Capitulo 7

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Hola mis queridísimos lectores, hoy haré el capitulo 7 según la versión de Gustave, comenten si les gusto o si quieren que haga más así.

Gustave:

No me respondió, sólo se fue sin decir nada ¿tal vez le impactó mucho lo que le confesé? Admito que nunca he sentido nada igual por nadie y que se me hizo muy difícil decir lo que me pasa desde hace 2 años, 7 meses y aún cuento los días, sé que sonara a obsesión que cuente día por día desde que Julie trabaja aquí,  pero es que desde que llegó me he sentido diferente, una persona que se gradúe de Jale a los 22 con el mejor promedio de su clase no merece trabajar de secretaria, ella merece algo mucho mejor y yo se lo voy a dar, ¿pero si ella no siente lo mismo? ¿Qué haré?

Sé que las amenazas de mi padre no son ciertas, o no lo serán mientras sea tan joven.

Solo me quedo mirando a mi ventana y ya, esa es toda mi vida, mi ventana ve casi toda la ciudad pero a través de ella nunca he visto nada igual a Julie, las chicas de New York eran lindas y no se distinguían las unas de las otras pero Julie si, y no se distinguía exactamente solo por ser italiana, sino por su sonrisa, sus ojos que inspiraban alegría y la dulzura que mantenía a pesar de todo lo que había sufrido... es única a mis ojos y según yo a todos los ojos de este mundo.

*

*

Hace tres días que no aparecía.  ¿Le ha pasado algo o simplemente me odia? ¿Porque me odiaría? Bueno, legalmente, la obligué a meterme una mano, y eso es un serio acoso, que no me puede salir muy bien. Y aunque la ame, ni el peor de los cretinos haría algo así, un enfermo sí, y no un hombre enamorado como digo estarlo.

No soporto más, la voy a llamar.

... Suena el tedioso tono del móvil y no contesta...

Contestadora.

Maldición. He tirado el teléfono y  se ha roto ante mi ira. Sé que no le intereso, pero voy a su departamento. Ahora.

Bajé por el ascensor, salí del edificio y subí a mi auto, el cual llegó a su departamento en menos de 5 minutos. Toqué el timbre unas cinco veces y nadie abre, ni nada. No hizo falta mandar todo al diablo, pues entré dándole una patada a la puerta y ella estaba en toalla,  comiendo helado mientras veía televisión, cuando me vio, sus ojos se abrieron como platos y yo solo arquee la ceja, me acerqué a ella, un poco apenado.

-Arreglaré la puerta.

Ella había notado la conmoción, y fue la violenta acción lo que más le preocupó.

-S-Señor Wallace ¿a que viene esta visita tan de repente?

- Primero que todo, tengo nombre, y segundo, tuvimos relaciones sexuales, no te has aparecido en tres días, ¿es idea mía o me estás evitando?

— P-Perdone señ... Gustave, ¿quieres helado?

Al extender el recipiente de helado, se le cayó la toalla y Dios me perdone si sueno como un pervertido, pero su silueta es perfecta, cuando iba a recoger la toalla, yo la tome y la coloqué en mi hombro, Julie se enfadó, pero siempre me gustó el color de sus mejillas cuando se molestaba.

- P-Podría darme la toalla -preguntó ella.

- No.

- ¿Por qué?

Creo que no respondí, aún no estoy seguro, sólo recuerdo haberla besado, y que su boca sabía a helado de chocolate.



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