Pov Gustave:
Ella era tan hermosa, su sonrisa irradiaba ternura y seguridad, como si jamás fuera a molestarse, aunque una parte de mí dice que no se ha ido por su mamá con cáncer.
Tal vez me pasé de la raya con fingir un cáncer, pero yo sólo quería demostrar que podía ser "divertido", o al menos fingir serlo. Sinceramente, más que ser gracioso, siento que fui repulsivo.
Antes yo era mi amo y mi juez, el único que mandaba en mi vida, sólo un ser incompleto. Nunca necesité a nadie en mi vida, descubrí la verdad demasiado tarde.
Y luego, esperando en mi torre de añoranza, apareció la mujer más hermosa del mundo.
Prácticamente la obligué a que me tocara, aunque luego ella accedió hacer el resto.
Es que ella es tan inteligente que no la merezco, yo soy un idiota y ella es... perfecta. Bueno, eso no lo sé, pero lo intuyo.
Un domingo cualquiera pasé por su edificio con un ramo de rosas blancas, no sé si sería un buen detalle, me gustaría saber si disfruta de los regalos románticos, espero que sí.
Mientras esperaba, segundos luego de tocar el timbre apareció otro hombre, un tanto mayor que yo, probablemente de más de 32 años con un ramo de margaritas, que se postró justo al lado de mí. Él me miró comprensivamente y dijo:
―Suerte, amigo. ¿Vienes a ver a tu novia?
―Sí. Aunque realmente no sé si es mi novia.
― ¿Complicado?
―Algo.
En ese momento bajó Julie con sus llaves en la mano y abrió la reja sin levantar la mirada, hasta que no mira a ambos y pone sus ojos como platos, en ese mismo momento el hombre de las margaritas la besa, ella no reacciona y yo, la verdad, no sé qué hacer.
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Mi Jefe
Romance¿Cuánto apostamos a que ustedes no saben lo que va a pasar con esta "simple" secretaria?