El primer día fue tan divertido e interesante como cualquier otro primer día de trabajo.
O sea, que no fue divertido.
Una chica con el cabello teñido de azul me mostró el lugar, me habló de quién hacía qué y qué hacía yo.
En la noche, tal como "quedamos", Lucas vino a mi departamento. Y le conté de mi nuevo trabajo.
Pese a todo, se siente bien tener con quién hablar. A diferencia de antes, siento que sí me escucha con atención, que tiene real interés.
-Tienes un don para atraer jefes insípidos, cariño.
-No. Nada de cariño. Pero creo que tienes razón. Siento que tengo un cartel en la frente.
Alzó la ceja, con incredulidad. Ese es su gesto más característico.
-Eres hermosa, inteligente, atrevida e increíble en la cama, es natural que todos los bichos raros se te peguen atrás.
- ¿Debería decir gracias?
- ¿Hay alguna razón para no decir gracias?
-Dijiste que soy increíble en la cama.
Una sonrisa maliciosa, su otro gesto más característico.
A través de la ventana, me fijé en el fotógrafo. De nuevo, entré a mi papel.
-Y lo eres.
Mi mano se posó en su pierna y comenzó a subir...
-Segundo strike. Deberías reconsiderar tu respuesta.
Lo puse nervioso al pobre. Supongo que una parte de él aún no entiende que todo ésto es un circo montado para mi hermano.
Entonces me senté sobre él, acorralándolo en el sillón. Otra vez se puso duro su... paquete.
-Yo soy una diosa en la cama.
Entonces le susurré al oído que fuéramos a la habitación.
Y en la habitación las ventanas estaban cerradas. Así que ahí terminó el teatro.
Cuando le dije que ya podíamos dejar de fingir él observó con preocupación su pantalón.
- ¿Siempre me vas a dejar sufriendo así?
-Probablemente.
- ¿Y no estás dispuesta a ayudarme nunca?
-En tus sueños, Abbot.
Está bien, tengo que admitir que me gusta torturarlo.
Al día siguiente fui a trabajar puntualmente. Aquí no había ningún Frank saludándome en la puerta, pero tampoco había ningún Gustave jodiendo la existencia.
Me explicaron como funciona el negocio por aquí:
Los ascensos no son fáciles de conseguir.
Primero debes escribir montones de artículos maravillosos, entretenidos, atrapantes, para que te asignaran una sección fija.Naturalmente habían algunos que funcionaban para los deportes, otros en viajes, otros en moda, otros en ocio.
Así que las ideas de qué quiero nunca tuvieron que estar tan definidas como ahora mismo.
Mis primeras semanas fueron de arduo trabajo, dedicado a una sección en específico: Industria Cinematográfica. Aunque a veces tenía que ocuparme de cosas sencillas, como mejorar la redacción de pequeños artículos.
Sin embargo, quería ese puesto vacante en las críticas de cine.
Tom York no resultó ser un dolor de cabeza, sólo un editor inescrupuloso, al que no le interesaba casi nada fuera de su trabajo, y al que se le hacía mucho más fácil comunicarse a través de la escritura.
La interacción humana en definitiva no era lo suyo.
Todo parecía normal, hasta que un día apareció Gustave con un ramo de flores en las oficinas del Times.
Y todos son reporteros, ¿qué creía él que iba a pasar?
Todos sacaron sus cámaras o teléfonos y comenzaron a tomar fotos.
-Gustave, vete por favor.
-No me iré si no es contigo.
-Puedes conseguirme problemas.
Aún así el insistía. Y las cámaras seguían grabando.
Me sentía agobiada.
Minutos después, Tom salió de su oficina echando humo por las orejas.
- ¿Qué está pasando aquí?
-Una declaración de amor-contestó Gustave.
-Por favor, vete.
-Creo que le pidieron que se fuera-dijo Tom a Gustave.
- ¿No sabes quién soy?
-Me importa un bledo. Sé que Ricky Ricón está en propiedad privada molestando a una empleada y sé que seguridad está en camino. Podemos resolverlo como gente civilizada, lo que implica que te vayas.
Entre el ruido de los reporteros, y las tonterías que decía Gustave Wallace, Tom vió una mesa donde había un megáfono, y lo tomó.
- ¿Estás sordo, payaso? Te pedí que te fueras-se escuchó por toda la sala a través del megáfono.
Hubo un silencio absoluto, y Gustave se fue. Pero Tom aún no apagaba el megáfono.
-Esto me parece sumamente vergonzoso y una falta de decencia-comenzó Tom-. Ahora mismo TODOS Y CADA UNO van a borrar las fotos o videos que hayan tomado. Si me entero de que algo se filtró o se vendió en éste u otro periódico voy s empezar a despedir gente hasta dar con el culpable. ¿Estamos? Julie es una compañera de trabajo, merece que respetemos su privacidad. Somos periodistas, no ratas. ¿Entendido?
Todos estábamos congelados, el silencio fue sepulcral.
- ¿ENTENDIDO?
Ante eso, todos respondieron como un coro de niños regañados.
Cabizbaja, me dispuse a abandonar la escena, hasta que escuché su voz aburrida y uniforme.
-A mi oficina.
Así, muerta de vergüenza, lo seguí a su oficina. Esperaba una bronca, pero me equivoqué.
- ¿Estás bien?
Me tomó desprevenida.
-S-Sí.
- ¿No lo has denunciado?
-No hace falta.
- ¿Estás segura?
Me miró fijamente a los ojos.
-Sí. Estoy segura.
Entonces volvió a su mundo donde todo parecía importarle un comino.
-Bien.
-Gracias por preocuparte por mí.
-De... De nada.
Cuando estaba apunto de irme, volví a escuchar su voz.
-Keren me ha llamado. Dijo que va a dar una fiesta o algo así, más como una cena. Sí, eso una cena. Ahhh... Me pidió que te llevara. Yo sé que perfectamente puedes ir por tu cuenta, pero ya que ambos trabajamos juntos y... Eso, trabajamos juntos, creo que podríamos hacernos co-compañía.
En efecto, le dije a Keren que iría, pero ella nunca mencionó a Tom.
Quizá él sólo necesitaba compañía. Así que le dije que sí, podíamos ir juntos.
DOS ACTUALIZACIONES EL MISMO DÍA. BAM.
Amo leer sus comentarios. Comenten, por fa, me hace feliz.
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Mi Jefe
Romance¿Cuánto apostamos a que ustedes no saben lo que va a pasar con esta "simple" secretaria?