mi madre para arruinar mis planes.
El rio.
- Está bien, enseguida nos vemos.
- Adiós – colgué.
Un bocinazo me hizo levantar la vista de mi teléfono. Paré de golpe, paralizada por el susto, encontrándome con un auto negro a unos treinta centímetros de mí. Al ver al frente noté que había cruzado la calle con el semáforo en verde.
- ¡Lo siento! – exclamé al conductor enfurecido, corriendo de nuevo hacia mi destino.
La gente me miraba mal cuando sin querer las empujaba al pasar a gran velocidad a su lado, otras personas me miraban raro por verme corriendo con tal euforia y otros simplemente me ignoraban.
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La decisión más dificil (TERMINADA)
Ficção AdolescenteTener que decidir entre el amor y la amistad con una persona tan importante, puede ser ''la decisión mas difícil''. Pero puede que la frase ''el amor lo puede todo'' sea cierta.